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Hoy vamos a empezar un nuevo segmento de nuestro estudio de la teología sistemática en la medida que entramos a la subdivisión conocida como eclesiología. Y como su nombre lo indica, esto tiene que ver con nuestra comprensión de la naturaleza, la función y la misión de la iglesia. Así que, vamos a empezar haciendo algunas preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la iglesia. Vamos a preguntar, «¿Qué es la iglesia?» Creo que todos somos conscientes de que la iglesia no es simplemente un edificio donde asistimos a los servicios, sino que es algo mucho más rico y profundo que eso. Veamos un poco sobre algunas de las palabras que usamos para «iglesia». La palabra en sí – iglesia – se traduce del griego ‘ekklesia’. Es por eso que llamamos al estudio de las cosas de la iglesia eclesiología, y tenemos la palabra en español ‘eclesiástico’ y lo veremos en un momento. Pero la forma en que traducimos esto al inglés es a través de la palabra ‘church’ (iglesia).
Pero lo que me interesa en este punto es de dónde emerge esta palabra históricamente. Es decir, la etimología de la palabra en inglés ‘church’. Si fuéramos a ir a Escocia y vamos a la iglesia allí, encontramos que la iglesia en Escocia se llama otra cosa. ¿Se llama qué? The Kirk. Y si fuéramos a ir a Holanda y vamos a la iglesia allí, la iglesia allí se llama kerk. K-E-R-K. Y si fuéramos a Alemania y vamos a la iglesia allí, entonces creo que es – no estoy seguro de cómo lo deletreas – K-I-R-C-H-E, algo como eso; kirche. Lo que tenemos aquí es una palabra que parece muy común y similar, al menos, en tres grupos o cuatro grupos de idiomas diferentes. Y eso es porque todas estas palabras para ‘iglesia’ se remontan a la misma palabra original en griego. Noten la diferencia en la forma en que estos aparecen, es que esto simplemente tiene el sonido ‘C-H’ al final, mientras que estos cambian el ‘C-H’ por ‘K’ y entonces es sólo un asunto de diferencia en el sonido vocal allí.
Pero todas estas palabras se derivan de la palabra griega ‘kuriache’ que significa literalmente aquellos que pertenecen o son posesión de un ‘kurios’. Es decir, ‘kuriache’ tiene que ver con la forma posesiva de esta palabra ‘kurios’. Y la palabra ‘kurios’, por supuesto, es la palabra que encontramos en las Escrituras que se traduce por la palabra en español ‘Señor’. Así que literalmente, el ‘kuriache’ significa aquellos que son posesión de Él o que son propiedad del Señor. Así que obtenemos la palabra ‘church’ de esto porque la iglesia está formada por todo el pueblo del Señor. Todos aquellos por quienes murió el Señor, todos aquellos a quienes Él ha rescatado y reunido a Sí mismo. Y ese es el significado histórico de la iglesia.
Ahora, como dije, nosotros, sin embargo, el término ‘iglesia’ se traduce de la palabra griega ‘ekklesia’. Y lo que tenemos aquí es una palabra griega que se compone de un prefijo y una raíz. El ‘ek’ o ‘ex’ es el prefijo que significa ‘fuera de’ o ‘de’. Así como tenemos señales de salida que nos dicen cómo podemos salir de una habitación, el ‘ek’ aquí es una forma del prefijo ex ‘fuera de’. Y la raíz a partir de la cual se construye esta palabra, es la raíz ‘kaleo’, que significa simplemente ‘llamar’. Así que, literalmente, la ekklesia del Nuevo Testamento o de la iglesia se refiere a aquellos que han sido llamados o, si quieren, aquellos que han sido elegidos por Dios. Se refiere a los elegidos, al pueblo de Dios. Eso es lo que significa el término ekklesia en primera instancia.
