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Transcripción
Con seguridad, cualquier estudio de escatología del Nuevo Testamento y cualquiera que esté interesado en lo que la Biblia enseña con respecto al futuro, ese interés lo llevará de forma inevitable a considerar el contenido y la importancia del último libro del Nuevo Testamento o el libro de Apocalipsis. No creo que haya ningún libro en la Biblia que haya sido sometido a más escrutinio que ese libro y sobre el cual haya una diversidad más amplia de interpretaciones que con respecto al libro de Apocalipsis; y parte de la razón para eso, por supuesto, es la naturaleza misma del tipo de forma literaria que encontramos en él. Es tan imaginativo y simbólico, con todo tipo de imágenes gráficas que a veces nos parecen tan extrañas.
Algunas personas piensan que incluso cuando fue escrito, fue escrito en una especie de código para ocultar su mensaje explícito de las autoridades romanas de la época. Pero, por supuesto, eso sigue siendo un asunto de especulación. Hay todo tipo de discusiones y debates sobre lo que significa este símbolo o el otro símbolo. Pero hay una tema apremiante sobre el libro de Apocalipsis que es ampliamente ignorado entre los cristianos y me refiero a la pregunta de cuándo se escribió el libro, porque cuando estamos tratando de entender cualquier libro de la Biblia tenemos que hacer nuestra tarea y ver el entorno, el momento de la vida en el que fue escrito por primera vez y la fecha de un libro a ese nivel se vuelve muy importante. También queremos saber quién lo escribió y a quién fue escrito.
Bueno, sabemos quién escribió el libro de Apocalipsis. Se le atribuye al apóstol Juan, quien nos dice que estaba en el exilio en la isla de Patmos y que recibió esta revelación directa de Cristo y se le ordenó escribir estas cosas para la instrucción y el beneficio de la iglesia. Entonces, la pregunta es, bien, Juan dice que estaba en Patmos, estaba en el exilio, él era el autor de esto y la fuente de la información vino de Jesús, pero ¿cuándo se escribió? ¿Por qué es tan importante esa pregunta? Bueno, en nuestras discusiones para tratar de entender el discurso del monte de los Olivos y las referencias que Jesús hizo sobre estos aspectos que estaban a punto de suceder dentro del marco de tiempo de la generación actual en la que profetizó la destrucción del templo, la destrucción de Jerusalén y Su venida al fin del siglo, con lo que hemos estado lidiando.
La posición preterista moderada es, por supuesto, como hemos visto, que todas estas cosas que Jesús predijo que sucederían dentro del marco de tiempo de una generación, de hecho sucedieron coincidentemente con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C. Ahora, la pregunta es, ¿qué relación tuvo el libro de Apocalipsis con esta teoría? Eso es lo que es; una teoría. No es una afirmación dogmática de mi parte. Quiero aclarar eso. Solo es una postura de la comprensión de estas preguntas difíciles.
Bueno, el informe mayoritario en los estudiosos del Nuevo Testamento durante mucho tiempo ha sido que el libro de Apocalipsis fue escrito durante la década de los noventa, quizá durante el reinado del emperador Domiciano, lo que lo habría hecho aparecer mucho después de la caída de Jerusalén. Eso haría extremadamente improbable que las profecías contenidas en el libro de Apocalipsis tuvieran alguna referencia inmediata a estos eventos catastróficos que Jesús había predicho en el monte de los Olivos. Pero luego surge la pregunta, ¿qué pasaría si no fue escrito en los años noventa sino que fue escrito antes de la caída de Jerusalén? Eso sí que nos daría una forma completamente nueva en la comprensión de la aplicación inmediata del contenido del libro de Apocalipsis a los contemporáneos de Juan que recibieron esa revelación.
Ha habido estudiosos de renombre en el pasado que han argumentado a favor de una fecha mucho más temprana de Apocalipsis colocándola en la década de los sesenta en lugar de los años noventa o incluso después del año 100 d. C. como algunos de la alta crítica la han ubicado. Es decir, fue escrito antes de la caída de Jerusalén y con referencia específica a aquellos eventos que iban a suceder en y alrededor de esos momentos catastróficos que habían sido predichos por el discurso del monte de los Olivos. Así que quiero tomarme un tiempo hoy para ver esta pregunta sobre el fechado del libro de Apocalipsis.
Cada vez que tratamos con el asunto del fechado de un libro de la Biblia, prestamos atención a dos fuentes básicas o dos áreas. En primer lugar, hablamos de la evidencia externa y luego vemos la evidencia interna. Por ejemplo, cuando vemos el libro de Romanos, empieza donde el autor dice: «Pablo, llamado a ser apóstol de Dios», se identifica a sí mismo como el autor y sabemos cuándo murió y otros datos. Obtenemos cierta información de la fecha de Romanos por la evidencia interna de lo que Pablo dice sobre lo que está pasando en ese momento. Lucas habla de la infancia de Jesús y la ubica durante el reinado de César Augusto, cuando Cirenio era gobernador de Siria y datos así.
