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19 noviembre, 2021Soy feliz. No necesito a Jesús.

Eso es lo que escucho de mucha gente. Me dicen: «Simplemente no siento la necesidad de Cristo». ¡Como si el cristianismo fuera algo empaquetado y vendido en una tienda comercial! Muchas veces lo que comunicamos a las personas es: «Aquí hay algo que te va a hacer sentir bien, y todo mundo necesita un poquito de esto en su clóset o refrigerador». Como si fuera una mercancía que va a agregar un poquito de alegría a nuestras vidas.
Si la única razón por la que un ser humano necesita a Jesús es para ser feliz, y la persona ya es feliz sin Jesús, entonces definitivamente no necesita a Jesús. Sin embargo, el Nuevo Testamento indica que hay otra razón por la que tú o cualquier otra persona necesita a Jesús. Hay un Dios que es completamente santo, completamente justo y que declara que juzgará el mundo, y hará responsable a cada ser humano por su vida. Siendo un Dios perfectamente santo y justo, requiere de cada uno de nosotros una vida de perfecta obediencia y perfecta justicia. Si existe un Dios así, y si has vivido una vida de perfecta justicia y obediencia —es decir, si eres perfecto— entonces definitivamente no necesitas a Jesús. No necesitas un Salvador porque los únicos que tienen un problema son las personas que no son justas.

En términos sencillos, el problema es este: si Dios es justo y requiere perfección de mí y yo no soy perfecto, entonces Él me tratará con justicia y por lo tanto en el futuro me espera un castigo a manos de un Dios santo. Si la única manera de escapar del castigo es a través de un Salvador, y si quiero escaparme de dicho castigo, entonces necesito un Salvador. Algunos dicen que estamos tratando de predicar a Jesús como un boleto que nos saque del infierno, como una manera de escapar del castigo eterno. Esa no es la única razón por la cual recomendaría a Jesús a una persona, pero es una de las razones.
Creo que mucha gente en la cultura de hoy en realidad no cree que Dios los hará responsables por sus vidas; que Dios en realidad no requiere justicia de ellos. Cuando adoptamos esa opinión, no sentimos el peso de la amenaza del juicio. Si no tienes temor de lidiar con el castigo de Dios, entonces puedes vivir tan feliz como quieras. Yo estaría viviendo en un terrible terror y temblor ante la perspectiva de caer en las manos de un Dios santo.
Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.