Resolver el misterio

El lugar que ocuparemos en el futuro será similar a los lugares que ocupamos ahora, pero también tendrá sus diferencias. El lugar celestial será un lugar de gloria manifiesta. Habrá una continuidad entre nuestros cuerpos terrenales y nuestros cuerpos celestiales. También habrá una discontinuidad. La realidad sobre nuestros cuerpos nuevos sigue siendo un misterio, pues ahora solo vemos veladamente por un espejo. Sin embargo, vemos algunas pistas sobre nuestros cuerpos glorificados por medio de comparaciones con Jesús y también a través de Sus palabras cuando dice que seremos «como los ángeles» (Mt 22:30).

Pablo nos da otras pistas. Luego de hablar sobre los diferentes tipos de cuerpos que experimentamos en este planeta y los diferentes niveles de gloria de los objetos creados, él agrega: «Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible; se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual» (1 Co 15:42-44). 

Entendemos la corrupción, la deshonra, la debilidad y los cuerpos naturales. Solo podemos contemplar un cuerpo incorruptible, glorificado, poderoso y espiritual por contraste o por distinción. El cuerpo nuevo será vestido con inmortalidad. Recibirá una vestimenta que no posee intrínsecamente en la actualidad.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

Pasa tiempo en adoración, dando gracias a Dios por el destino eterno que tiene planificado para ti.

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.