De modo que tenemos declaraciones internas en varios libros que nos dan una pista de cuándo fueron escritos. Pero la iglesia siempre se ha preocupado históricamente por las referencias externas. Lo que queremos decir con la evidencia externa son referencias a las obras de escritores extra-bíblicos. Por ejemplo, los padres de la iglesia primitiva citaban con frecuencia las Escrituras que obviamente habían aparecido antes que ellos y si sabemos, por ejemplo, cuándo vivió Clemente de Roma, y encontramos a Clemente citando al apóstol Pablo del libro de Corintios, sabemos que Corintios fue escrito antes de que Clemente muriera.
Si sabemos cuándo murió Clemente, eso nos dará algunos parámetros para evaluar. A veces, aun los escritores extra-bíblicos serán aún más específicos y nos dirán el año más o menos en que la tradición se aferra a la aparición de cierto libro. Uno de los argumentos más formidables para la fecha tardía del libro de Apocalipsis viene a través del testimonio del padre de la iglesia Ireneo, que es uno de los padres más respetados de la antigüedad, porque hace una referencia específica al Apocalipsis en su libro, su famoso libro, «Contra las herejías». De hecho, es el Libro V de «Contra las herejías»
Ahora, antes de leer esta cita de Ireneo, permíteme recordarte que su obra original fue escrita en el idioma griego y que el manuscrito griego de su libro se ha perdido, pero todavía tenemos traducciones al latín y lo que voy a leer es una traducción al inglés, es decir, una traducción del texto en latín que era una traducción del texto griego. Pero en todo caso, permíteme leer lo que Ireneo dice con respecto a estos eventos. Él dice, y cito: «Sin embargo, no incurriremos en el riesgo de pronunciar positivamente en cuanto al nombre del anticristo. Porque si fuera necesario que su nombre fuera revelado claramente en este tiempo presente, habría sido anunciado por el que contempló la visión apocalíptica». Ahora, Ireneo nació en el año 130 y murió en el año 202. Así que él es un padre de la iglesia del siglo II.
Ahora, está hablando del misterioso carácter del anticristo y de las referencias apocalípticas sobre él y dijo: «Si fuera necesario que su nombre fuera conocido por nosotros, que fuera claramente revelado en este tiempo presente, habría sido anunciado por aquel que contempló la visión apocalíptica». ¿Qué está diciendo allí? Si necesitáramos saber el nombre del anticristo, Juan nos lo habría dicho, porque él es el autor y el que contempló la visión apocalíptica. Aquí, aquí está la oración crítica. «Porque eso se vio no hace mucho tiempo, sino casi en nuestros días hacia el final del reinado de Domiciano».
Permítanme decirlo de nuevo. «Porque eso se vio no hace mucho tiempo, sino casi en nuestros días hacia el final del reinado de Domiciano». Aquí está la razón principal, en términos de evidencia externa, porque la mayoría de los últimos padres de la iglesia que fecharon Apocalipsis tardíamente y durante el reinado de Domiciano, lo hicieron en base al testimonio de Ireneo. El primer vistazo a estas palabras sugeriría que lo que Ireneo está diciendo fue que la visión apocalíptica que Juan recibió ocurrió durante el reinado de Domiciano. Eso obviamente habría sido después de la caída de Jerusalén.
Ahora, por otro lado, Ireneo podría estar equivocado. No es un escritor inspirado. Podría tener sus fechas y horarios mezclados. Sin embargo, hay una pregunta gramatical y literaria sobre esta traducción. La pregunta tiene que ver con el antecedente de «eso». «Porque eso», de nuevo, «se vio… casi en nuestros días hacia el final del reinado de Domiciano». ¿Está diciendo que la visión de Juan fue vista durante el reinado de Domiciano? ¿O está diciendo que Juan, quien recibió la visión, llegó a vivir hasta el reinado de Domiciano? De nuevo, la historia de la iglesia indica que de todos los discípulos de Jesús, el que vivió más tiempo fue Juan.
En otras palabras, si haces un análisis técnico de esta declaración, la declaración puede referirse a cualquiera de las dos cosas, ya sea que la visión que Juan recibió ocurrió durante el reinado de Domiciano o que Juan llegó a vivir hasta durante el reinado de Domiciano, el que podría responder la pregunta por nosotros sobre quién era el anticristo. Ahora, si vemos más a fondo en los escritos de Ireneo surgen algunos otros hechos interesantes. Uno es que Ireneo mismo hace referencia a la cita: «Copias antiguas del libro de Apocalipsis». No te refieres a algo que fue escrito en tus propios días como un manuscrito antiguo.
