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Transcripción
Vamos a continuar con nuestro estudio de escatología, y mencioné en nuestra primera sesión que estamos experimentando una crisis de escatología refiriéndome específicamente a los ataques que se han hecho contra la credibilidad de las Escrituras y también contra la credibilidad de las profecías de Jesús con respecto a Su propio regreso. Lo mencioné antes, y lo vuelvo a hacer, que estoy siguiendo la estructura básica de mi libro titulado «Los últimos días según Jesús». Les advierto, otra vez, que la posición que tomaré en estos asuntos puede parecer diferente de lo que comúnmente escuchan sobre esos temas. Pero antes de ver mis puntos de vista y esos temas, creo que es importante que hagamos un pequeño reconocimiento histórico de las teorías críticas que han pasado a primer plano en los dos últimos siglos.
El siglo XIX fue dominado, tanto en el campo de la teología como de otras disciplinas académicas, por las teorías de la evolución. Tendemos a pensar en la evolución estrictamente en términos biológicos, pero el pensamiento teórico del siglo XIX fue fuertemente influenciado por la filosofía de Frederick Hegel, quien tenía una postura evolutiva de toda la historia, no solo de los desarrollos biológicos entre las especies vivas y demás, sino que toda la dinámica de la historia se lanzó en este contexto de evolución progresiva. Esto fue aplicado por los estudiosos en el siglo XIX al desarrollo de la religión, y la escuela que surgió de esto se llamó la Escuela de la historia de las religiones.
La Escuela de la historia de las religiones fue una escuela de pensamiento que dominó la teología liberal en el siglo XIX que aplicó estos principios de evolución a la religión bíblica, diciendo que la religión bíblica sigue los mismos patrones básicos que todas las religiones siguen en su desarrollo histórico, que la religión empieza de una manera simple y luego se desarrolla a un punto de vista más complejo. Empieza con el animismo con la postura de que los objetos supuestamente inanimados están habitados por espíritus, generalmente espíritus malignos, y luego pasas de ahí al politeísmo y el henoteísmo y, finalmente, en un momento posterior de la historia, ves el surgimiento del monoteísmo plenamente desarrollado. El argumento, por supuesto, era que la religión bíblica seguía el mismo patrón de desarrollo.
Ahora, de la mano con la aplicación de los principios evolutivos del desarrollo de la religión bíblica por parte de la Escuela de la historia de las religiones, había una poderosa inclinación anti-sobrenatural que controlaba el análisis del contenido de las Escrituras, de modo que cualquier asunto que comunicara un milagro era rechazado de plano: cualquier tema sobrenatural, como el nacimiento virginal de Jesús, la expiación como un evento cósmico de reconciliación entre lo humano y lo divino, la resurrección, la ascensión y, obviamente, el regreso de Jesús al fin de siglo también se consideraba parte de las trampas mitológicas que fueron incluidas en los documentos bíblicos.
Así que esto produjo una crisis en la iglesia en el siglo XIX, particularmente en Europa porque había miles de hombres que habían sido ordenados en el ministerio cristiano y millones y millones de dólares invertidos en edificios de iglesias y programas de iglesias y de repente los teólogos están diciendo que todo esto es un mito. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Cerramos las iglesias? ¿Hacemos que todos estos predicadores estén desempleados? ¿O revisamos nuestra comprensión del cristianismo de tal manera que sea compatible con las teorías modernas del hombre y del mundo?
Bueno, de nuevo el liberalismo del siglo XIX obviamente eligió el último camino y trató de reducir la importancia de la enseñanza del Nuevo Testamento y el ministerio de Jesús a una preocupación mundana por asuntos sociales y humanitarios, que el reino de Dios que era el motivo que los estudiosos bíblicos entendieron que unificó el Antiguo y el Nuevo Testamento. Ese concepto central del reino de Dios que se anuncia como procedente en las primeras páginas del Nuevo Testamento, la venida de Juan el Bautista que llamó al pueblo al arrepentimiento porque el reino de Dios estaba cerca, que estos estudiosos buscaron redefinir el significado del reino de Dios en términos de ética y valores.
