Mirar a través del espejo

Cuando Pablo declaró la misteriosa e impresionante promesa de que «para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito» (Rom 8:28), estaba pensando en la teleología. Se refería al reino de lo remoto en lugar del inmediato. Esto sugiere que lo inmediato debe juzgarse a la luz de lo remoto.

Nuestro problema es el siguiente: Todavía no poseemos la plena luz de lo remoto. Seguimos mirando en un espejo oscuro, aunque no estamos totalmente carentes de luz. Tenemos suficiente luz para saber que Dios tiene un buen propósito incluso cuando ignoramos ese buen propósito.

Es el buen propósito de Dios el que da la respuesta final a la aparición de la vanidad y la futilidad en este mundo. Confiar en el buen propósito de Dios es la esencia misma de la fe piadosa. Es por esto que ningún cristiano puede ser un pesimista absoluto.

El mundo en que vivimos no es un mundo regido por el azar. Su comienzo no fue un accidente, su funcionamiento no es un accidente, y su telos, o propósito, tampoco es un accidente. Este es el mundo de mi Padre y Él lo gobierna sin caprichos. Mientras Dios exista, la vanidad es una imposibilidad manifiesta.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

Dedica tiempo para reflexionar acerca de la bondad de Dios. ¿De qué manera específica está siendo manifestada Su bondad para ti en este momento?

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.