Aceptar la expiación de la cruz

El apóstol Pablo ni siquiera estuvo presente en la crucifixión de Cristo, sin embargo, declaró que este acto fue un acto de proporciones cósmicas y sobrenaturales. Fue un verdadero drama de redención teológica. Aquí la maldición de la ley de Dios cayó sobre un hombre que cargó con los pecados de Su pueblo. Para Pablo, la crucifixión fue el punto central de toda la historia. Pablo no se conformó con relatar el evento. Al afirmar la historicidad de la crucifixión, Pablo agregó la interpretación apostólica del significado del evento. Él expuso proposiciones acerca de la muerte de Cristo.

El asunto que la Iglesia debe abordar es este: ¿Es correcta o no la interpretación proposicional apostólica de la cruz? ¿Es la perspectiva de Pablo simplemente una especulación de un erudito judío del primer siglo, o es una perspectiva inspirada por Dios mismo?

¿Qué diferencia hace esto? Este no es un asunto trivial o un punto quisquilloso de la doctrina cristiana. Aquí está en juego nada menos que la salvación. Rechazar la visión bíblica de la expiación es rechazar la expiación misma. Rechazar la expiación es rechazar a Cristo. Rechazar a Cristo es perecer en tu pecado.

Por favor, no suavicemos esto con un baile apaciguador. Seamos claros. Los maestros de la Iglesia que niegan que la muerte de Cristo fue un acto de expiación sobrenatural simplemente no son cristianos. Son enemigos de Cristo que pisotean a Jesús y lo crucifican de nuevo.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

Haz esta declaración: «Padre Celestial, acepto sin reservas la expiación sobrenatural de Jesucristo en la cruz».

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.