Pero si hubiera sido escrito cien años antes de lo que él estaba escribiendo, obviamente ese título podría aplicarse correctamente como lo hace aquí. Así que hace referencias en otras partes de sus propios escritos a copias antiguas del Apocalipsis. Además, Clemente sostuvo, otro padre de la iglesia primitiva muy respetado, que toda la revelación apostólica que recibimos en el texto de las Escrituras cesó durante el reinado de Nerón. De modo que el testimonio externo de Clemente es que todo lo que se encuentra en el canon del Nuevo Testamento y toda la revelación apostólica, que incluiría el libro de Apocalipsis, había cesado con la muerte de Nerón, lo que significa que todos los documentos del Nuevo Testamento se completaron para el año 68 d. C., lo que lo pondría antes de la caída de Jerusalén.
Ahora, esos son algunos de los puntos clave de la evidencia externa, hay otras consideraciones menores y no me tomaré el tiempo para entrar en ellas hoy. Doy más de esa información en mi libro, pero no solo eso, sino que Ken Gentry ha escrito un magnífico libro sobre este tema titulado La caída de Jerusalén, en el que, como parte de su tesis doctoral, investigó todo esto. Trata de argumentar, y creo que hace un argumento fuerte, para la fecha temprana del libro de Apocalipsis. Pero desviemos nuestra atención ahora, al menos por un momento, lejos de la evidencia externa y veamos la evidencia interna, porque eso puede ser muy importante.
Hemos estado preocupados todo el tiempo en esta serie con las referencias de marcos de tiempo en el Nuevo Testamento. Permítanme recordarles cómo empieza el libro de Apocalipsis. El capítulo 1, versículo 1 dice lo siguiente: «La Revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Él la dio a conocer enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan, quien dio testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca». Una y otra vez en el libro de Apocalipsis tenemos referencias a marcos de tiempo de cercanía.
Permítanme darles un resumen rápido, ya que he mencionado los eventos que deben suceder pronto: Capítulo 2, «Arrepiéntete; si no, vendré a ti pronto». Capítulo 3, «Vengo pronto». El capítulo 22 habla de «las cosas que han de suceder enseguida». Capítulo 22: «Sí, vengo pronto». Capítulo 1, versículo 3, «el tiempo está cerca». Capítulo 22, versículo 10, «el tiempo está cerca». Y versículo 1:19: «Escribe estas cosas que han de suceder después de estas». Capítulo 3:10, «esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba».
Los términos griegos que se usan ahí para decir pronto, cerca, por venir, todas son referencias de marcos de tiempo en el idioma que tienen un lapso de tiempo muy, muy corto. Y resulta difícil creer que la Biblia dice aquí que tenemos una revelación que se da sobre eventos que están próximos y que van a ocurrir pronto, y que tendrás que esperar que pase luego de un período de más de dos mil años después de que fueran dadas esas referencias de tiempo. Así que el punto es este: que los contemporáneos que recibieron la primera edición del libro de Apocalipsis notan las diversas referencias en éste que apuntan a la cercanía radical del cumplimiento de los eventos que se están desplegando en esta profecía.
Es decir, hay una razón por la cual la primera generación de creyentes tenía este sentido urgente de expectativa de la cercanía de la crisis que estaba cerca, debido al lenguaje del libro de Apocalipsis mismo, que cada vez que habla en marcos de tiempo habla de un marco de tiempo de lo que vendría pronto. Ahora, además de eso, hay otras referencias internas a las que prestamos atención, una de las cuales es que gran parte del lenguaje de los símbolos del libro de Apocalipsis se toma prestado del templo mismo. Está repleto de alusiones al templo a lo largo del libro. Sin embargo, no hay el más mínimo indicio en ninguna parte del libro de Apocalipsis de que el templo ya no esté en pie. Este es un argumento de silencio, pero es uno de esos silencios importantes, porque ciertamente un evento tan catastrófico para la historia judía cristiana, como la destrucción de Jerusalén y la destrucción del templo, sería mencionado por un escrito apostólico que ocurrió después del evento.
Si Apocalipsis fue escrito en los años noventa y si fue el único libro del Nuevo Testamento que fue escrito después del año 70 d. C., en realidad uno esperaría alguna declaración sobre la destrucción de Jerusalén si hubiera sido un evento pasado. Pero no se dice nada. El trasfondo, el trasfondo ilustrativo, que da forma a todo el carácter y contenido del libro, es de un templo presente. Está ahí. Todavía está allí. Pero, de nuevo, ese es un argumento de silencio y no es algo que sea concluyente por completo, pero ciertamente corrobora la teoría de una fecha más temprana.
