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Transcripción
En la última sesión de nuestro estudio de los últimos días, recordarás que vimos la versión que Marcos da del discurso del monte de los Olivos, y vimos todos los elementos que estaban contenidos en esa profecía futura que Jesús dio a Sus discípulos sobre la destrucción del templo, la destrucción de Jerusalén y luego todas las señales de los tiempos que enumeró, y que concluye con la predicción de Su venida en nubes de gloria, después de lo cual Él indicó que esa generación no pasaría hasta que todas estas cosas se cumplieran.
Hemos visto algunos de los problemas críticos que enfrentamos con respecto al marco de tiempo que Jesús atribuye a todos estos eventos que están incluidos en el discurso del monte de los Olivos y recordamos que el marco de tiempo que Jesús dio fue en respuesta directa a la pregunta que Sus discípulos le plantearon a Él cuando dijeron: «¿Cuándo ocurrirán todas estas cosas?». Ahora, al tratar de lidiar con todo el material que se encuentra en el discurso del monte de los Olivos, lo primero con lo que tenemos que lidiar es con el principio de interpretación bíblica que aplicamos al texto.
Uno de los principios más importantes de la interpretación bíblica es el llamado sensus literalis, que a menudo se interpreta o traduce con las palabras «el sentido literal» de las Escrituras. Eso es un poco engañoso, porque en la forma en que las personas usan popularmente el término «traducción literal» quieren decir con eso que los eventos ocurren, estos suceden, en la forma exacta, según lo que estaba escrito en las Escrituras. Considerando que el concepto de interpretación literal, tal como se estableció por primera vez en la Reforma, significaba que la Biblia siempre debe interpretarse según el sentido en que está escrita; es decir, que hay algunas formas de estructura literaria en la Biblia que están escritas en forma de narrativa histórica. Algunas veces encontramos el estilo poético.
Otro lenguaje que encontramos es el histórico ordinario; otro lenguaje es simbólico o metafórico. Ahora, para que tengamos eso presente, quiero ver los elementos en el discurso del monte de los Olivos y usaremos nuevamente la versión de Marcos como guía, el día de hoy, y voy a hacer una distinción entre el lenguaje ordinario y el simbólico. Lo que quiero decir con lenguaje ordinario es lo que algunas personas entienden por interpretación literal, es decir, que el texto significa exactamente lo que parece sugerir que está diciendo en el uso ordinario de las palabras. El lenguaje simbólico es cuando hay un elemento simbólico en el patrón del habla o la forma literaria que se está utilizando.
Ahora, si vemos Marcos 13 y el discurso del monte de los Olivos, básicamente tenemos tres opciones frente a nosotros sobre cómo interpretar el discurso del monte de los Olivos. La primera opción es asumir, esta será la opción número uno, que todo el discurso debe entenderse según la interpretación, utilizando el lenguaje ordinario o lo que normalmente se llama lenguaje literal. Esa es una opción. Una segunda opción es que todo es simbólico o metafórico. Y la tercera sería que usa un lenguaje en parte literal o en parte un lenguaje ordinario, por lo que alguna parte es ordinaria y la otra parte sería simbólica. Esas son básicamente las opciones que tenemos cuando llegamos a ese texto y tratamos de interpretarlo.
Ahora, aquellos críticos que hemos analizado hasta ahora, que han usado el discurso del monte de los Olivos como una palanca de apoyo para atacar la confiabilidad bíblica e incluso la exactitud de la profecía de Jesús mismo, han aplicado un lenguaje ordinario y literal a todo el discurso del monte de los Olivos. Ellos ven que ciertas partes del discurso ciertamente ocurrieron según las predicciones; es decir, cuando Jesús predijo la destrucción del templo en un lenguaje simple y ordinario, eso es exactamente lo que sucedió en la historia conocida. Y del mismo modo, la destrucción de la ciudad de Jerusalén ocurrió según el lenguaje ordinario que Jesús usa en el discurso del monte de los Olivos.