Así que esto plantea la pregunta. ¿No es la iglesia que conocemos en nuestros días, en muchos casos, una institución corrupta, una institución que incluye individuos que no son realmente el pueblo del Señor, que nunca han sido contados entre los elegidos y así por el estilo? Por qué sí, por supuesto. Y es porque, allá en tiempos antiguos, San Agustín vio el concepto de la iglesia y dijo que la iglesia es siempre un ‘corpus per mixtum’. Un cuerpo mixto. Entonces, la iglesia siempre se compone, en este mundo, de una combinación de trigo y cizaña. Y, de hecho, a pesar de que la iglesia está llamada a buscar su pureza, al mismo tiempo Cristo advirtió a su pueblo contra una forma exagerada de disciplina eclesiástica, que al tratar de erradicar la cizaña podría hacer daño y perjudicar al trigo.
Pero tenemos ese reconocimiento de Jesús mismo, cuando dijo: «Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí». Él dijo: ‘En el último día muchos vendrán a Él diciendo ‘Señor, Señor, ¿no hicimos esto en tu nombre, no hicimos aquello en tu nombre’. Y él dijo: ‘Yo les diré: “APARTAOS DE MÍ, LOS QUE PRACTICÁIS LA INIQUIDAD”. “Jamás os conocí”. Y entonces, esta iglesia es siempre una bolsa mixta, por así decirlo, y eso es lo que motivó la idea de que Agustín fue el arquitecto principal – en la antigüedad – de la distinción entre la iglesia visible y la iglesia invisible. Y tal vez hayas oído de esa distinción. Entonces, permítanme tomar un minuto para hacer la pregunta: ¿Qué queremos decir cuando hablamos de la iglesia invisible? Algunas personas piensan que la iglesia invisible se refiere a algún tipo de grupo feliz de cristianos que han abandonado las iglesias institucionales visibles de nuestros días y pertenecen ahora a la iglesia subterránea que no tiene visibilidad externa. Eso no es lo que Agustín tenía en mente cuando habló de la iglesia invisible.
Lo que Agustín estaba diciendo cuando describe la iglesia invisible – la cual será más importante mas adelante cuando veamos el concepto de unidad de la iglesia – es que la iglesia invisible se refiere a ese número de personas que componen la verdadera iglesia de Jesucristo. Es decir, aquellos que son verdaderamente regenerados y tienen fe salvífica genuina en sus corazones y son los elegidos de Dios. Ellos representan a la iglesia invisible. Bueno, ¿por qué la llaman invisible cuando son personas reales con cuerpos reales y tienen visibilidad real? Bueno, la razón por la que se llama invisible es esta: es que las Escrituras nos dicen que tenemos la capacidad de discernir la profesión de fe de otras personas y su compromiso con Cristo, solo sobre la base de apariencias externas. Tú me dices que eres cristiano. Asumo que me estás diciendo la verdad, pero lo único que no puedo hacer es leer tu corazón. El estado real de tu alma está más allá de la capacidad de mi visión para poder ver. Tu alma es invisible para mí. Pero lo que es invisible para nosotros es claramente visible para Dios.
Estamos limitados a las apariencias externas; Dios puede leer el corazón. Y así, para Dios, no hay nada invisible en la iglesia. Todo está claro y abierto a Él. Pero como no conocemos el verdadero estado de las almas de otros, su estatus espiritual final es invisible para nosotros. Ahora, de nuevo, el error que queremos evitar es asumir que hay dos círculos. Una es la iglesia invisible y la otra es la iglesia visible. Esto no era lo que San Agustín tenía en mente cuando hizo esta distinción entre la iglesia visible e invisible. Agustín hizo esta observación: que la iglesia invisible se encuentra sustancialmente dentro de la iglesia visible. Por lo tanto, la iglesia invisible se refiere a aquellos creyentes verdaderos que se encuentran dentro de la iglesia visible, o la iglesia invisible. Esta es la iglesia invisible. Aunque te das cuenta de este pequeño espacio que dejé, eso salió del borde de la iglesia visible. Debido a que Agustín reconoció que puede haber – por varias razones distintas – personas que son miembros de… esta es la iglesia invisible y esta es la iglesia visible, y ya estoy confundiendo mis círculos. Trato de moverme solo en los mejores círculos, pero a veces me salgo. Esta es la iglesia invisible. Y a lo que Agustín estaba llegando con este pequeño espacio, es que hay ocasiones en que hay verdaderos creyentes que son miembros de la iglesia invisible de Jesucristo, pero que no pueden ser encontrados en las listas de alguna iglesia institucional o iglesia verdadera.