Una de las principales figuras del siglo XIX en este sentido fue un hombre llamado Albrecht Ritschl, un estudioso alemán que argumentó que la enseñanza de Jesús debe entenderse no en términos sobrenaturales de salvación personal, sino más bien en términos de la enseñanza de valores humanos importantes, y que el reino de Dios tenía que ver con la aplicación social de la enseñanza ética de Jesús para que las personas empiecen a mostrar amor unos a otros, a cuidar a los pobres, etc., lo que luego dio impulso al desarrollo de Rauschenbusch del llamado evangelio social. Sabemos que desde entonces ha habido esta división entre el llamado liberalismo y el conservadurismo sobre si la misión básica de la iglesia es tan solo ministrar a las necesidades de los seres humanos en este mundo en este tiempo o si una de las grandes necesidades de los seres humanos es la redención personal y la reconciliación con Dios.
Cuando era estudiante en el seminario estudié teología por un tiempo con Dietrich Ritschl, que era nieto de Albrecht Ritschl, el teólogo alemán a quien acabo de mencionar. Pero en todo caso, después de este desarrollo del liberalismo del siglo XIX, apareció un libro a principios del siglo XX que tuvo un tremendo impacto en todo el campo de la erudición bíblica, y fue escrito por un hombre muy famoso, Albert Schweitzer, y sabemos de Schweitzer debido a su carrera como músico, como un magnífico organista, y también como misionero, probablemente uno de los misioneros más famosos de todos los tiempos. Pero ante todo era una persona académica, un estudioso del más alto nivel. Su libro fue traducido bajo el título «La investigación sobre la vida de Jesús».
Lo que Schweitzer hizo fue analizar y criticar todos los eventos de este pensamiento evolutivo y la revisión del concepto del Nuevo Testamento del reino de Dios que se había hecho popular en el liberalismo del siglo XIX. El propio Schweitzer fue muy influenciado por otro erudito llamado Johannes Weiss, o «Wise» diríamos nosotros, pero Weiss en alemán. Weiss había argumentado, y había argumentado convincentemente, que si vamos a tomar en serio los documentos del Nuevo Testamento y la enseñanza de Jesús y los apóstoles en serio, tenemos que entender la enseñanza del reino de Dios ante un trasfondo judío de escatología apocalíptica. Eso suena medio elegante, pero básicamente Schweitzer estaba diciendo que el mensaje de Jesús y Su enseñanza sobre el reino es ininteligible, aparte del enfoque central de la escatología que contiene. Ahora, cuando Schweitzer habló de la postura escatológica de Jesús del reino de Dios, no quiso decir con el término escatológico lo que normalmente se quiere comunicar con el término.
Por lo general, usamos el término escatológico o escatología simplemente para referirnos a las últimas cosas o los últimos tiempos o los tiempos finales, una orientación futura, pero cuando Schweitzer habló de un reino escatológico se refería, no a un reino que viene por una evolución gradual, a un desarrollo progresivo de este mundo sobre la ética y demás, como los liberales del siglo XIX querrían describirlo, sino que este reino del que Jesús habló que vendría, vendría catastróficamente, repentinamente, sobrenaturalmente, que viene trascendentalmente desde arriba, que el reino era algo que Dios traería del cielo penetrando el proceso normal y el progreso de la historia.
Ahora, entiendan este punto técnico. Schweitzer está diciendo que tratar de interpretar la enseñanza de Jesús sobre el reino de Dios y Sus promesas futuras de la manera en que los liberales del siglo XIX lo estaban haciendo era fundamentalmente no solo incorrecto sino deshonesto, porque no trataba realmente con la enseñanza clara del texto de las Escrituras. Para Schweitzer, para que los documentos del Nuevo Testamento sean inteligibles, debes tomar en serio su marco escatológico. Ahora, parece que en este punto Albert Schweitzer estaba luchando por los ángeles y era un feroz defensor de la ortodoxia cristiana.