Ahora, en Apocalipsis capítulo 13 tenemos una sección que es, perdón, capítulo 17, hay un segmento del texto que es crítico para señalar la fecha y el momento del libro con respecto a la evidencia interna y permítanme llamar su atención al capítulo 17 donde leemos estas palabras. «Y el ángel me dijo: “¿Por qué te has asombrado? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que viste, era y ya no existe, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y ya no existe, pero que vendrá. Aquí está la mente que tiene sabiduría”».
Aquí obtenemos una traducción interna o explicación de los símbolos. «Las siete cabezas son siete montes sobre los que se sienta la mujer. También son siete reyes: cinco han caído, uno es y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que permanezca un poco de tiempo» y continúa describiendo a la bestia. Ahora, la pregunta, las dos preguntas aquí. En primer lugar, ¿cuál es la ciudad de los siete montes? Es posible que esa sea una referencia oscura a la misma Jerusalén. Pero en toda la antigüedad el apodo más famoso para Roma era la ciudad sobre los siete montes. Entonces, si el autor de Apocalipsis está describiendo Roma aquí, continúa hablando de los reyes de Roma y algunos estudiosos objetan que los romanos no llamaron a sus emperadores reyes, los llamaron emperadores en lugar de reyes, pero en todo caso leemos en el texto que hay «siete reyes: cinco han caído, uno es y el otro aún no ha venido».
¿Qué te dice eso? Te dice que el libro se está escribiendo en el tiempo del sexto rey, porque cinco se han ido, hay otro que está por venir, pero el sexto es ahora. Es decir, hay una referencia actual al sexto rey y al sexto rey que reina sobre la ciudad con los siete montes. Ahora, la pregunta es ¿quién es el sexto rey? Hacemos esa pregunta al decir quién es el sexto emperador de Roma. Tenemos un problema aquí. Julio César, llamado César, no recibió el título de emperador. El primero en recibir el título formal de emperador fue César Augusto. Así que si empezamos con César Augusto sería el número uno; Tiberio sería el número dos; Calígula, tres; Claudio, cuatro; Nerón, cinco; y Galba sería el número seis. Recuerda que Galba duró poco tiempo y fue asesinado, pero Galba murió antes del año 70 d. C.
Entonces, si Galba es el sexto rey al que se hace referencia aquí, entonces obviamente el libro fue escrito antes del 70 d. C. Ahora, algunas personas dicen que debido a la guerra civil y la rápida desaparición de Galba, su sucesor Otón y Vitelio, que esos tres no están incluidos en la lista; no cuentan. Así que ahora empezando con Augusto, el sexto, si omites Galba, Otón y Vitelio, sería Vespaciano, que también llega demasiado temprano. No está en los años noventa. Su reinado termina en la década de los setenta.
Hay una tercera opción. Y es que empieces a contar no con Augusto, no con Augusto, sino que empiezas con Julio César, quien por cierto en las antiguas listas romanas de gobernantes, él es el George Washington. Él es realmente el primero. Ahora, puedo añadir el otro problema de llamarlos reyes. ¿Recuerdas cuando los judíos fueron interrogados sobre Jesús, sobre Sus aspiraciones políticas, qué dijeron? «No tenemos más rey que César». Hay amplia evidencia que indica que el pueblo judío llamó reyes a los gobernantes romanos. Entonces, si empezamos con Julio César como número uno; Augusto, número dos; Tiberias, tres; Calígula, cuatro; Claudio, cinco; ¿Quién es el sexto? Nerón.
Indicaría que el libro fue escrito durante el reinado de Nerón, lo que explica un montón de interrogantes con respecto a la importancia interna del contenido de este libro. Creo que es una poderosa referencia interna para el fechado del libro, que cualquiera de estas opciones excluiría el que se escribiera después del año, perdón, al menos durante el reinado de Domiciano. Además, en conclusión, el escritor Clemente tiene una anécdota interesante donde habla sobre el apóstol Juan mientras estaba en el exilio persiguiendo a un apóstata y atropellando a este apóstata en una persecución salvaje a caballo. Algo así como una película del oeste, donde puedes ver a un jinete galopando a través de la llanura corriendo para atrapar a este chico malo.
Supongamos que fue exiliado durante el reinado de Domiciano. Eso significa que Juan habría perseguido a este apóstata en esta vigorosa carrera de caballos cuando Juan tenía más de 90 años; aunque puede que sea exagerar un poco. Es decir, es posible, supongo, que una persona de noventa años pueda participar en ese tipo de actividad vigorosa, pero es poco probable y es solo una alusión más de los padres de la iglesia que colocaría la escritura mucho antes de la época de Domiciano y antes de la destrucción de Jerusalén. En nuestra próxima sesión examinaremos el contenido del Nuevo Testamento con respecto al anticristo.