Ahora, ¿Cómo es posible eso? Bueno, hay varias razones para esa posibilidad. Una es que la persona se ha convertido, pero se le ha impedido providencialmente unirse a una iglesia visible. Supongamos que alguien se convierte y quiere unirse a una iglesia visible y en el camino a la ceremonia, es atropellado por un auto y lo matan. Tenía la intención de unirse a la iglesia, pero nunca llegó allí y se vio impedido providencialmente. El mejor ejemplo de ello sería el ladrón en la cruz. Hizo su profesión de fe. Nunca tuvo la oportunidad de unirse a una iglesia oficial. Así que ese es un pequeño grupo de personas que pueden estar en la iglesia invisible y nunca en la institucional.
El segundo grupo puede ser aquellos que están tan aislados de otras personas o de cualquier posible formación de una iglesia visible, que por eso no son miembros. Personas que están en régimen de aislamiento o viven en el Polo Norte o fueron atrapadas en campos de concentración durante la guerra, donde no hay iglesia visible a menos que empiece una dentro del campo y así por el estilo. Pueden ser, al menos por una temporada, retirados de cualquier cuerpo visible de cristianos.
Ahora, hay un tercer grupo y este es uno importante de entender. Este siguiente grupo es ese grupo de personas que francamente son negligentes en su responsabilidad como cristianos quienes, por una razón u otra, voluntariamente se abstienen de unirse a una iglesia visible. Ahora, hay muchas personas, particularmente en nuestra cultura actual, que están tan decepcionadas y frustradas con la iglesia institucional que dicen: «Puedo ser cristiano sin ser miembro de la iglesia visible. Para mí basta muy bien el estar en la iglesia invisible, así que no voy a involucrarme con la iglesia visible». Me gustaría decirles que eso es, a mi juicio, una transgresión seria contra el Señor Jesucristo quien estableció una iglesia visible y quien dio una tarea y una misión a una iglesia visible y estableció procedimientos para la organización de una iglesia visible, y nos llama a ser parte de esa iglesia visible.
Ahora, me doy cuenta de que una persona puede ser verdaderamente cristiana y puede estar en su ‘infancia’ en términos de su comprensión de las Escrituras y de las responsabilidades que Cristo impone, y que aún no ha llegado a la realización o a la madurez para reconocer que pertenece a una iglesia visible y que es su deber estar allí. Pero mientras tanto, en el lapso de ese tiempo, se han ausentado de ella y siguen siendo creyentes. Ahora, si llegan a aprender que están obligados a estar en una iglesia y persisten en eso indefinidamente, entonces ustedes se preguntarían sobre si verdaderamente eran creyentes en realidad. Pero estamos permitiendo que la posibilidad de verdaderos creyentes esté fuera del redil.
Ahora, el siguiente grupo es ese grupo de personas que han sido expulsadas de la iglesia visible. Es decir, han sido excomulgados pero que todavía son miembros de la iglesia invisible. Recuerden que el proceso de excomunión en la iglesia es ese proceso de disciplina que tiene varios pasos para llegar a eso, y que el paso final es ser excomulgado o removido de la comunión de la iglesia. Y ser considerado por la iglesia como un incrédulo. Ahora, recuerda que sólo hay un pecado por el cual una persona puede ser excomulgada. Y ese pecado es la falta de arrepentimiento.
Hay una serie de pecados que pueden dar inicio al proceso de disciplina y si una persona se arrepiente de su pecado en el camino, entonces puede mantener su comunión en la iglesia visible. Lo único que te llevaría al último paso sería si te niegas a arrepentirte en el camino. Y los verdaderos cristianos pueden, teóricamente, tener una caída tan grave de la gracia que caen en un pecado atroz y persisten en él a través de todo el proceso de disciplina eclesiástica y que lo único que los hace reflexionar, en el análisis final, es su excomunión. Porque uno de los propósitos de la excomunión es cortar a una persona de la comunión en la iglesia, para que si realmente es cristiana, esa será la acción disciplinaria final que los llevará al verdadero arrepentimiento. Así que, puedes tener verdaderos cristianos realmente excomulgados que en algún momento serán restaurados, pero por un tiempo, al menos, están fuera de la iglesia visible.