Pero, si aplicamos el lenguaje ordinario al tercer aspecto crítico o dimensión del contenido de la profecía; es decir, el regreso de Jesús en gloria al fin del siglo, los críticos dicen que no ha ocurrido literalmente y también dan una interpretación literal a la declaración: «No pasará esta generación hasta que todo esto suceda». Así que ves entonces que si tomas todos los elementos del discurso del monte de los Olivos y les aplicas una traducción literal, tienes serios problemas tal como lo plantean los críticos. Ahora, no conozco a nadie que sostenga que todo el discurso del monte de los Olivos se dé en un lenguaje simbólico y metafórico, por el simple hecho de que el templo no fue destruido simbólicamente en el 70 d. C. y que Jerusalén no fue meramente devastada de forma simbólica en el año 70 d. C., sino que ambos eventos ocurrieron de manera literal.
Entonces, eso nos deja, realmente, con la tercera opción, la cual es, ver este texto y ver aquí una intercalación del lenguaje ordinario sumado a ciertos elementos del lenguaje simbólico y metafórico. Ese es el enfoque que voy a tomar para el texto. Entonces, la pregunta sería ¿qué parte del texto tratamos en términos de interpretación literal, y qué parte del texto tratamos en términos de interpretación simbólica? Ahí es cuando todo el tema se vuelve complicado y algo difícil. Obviamente, si enumeramos los elementos clave del discurso, la destrucción del templo, creo que todos estaríamos de acuerdo en que ese lenguaje aquí se usa en un sentido ordinario, literal y por lo tanto usaremos literal u ordinario para la destrucción del templo.
El segundo elemento es el elemento de la destrucción de toda la ciudad de Jerusalén. Decimos que eso ocurrió literalmente en el año 70 d.C., por lo que le asignaremos una interpretación literal a ese elemento. Bueno, ¿y qué con respecto a la venida de Cristo en gloria? Sólo colocaré ahí un signo de interrogación por el momento. ¿Regresó Jesús literalmente dentro de este marco o no? Y dejaremos esa pregunta ahí por un segundo. Luego tenemos las señales que se enumeran allí, de que los discípulos serían entregados a concilios, que serían perseguidos, que surgirían falsos cristos, que habría guerras, rumores de guerras, hambrunas, terremotos, la aparición de la abominación desoladora y que el evangelio llegaría a todas las naciones. Y voy a separar esa.
Pero diremos que las señales en su mayor parte se entienden que ocurrirían literalmente. Estamos hablando de terremotos reales, persecuciones reales, tribulación real, falsos mesías reales, y demás. Y en ese sentido, la mayoría de los estudiosos bíblicos está de acuerdo en que estas cosas deben interpretarse con lenguaje ordinario o lenguaje literal. Ahora, el asunto del evangelio a todas las naciones es una pregunta, y el sentido y significado del término «fin del siglo» es una pregunta; y, por supuesto, una de las grandes preguntas se refiere a las perturbaciones astronómicas (voy a llamarlas así), la agitación de los cielos que se describe como un precursor de la venida de Cristo.
Vamos a plantear una pregunta sobre eso, y luego, en el análisis final, la pregunta de «no pasará esta generación». ¿Debemos interpretar eso literal o simbólicamente? Así que no voy a perder tiempo tratando con esas porciones del discurso del monte de los Olivos sobre las cuales hay poco o ningún debate en términos de su literalidad: el templo; Jerusalén; los signos, aquellos que he extrapolado. Bien, empecemos. Dado que la gran pregunta tiene que ver con la venida de Cristo al final, dejemos esa sola por un minuto y veamos algunos de estos otros que tienen preguntas adjuntas.
