
3 cosas que debes saber sobre Esdras
18 agosto, 20253 cosas que debes saber sobre 1 Pedro

Este artículo forma parte de la colección 3 cosas que debes saber.
Es importante que los cristianos estudien la primera epístola de Pedro. Aquí tienes tres cosas que debes conocer sobre 1 Pedro:
1. Su autor, Pedro, quien fue elegido por Jesús y llamado la «roca» (Mt 16:18), utiliza imágenes similares en esta epístola.
Es cierto que ha habido cierta discusión sobre este versículo y lo que Jesús quiso decir exactamente con él, pero parece claro que Jesús se está dirigiendo a Pedro, quien acababa de confesar que Jesús era «el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mt 16:16). Uno se imagina que Pedro quedó fascinado con las rocas y las piedras después de eso. Curiosamente, Pedro le da gran importancia a esto en su primera epístola al referirse a rocas o piedras en 1 Pedro 2:4-8. Él cita tres pasajes de Isaías y de los salmos finales del _Hallel_ (Salmos 113-118, recitados en la Pascua), que mencionan específicamente piedras o rocas.
Una cita hace referencia a una «una piedra probada, angular» que Dios pone «por fundamento en Sión»; una alusión a Jesús, una piedra que los constructores rechazarán (Is 28:16; Sal 118:22). Piensa en cómo los judíos en los días de Jesús lo rechazaron. La última referencia habla de una piedra, o una roca, sobre la cual los hombres tropezarán (Is 8:14-15). Esta piedra «desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios» es, por supuesto, Jesús (1 P 2:4).
Pedro desea que sus lectores comprendan que los cristianos son «piedras vivas», colocadas cuidadosamente y de manera segura en la iglesia que Jesús está edificando, y en la cual Cristo es la piedra angular. Este edificio (la iglesia) se sostiene sobre una promesa: «Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mt 16:18).
2. La primera epístola de Pedro se ocupa principalmente de la forma de la vida cristiana.
Pedro abre la carta diciendo que los cristianos son escogidos «según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre» (1 P 1:2). Pedro dedica más de la mitad de la epístola a describir cómo se manifiesta la santificación, citando en el capítulo 1 lo que a veces se denomina el «código de santidad» del libro de Levítico: «Sean santos, porque Yo soy santo» (1 P 1:16; Lv 11:44, 45; 19:2; 20:7). Luego, en el resto de la epístola, hace comentarios prácticos sobre cómo la santificación se manifiesta en las luchas de la vida diaria: sometiéndose a las autoridades en los lugares de trabajo y en la sociedad, en el matrimonio y en la vida de la iglesia (1 P 2:13-25; 3:1-7; 5:1-11).
La santidad se manifiesta de maneras muy prácticas en todos los aspectos de la vida. Algunas de las palabras de Pedro pueden parecer difíciles de poner en práctica, pero él recuerda a sus lectores: «Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos» (1 P 2:21). Saber que Jesús nos ha redimido con Su sangre debería ayudarnos a llevar la cruz en las situaciones más difíciles que se nos pida enfrentar por Él.
3. Primera de Pedro es una carta honesta.
Pedro no suaviza su mensaje con sentimentalismos, sino que recuerda a sus compañeros creyentes que la vida cristiana es una «guerra» en la que los cristianos son «extranjeros y peregrinos» (1 P 2:11). Los cristianos pueden llegar a sufrir por comportarse mal, pero a veces sufrirán «por causa de la justicia» (1 P 3:13-14, 17). Hacer lo «bueno» a veces será visto como una ofensa por aquellos que no conocen a Jesús como Salvador y Señor. En tales circunstancias, el deber es santificar «a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes» (1 P 3:15). Recordar que servimos a Cristo como nuestro Amo nos ayudará a tomar las decisiones correctas y a elegir las palabras adecuadas cuando nos encontremos en el campo de batalla. En 1 Pedro 4:12-19, Pedro se enfoca en las pruebas que los cristianos pueden enfrentar, exhortando a sus lectores a que «no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo» (1 P 4:12).
Con un tono que recuerda un poco a Pablo en la sección inicial de Romanos 5, Pedro desea que los cristianos se «regocijen» en las tribulaciones (1 P 4:13; Ro 5:3). Pedro tiene en mente sufrimientos que, a nuestro parecer, no tienen sentido alguno. Podemos sufrir debido a que tomamos decisiones verdaderamente malas, pero Pedro está pensando en el tipo de sufrimiento que los cristianos experimentan cuando viven vidas santas y hablan de Jesús con reverencia y asombro: «Si alguien sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios» (1 P 4:16). Pedro añade la siguiente exhortación: «Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien» (1 P 4:19).
Los cristianos no son llamados a una vida de comodidad, sino a una vida de «obediencia» (1 P 1:2). Y la obediencia puede ser a menudo dolorosa y costosa. Estas pruebas son exámenes, «para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo» (1 P 1:7).