Bueno, ¿qué hay del grupo final de personas que están fuera de la iglesia visible, pero en la iglesia invisible? Y estas son personas que son miembros de instituciones que dicen ser iglesias, pero las iglesias no son iglesias auténticas o válidas. Son grupos apóstatas o grupos heréticos que la iglesia visible de Cristo no reconocerá como comunidades cristianas de buena fe. Por ejemplo, en nuestros días tienes la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que dice ser una institución cristiana: la Iglesia Mormona. El cristianismo histórico y ortodoxo se ha negado a reconocer la institución mormona como una iglesia legítima porque rechaza categóricamente la deidad de Cristo, lo cual el cristianismo ortodoxo ve como un punto de doctrina no negociable para que una iglesia sea una iglesia.
Y así también, al momento de la Reforma tenías la batalla teológica más feroz de la historia de la iglesia y lo que sucedió fue una acusación mutua de herejía donde Martín Lutero fue condenado como hereje y excomulgado por un edicto papal, y a su vez Lutero condenó a la Iglesia Católica Romana y dijo: no, ellos son los herejes. Y toda la doctrina de la justificación, que era un asunto sobre qué es el evangelio verdadero, fue el punto central de esa controversia. Y ambas partes consideraban que la otra parte, en su perspectiva del Evangelio, era hereje. Y ambas partes estuvieron de acuerdo en que el Evangelio es esencial para una verdadera iglesia cristiana. Que cuando una iglesia no tiene el Evangelio, ya no es una iglesia. Y así, Roma no reconoció en ese momento a la Iglesia Luterana como una iglesia válida y la Iglesia Luterana no reconoció a Roma como una iglesia válida.
Ahora, vamos a dejar ese argumento a un lado en cuanto a qué iglesia es válida y cuáles no. Pero, si podemos asumir por un momento que hay instituciones que dicen ser instituciones cristianas, pero que de hecho, no lo son, ¿sigue siendo posible que un verdadero cristiano esté dentro de una de esas instituciones? Por ejemplo, ¿sería posible que una persona sea miembro de la iglesia mormona, donde Jesús es exaltado y se le dice a la gente que mire a Cristo, y que no entienda completamente la teología del mormonismo, pero en realidad conozca a Cristo en ese ambiente? ¿No es acaso posible que un verdadero creyente pueda estar dentro de la comunidad mormona? Yo diría que sí. Y aunque no están en una iglesia genuina y visible, todavía son miembros de la iglesia invisible.
Y esas son las diferentes posibilidades hipotéticas. Pero el objetivo de todo esto es volver a esta idea de que la iglesia invisible, el verdadero pueblo de Dios existe sustancialmente dentro de la iglesia visible. Y que es nuestro deber, como uno que pertenece al Señor, que es propiedad del Señor, que ha sido comprado por el Señor y que ha sido llamado por el Señor, ser parte de la iglesia institucional visible que Él ha establecido en esta tierra. Y la iglesia tiene sus raíces que se remontan al Jardín del Edén. Y en la adoración inmediata y directa que Adán y Eva expresaron a su creador, ellos eran la iglesia.
Algunos han rastreado la iglesia hasta después de la caída de nuevo a Abel. Yves Congar, el teólogo católico romano, escribió una vez un libro titulado ‘Ekklesium Ob Abel’, el caso de la iglesia de Abel, en el que se remontó a la distinción que encontramos en las Escrituras, particularmente en el libro de Hebreos, entre la ofrenda que hizo Caín y la ofrenda que hizo Abel, una de las cuales fue agradable y aceptable para Dios; la otra fue inaceptable para Dios. Y como saben, debido a que Dios aceptó la ofrenda de Abel, Caín se puso celoso y se levantó en furia y mató a su hermano porque su sacrificio no fue aceptable para Dios. Ahora, algunos piensan que eso se debe a que la suya fue una ofrenda de granos y la de Abel fue una ofrenda de animales. Bueno, no lo creo. El autor de Hebreos nos dice que es por fe que Abel hizo su ofrenda y la presunción es que eso que agrada a Dios es la adoración de su pueblo, lo cual se hace por fe.
Entonces, la iglesia de Cristo, la iglesia invisible, es la iglesia formada por todos aquellos que tienen fe salvífica.