En primer lugar, ¿qué quiere decir el discurso del monte de los Olivos cuando habla de que el evangelio se proclama a todas las naciones antes del cumplimiento de las partes esenciales del discurso del monte de los Olivos? En la expectativa cristiana moderna, hay muchos que creen que hasta que el evangelio sea literalmente predicado a cada lengua y cada tribu y cada pueblo en esta tierra, hasta que el evangelio penetre en cada nación del mundo, Cristo no regresará. De hecho, algunas de las organizaciones misioneras mundiales están alimentadas por el deseo de cumplir esta señal para acelerar el día de la venida de Cristo. Mi pregunta es doble con respecto a esta señal en particular. En primer lugar, ¿a qué se refiere con «las naciones»? No sé a qué se refiere el discurso del monte de los Olivos con su referencia a todas las naciones.
Pero puedo decirles esto, que es un aspecto importante de nuestra comprensión de este texto, que la frase o la palabra aquí «naciones» se usa de dos maneras claramente diferentes en el Nuevo Testamento. Por un lado, la palabra ethnoi o naciones se usa en ocasiones para referirse a las naciones gentiles. Pero también Israel, al estar compuesto de tribus, también se mencionaba de vez en cuando en el Nuevo Testamento como las naciones de Israel. De modo que este texto podría referirse simplemente que el evangelio iría a todas las tribus o naciones de Israel antes del cumplimiento. Recuerda el enlace al otro pasaje que está en disputa cuando Jesús dijo: «No terminarán de recorrer las ciudades de Israel hasta que veas que el reino de Dios viene con poder», y demás.
Pero, aunque concedo eso como una posibilidad, no creo que eso sea lo que estamos viendo aquí. Creo que esta es una referencia a diferentes nacionalidades, no solo tribus judías o naciones judías. Así que, si con eso queremos decir que esto literalmente tiene que cumplirse, entonces obviamente los críticos tienen una posición fuerte aquí al decir que Jesús dijo que todo esto ocurriría dentro de una sola generación, y obviamente el evangelio no ha ido a todas las naciones en ese período de tiempo.
Sin embargo, si vas a la carta de Pablo a los Romanos, Pablo en Romanos habla de que el evangelio ya se había extendido a través de todo el mundo, cuando estaba escribiendo a los romanos, y está hablando del mundo conocido de ese día, que el libro de Hechos y el mandato de ir a Jerusalén, Judea, Samaria y para los judíos o para las naciones gentiles, ya habían sido cumplidas de una manera dramática para el tiempo en que Pablo estaba escribiendo Romanos y habla de que el evangelio había salido a todo el mundo.
Ahora, esa frase es una expresión idiomática de la gente para referirse al mundo romano de la época y en ese caso no la interpretaríamos literalmente para referirnos a todas y cada una de las naciones, tribus o lenguas. Es por eso que tenemos un signo de interrogación junto a esa frase del evangelio para todas las naciones. Ahora, el siguiente también es clave para todo el debate. O sea, ¿qué se entiende por «el fin del siglo»? Y esa pregunta es tan importante que voy a pasar tiempo tratando y abordando eso por separado en una sesión diferente.
Permítanme decir, por ahora, que todos los que creen que el cumplimiento del discurso del monte de los Olivos, en su totalidad, ocurrió dentro de los cuarenta años posteriores a la predicción de Cristo; es decir, dentro del marco de tiempo de esa generación de contemporáneos que escucharon la profecía de Jesús, creen que de lo que Jesús está hablando aquí no es el fin de la historia mundial, sino el fin de la era judía, el fin de la economía de la redención que se centró en la nación judía, que llegó a su fin coincidiendo con la destrucción del templo y la destrucción de Jerusalén.
En el año 70 d.C. vemos un momento decisivo de separación de la comunidad cristiana de la comunidad judía y el cristianismo como religión mundial emergiendo de ese momento de crisis. Se había estado moviendo gradualmente hacia esa separación final que ocurrió en el año 70 d.C., y lo analizaremos, como dije, con mayor detalle más adelante. Pero de paso, de nuevo, si el fin del siglo significa el fin del mundo, en un sentido literal, entonces obviamente eso no ocurrió dentro del marco de tiempo de una generación humana y todavía no ha ocurrido.