Por el contrario, todo lo que está diciendo en este punto es que si vamos a ser fieles en nuestra comprensión académica de lo que dice el Nuevo Testamento, tenemos que leerlo como fue escrito; es decir, en su lenguaje escatológico y su expectativa, y dijo que no hay duda de que los registros de la postura de Jesús del reino de Dios era de uno que vendría del cielo catastróficamente, y había diferentes puntos en el ministerio de Jesús donde Jesús, según Schweitzer, esperaba el avance de ese reino desde el cielo. Según Schweitzer primero, por ejemplo, cuando Jesús envió a los setenta a los diversos pueblos y ciudades de Israel anunciando el reino de Dios, Él esperaba que Dios actuara y llevara a cabo el reino en ese momento. Pero no sucedió. Así que, en la propia conciencia de Jesús, Jesús tuvo que pasar por cierto período de anticipación retrasada en Su propia conciencia.
De modo que, por ejemplo, cuando vino a Jerusalén en el momento de crisis de la entrada triunfal, tal vez ahora Dios iba a traer el reino. Pero no sucedió. Aun así Jesús persistió con Su expectativa hasta el final, incluso hasta el punto de permitir ser arrestado, ser condenado, y recuerda que habló de, ya saben, no pueden hacer esto a menos que te deje hacerlo. Puedo invocar legiones de ángeles y ellos podrían salvarme, pero Él no lo hace. Él espera que Dios intervenga e interceda y traiga el reino. Pero finalmente en Sus últimos momentos en la cruz, Jesús se da cuenta de que no va a suceder. Y Él clama desde las profundidades de Su propia agonía y desilusión: «Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?». Jesús muere como una figura noble, como un gran maestro que encarnó el evangelio de amor que Schweitzer trató de predicar en todo el mundo, pero murió desilusionado por Sus propias expectativas de la venida del reino de Dios.
Ahora, el valor de Schweitzer es que, desde su trabajo, ha sido casi imposible para los estudiosos serios tratar la enseñanza del Nuevo Testamento y la enseñanza de Jesús y no darse cuenta de que está expresada constantemente en lenguaje escatológico. Esa es la contribución que Schweitzer ha hecho a esta crisis. Por supuesto, el lado negativo es que aunque argumenta a favor de la centralidad escatológica de la enseñanza de Jesús, por supuesto que Jesús estaba equivocado, y terminó en desilusión.
Luego habla de lo que se llama en el lenguaje académico el retraso de la parusía, que no solo Jesús tuvo que retrasar Su expectativa de Su venida y la manifestación de Su gloria, sino que la iglesia primitiva tuvo que pasar por el mismo proceso de parousia fortrag o demora para que a medida que pasara el tiempo hiciera todo tipo de ajustes para excusar no solo el hecho de que el reino no viniera durante la vida de Jesús, sino también el que Jesús todavía no hubiera regresado, lo que nos trae de nuevo a esta pregunta que planteamos en nuestra primera sesión sobre las referencias temporales de la gloria venidera de Jesús.
Ahora, no todos se voltearon y se hicieron los locos con las conclusiones negativas de Schweitzer. Los estudiosos vinieron y trataron de hablar sobre este concepto de este retraso en la parusía, y uno de los más importantes fue el estudioso británico llamado C. H. Dodd, quien escribió sobre el Evangelio de Juan y sobre las parábolas de Jesús que se concentran en la enseñanza de Jesús sobre el reino de Dios. Ya saben, cuándo las parábolas dicen que el reino de Dios es semejante a esto; el reino de Dios es semejante a eso y demás.
C. H. Dodd es importante para desarrollar lo que se llamó «escatología realizada», Dodd ve que, en su mayor parte, las predicciones de Jesús, Dodd las interpreta como haciendo referencia a un marco de tiempo del primer siglo. Asume que tenemos que tomar en serio esas referencias temporales de la cercanía de la venida de Jesús, pero concluyó que Jesús no estaba desilusionado y que las referencias de marcos temporales no dejaron de materializarse, pero de hecho los pronósticos futuros de Jesús tuvieron lugar en el marco en el que dijo que lo harían, pero en un sentido espiritual.
