Entender el futuro

Cuando hacemos preguntas sobre temas que se escapan de nuestro entendimiento, tendemos a buscar modelos o patrones que sean similares a lo que sí entendemos. Tratamos de encontrar pistas para llegar a un paradigma nuevo y diferente. Pasar de un pensamiento terrenal a uno celestial es un enorme cambio de paradigma.

Hablar de nuestro futuro misterioso es buscar analogías que nos den pistas sobre qué esperar. No sabemos exactamente qué es el cielo, pero la Biblia nos da pistas sobre cómo es. Tratamos de imaginar lo desconocido a la luz de lo conocido. Juan nos dice: «… aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es» (1 Jn 3:2). 

No sabemos con certeza a quién se refiere con «Él». ¿Se refiere a Dios el Padre o a Cristo? En los versículos anteriores está hablando de Dios el Padre, pero los versículos siguientes parecen referirse a Cristo. 

La dificultad de la referencia disminuye cuando nos damos cuenta de que ser como Cristo es ser como Dios. La imagen de Cristo en Su resurrección indica que en última instancia seremos como Cristo. Así como Cristo resucitó con un cuerpo glorificado, nosotros también disfrutaremos de cuerpos glorificados en la resurrección final.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

Detente unos minutos para pensar en tu futuro eterno en el cielo.

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.