Bien, ¿qué con respecto a las perturbaciones astronómicas que se mencionan en el texto cuando se habla de las señales en los cielos: «En aquellos días», empezando en el versículo 24 del capítulo 13 de Marcos, «después de esa tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz. Las estrellas irán cayendo del cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces Él enviará a los ángeles, y reunirá a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo».
Ahora, aquí estamos hablando de lo que yo llamo perturbaciones astronómicas o señales visibles, señales catastróficas que ocurren en los cielos. Ahora, esto plantea una pregunta muy importante de estilo y forma literaria, por esta razón es que en el Antiguo Testamento no era en absoluto raro o sin precedentes que los profetas de Israel describieran las visitas del juicio divino sobre la tierra mediante el uso de imágenes gráficas, muy similares a estas imágenes, que indicaban un juicio catastrófico traído por Dios sobre una ciudad o una nación en la que estos eventos fueron descritos en términos de perturbaciones astronómicas que no ocurrieron literalmente, sino que fueron formas proféticas de lenguaje metafórico.
Permítanme dar algunos ejemplos de eso, de mi libro. Leemos en Isaías 13 capítulo 9 o versículo 9, versículo 10 y versículo 13, la siguiente descripción del juicio de Dios sobre la destrucción de Babilonia o Tiro: «Miren, el día del Señor viene, / Cruel, con furia y ardiente ira, / Para convertir en desolación la tierra / Y exterminar de ella a sus pecadores». Ahora, presten atención a esta porción. «Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones / No destellarán su luz. / Se oscurecerá el sol al salir, / Y la luna no irradiará su luz. / Por tanto, haré estremecer los cielos, / Y la tierra será removida de su lugar». Ahora, este lenguaje es casi idéntico al lenguaje que Jesús usa en el discurso del monte de los Olivos con respecto a Su venida. Hay otras porciones en el Antiguo Testamento donde vemos el mismo tipo de lenguaje usado en las profecías del Antiguo Testamento para predecir el juicio de Dios en eventos que ya han ocurrido. Tiro fue visitado por la ira divina. Babilonia ha caído, y esas profecías ya se cumplieron sin un cumplimiento literal de estos cambios astronómicos o catástrofes.
Otro pasaje es de Isaías 34:3-5. Aquí Isaías anuncia la desolación de Bosra, que es la capital de Edom y lo hace de la siguiente manera. Dice: «Y las montañas serán empapadas con su sangre. / Todo el ejército de los cielos se consumirá, / Y los cielos se enrollarán como un pergamino. / También todos sus ejércitos se marchitarán / Como se marchita la hoja de la vid, / O como se marchita la de la higuera. / Porque Mi espada está embriagada en el cielo, / Descenderá para hacer juicio sobre Edom». Ahora, este es el lenguaje usado por la profecía de Isaías de eventos que claramente sí ocurrieron sin un cambio astronómico literal.
Entonces, el punto es este: cuando lleguemos al discurso del monte de los Olivos, como lo veremos en nuestra próxima sesión, la pregunta es: el gran problema con el discurso del monte de los Olivos es cómo entendemos esta palabra aquí: generación. «No pasará esta generación hasta que todo esto suceda». De lo que se trata en términos simples es, ¿debe interpretarse esto literal o simbólicamente? Ahora, hemos visto las perturbaciones astronómicas, si se interpretan literalmente, entonces la única forma en que podemos salvar el discurso del monte de los Olivos es interpretar esto simbólicamente y ver la venida de Cristo de una manera diferente de cómo estamos acostumbrados a verla en esta ocasión.
En otras palabras, en términos simples, damas y caballeros, algo en este texto tiene que ser interpretado simbólicamente y algo tiene que ser interpretado literalmente o no hay manera de que podamos salvar este texto de los ataques de la alta crítica. Y, entonces, la pregunta que nos queda por examinar es ¿qué vemos literalmente y qué vemos simbólicamente? Y lo más crítico, de nuevo, es la referencia temporal de «esta generación».