Por ejemplo, volvemos a esos tres textos que eran tan problemáticos: «No terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre». Bueno, los discípulos vieron al Hijo del Hombre manifestándose, el reino de Dios manifestándose porque en el Nuevo Testamento hay claras referencias a la presencia del reino de Dios. Cuando Juan viene, Juan dice: «El reino de Dios se ha acercado». Cuando Jesús aparece, dice: «El reino de Dios está entre ustedes». Jesús dijo: «Si Yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes». De modo que la presencia misma de Jesús fue una manifestación y una venida del Hijo del Hombre en Su reino.
No solo eso: «Hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en Su reino». Dijo que era una referencia a un evento que ocurrió en un par de semanas más o menos; es decir, la transfiguración, porque algunos de los que estaban allí fueron testigos oculares de la gloriosa aparición de Jesús, o, en la resurrección y ascensión. Tanto en la resurrección como en la ascensión, la gloria de Jesús se hizo manifiesta a Sus discípulos, y todo esto ocurrió dentro del marco de esa generación. Entonces, para Dodd, había una escatología futura completamente realizada y que las profecías que Jesús hizo no eran sobre algún evento futuro al fin del siglo, sino que tenían que ver con la manifestación espiritual que realmente tuvo lugar en el primer siglo.
Ahora, otros dos hombres que contribuyeron significativamente a estas discusiones fueron Oscar Cullmann y Hermann Ridderbos, el estudioso holandés del Nuevo Testamento. Cullmann desarrolló una teoría que se llamó la analogía vide que tuvo bastantes adeptos a mediados del siglo XX o en realidad poco después de la Segunda Guerra Mundial, donde habló sobre la analogía o la relación entre el Día «D», la invasión aliada de Normandía que ocurrió en junio de 1944 muchos meses antes de la rendición de Alemania. La guerra no terminó hasta la primavera siguiente de 1945, pero el punto de inflexión de la guerra fue el Día «D».
Según Cullmann, dijo esto: «Que así como el Día “D” marcó el final del conflicto de la Segunda Guerra Mundial, para todos los fines, la guerra terminó en junio de 1944 a pesar de que no llegó a su final real hasta ¿qué? Abril o mayo del 1945. Así lo dijo de igual forma, que el futuro reino de lo que Jesús predijo ya ocurrió decisivamente con Su ministerio terrenal, con Su resurrección y con Su ascensión, y que lo único que queda es una especie de posdata al fin del siglo, pero para todos los fines, el reino ha llegado en poder y gloria y el resto es solo la cereza del pastel. Pero, de nuevo, la pregunta con esto que inmediatamente surge es si puedes esperar que el fin de la guerra sea doscientos años después del Día «D». Ahí es donde se rompe la analogía.
Herman Ridderbos toma esa posición similar y desarrolló el concepto en holandés de lo que se llama el Als y el nochtis neicht, o el «ya pero todavía no», en el que dijo que si vamos a entender el Nuevo Testamento tenemos que ver que el reino de Dios ya ha llegado en gran medida. Hay una als al reino de Dios, un «ya». Pero todavía queda al final de los tiempos la consumación final de ese reino el cual, el cual todavía no ha llegado, nochtis neicht. Muy ligado a esto está a menudo la teoría de la realización primaria y secundaria; es decir, que gran parte de la predicación y enseñanza del Nuevo Testamento se cumplió en su sentido primario en los tiempos bíblicos, aunque tendrá un cumplimiento secundario al fin del siglo.
Estas son algunas de las diferentes formas en que las personas han abordado el asunto de la referencia del marco temporal. El dispensacionalismo, por cierto, lo ve todo en el futuro y vamos a ver una posición que incorpora varios elementos de estos enfoques, y empezaremos ese análisis en nuestra próxima sesión.