La cristología del Nuevo Testamento
19 diciembre, 2024La humanidad de Jesús
26 diciembre, 2024Por qué es importante una declaración sobre Cristo ahora
Este es el primer artículo de la colección de artículos: Por qué es importante una declaración sobre Cristo ahora
En la ciudad universitaria de Oxford, Inglaterra, se erige un monumento a los mártires de la Reforma, cuya inscripción dice:
Entregaron sus cuerpos para ser quemados, dando testimonio de las verdades sagradas, las que afirmaron y mantuvieron contra los errores de la Iglesia de Roma, y regocijándose de que a ellos les fue dado no solo creer en Cristo, sino también sufrir por Su causa.
¿Notas los verbos clave? Afirmaron y mantuvieron una doctrina verdadera y bíblicamente fiel. Estos mártires eran teólogos y pastores que enseñaron y defendieron las verdades de la Palabra de Dios. Entre esas verdades destacan los lemas de la Reforma: solus Christus (Cristo solo), sola fide (la fe sola) y sola gratia (la gracia sola). Estas verdades de la Reforma resumen doctrinas fundamentales sobre la persona y la obra de Cristo. Resumen el evangelio.
Los mártires de la Reforma también se regocijaron. Se regocijaron de haber sido tenidos por dignos de sufrir por Cristo. Eso se llama compromiso teológico. Nos adentramos en aguas desconocidas en la mayor parte del mundo Occidental. Vivimos en una era poscristiana, como muchos han señalado. Hoy existe una urgencia casi palpable; una urgencia que demanda un compromiso teológico.
Esta era poscristiana es también una era de confusión. También es la época del auge del islam, por un lado, y del auge de los «nones» por el otro, es decir, los que no tienen ninguna afiliación religiosa. Es una era de pluralismo, donde muchas voces afirman múltiples verdades; algunos pueden pretender que no les importa la verdad en absoluto. Esta confusión puede encontrarse tanto fuera como dentro de la iglesia.
En tiempos de confusión, necesitamos claridad y convicción. Por este motivo, Ligonier ha publicado El Verbo se hizo carne: La declaración Ligonier sobre cristología. La primera línea de esta declaración dice:
Confesamos el misterio y el asombro
de Dios hecho carne,
y nos gozamos en nuestra gran salvación
mediante Jesucristo nuestro Señor.
Hay dos puntos clave en esta declaración. Primero, está la persona de Cristo y la doctrina de la encarnación. Jesús es «Emmanuel», que significa «Dios con nosotros» (Mt 1:23). Él es el Dios hombre. La palabra encarnación significa literalmente «tomar carne». Esto verdaderamente es un misterio y una maravilla. El misterio nos hace ser humildes, someternos, mientras que lo maravilloso nos deja fascinados y perplejos. Tanto el misterio como la maravilla nos hacen adorar y venerar.
El segundo punto clave aquí es la obra de Cristo. Él logró nuestra gran salvación. Como Dios hombre, solo Él puede salvar. En un mundo de muchas voces y en un mar de pluralismo religioso, solo Cristo es el camino, la verdad y la vida (Jn 14:6). La declaración Ligonier sobre cristología, junto con los veinticinco artículos de las Afirmaciones y negaciones que la acompañan, elaboran y exploran los ricos contornos de estos dos temas: la persona y la obra de Cristo.
En estas primeras líneas también hay dos verbos clave. El primero es confesar. Esta palabra latina significa ‘declarar con’. Cuando confesamos algo, estamos declarando con alguien. Si confieso un delito, estoy declarando mi culpabilidad ante las autoridades (o ante las pruebas). Si confieso una creencia, estoy declarando lo que creo ante las autoridades. Estamos declarando juntos nuestra creencia mutua. Como iglesia cristiana, confesamos juntos a Cristo. Pero aquí hay una idea asombrosa. Cuando confesamos, en verdad estamos declarando con Dios; estamos afirmando lo que Él ha revelado acerca de Sí mismo en Su Palabra. Cuando decimos: «Confesamos…», lo que sigue debe ser absolutamente verdadero, seguro y sólido.
Se trata de un compromiso teológico. Solo una creencia por la que valga la pena morir, y también vivir, merece ser confesada.
El segundo verbo clave en las primeras líneas de La declaración Ligonier sobre cristología es regocijarse. Al Dr. R. C. Sproul le gustaba decir que la teología canta. O, mejor dicho, que la buena teología canta. Estas creencias son mucho más que meras afirmaciones intelectuales. Encienden el corazón y ponen la vida en acción. Cuando se declara la buena teología, la lengua se suelta y los deseos responden.
Regocijarse es una palabra compuesta. El prefijo re es lo que los lingüistas llaman un intensivo. Intensifica la acción de la palabra a la que se une, en este caso, gozo. Regocijarse significa estar lleno de gozo, o incluso provocar gozo. Es decir, gozo sobre gozo.
¿Cómo pudieron aquellos mártires de la Reforma regocijarse en el sufrimiento y regocijarse en su martirio? La respuesta es Cristo. Se enfocaban como un láser en Cristo, y en Él crucificado. Ese enfoque les proporcionó perspectiva para todos los aspectos de sus vidas, e incluso para sus muertes. Tal era la profundidad y amplitud de su compromiso teológico.
«Confesamos el misterio y el asombro de Dios hecho carne, y nos gozamos en nuestra gran salvación mediante Jesucristo nuestro Señor». Este es nuestro compromiso teológico. Por eso es importante una declaración sobre Cristo hoy en día.
Lee, comparte y descarga la declaración en varios idiomas en ChristologyStatement.com o haz clic en los enlaces siguientes: