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1 Tesalonicenses 4:13-18 es la enseñanza de Pablo sobre lo que popularmente se conoce como el rapto. El rapto es el traslado milagroso de todos los cristianos vivos al cielo cuando Jesús regrese. Hay mucha desinformación sobre este evento, pero este pasaje nos da algunas enseñanzas definidas al respecto. Pablo dejó claro que el regreso de Jesús no será secreto, sino que será visible; será un regreso corporal; y será un regreso triunfal, porque no vendrá en humildad y mansedumbre como lo hizo en Su primera venida, sino en poder y gloria. Los ángeles dijeron a los discípulos: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo» (Hch 1:11). Así como Él ascendió visiblemente en la nube de Su shekinah, así vendrá otra vez visiblemente en esta nube de gloria.
Hay un punto de vista, muy extendido en la Iglesia de hoy en día, que sostiene que Jesús volverá para raptar a la Iglesia y sacarla del mundo, pero que entonces ocurrirá la gran tribulación, después de la cual Jesús volverá de nuevo. Creo que este punto de vista es el resultado de una grave malinterpretación de lo que el apóstol describió aquí, en 1 Tesalonicenses.

Una vez hablé con uno de los principales representantes de esta escuela de pensamiento, un hombre que enseña el rapto «pretribulación». Le dije: «No conozco un solo versículo, en ninguna parte de la Biblia, que enseñe un rapto pretribulación. ¿Puedes decirme dónde encontrarlo?». Nunca olvidaré lo que me dijo: «No, no puedo. Pero eso es lo que me enseñaron desde que era un niño». Le dije: «Saquemos nuestra teología de la Biblia y no de las lecciones de la escuela dominical que escuchamos hace muchos años».
Veamos los acontecimientos que describe Pablo. Primero señaló: «El Señor mismo descenderá del cielo…. y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire» (1 Ts 4:16-17). Aquí vemos que el propósito de la resurrección de los muertos y de que seamos arrebatados al cielo no es para irnos, sino para encontrarnos con Jesús cuando regrese. Él no nos sacará del mundo para que nos quedemos arriba. Él nos elevará para participar con Él en Su regreso triunfal.
Cuando las legiones romanas eran enviadas a un país extranjero en una campaña militar, sus estandartes llevaban las letras SPQR, abreviatura de Senatus Populus Que Romanus, que significa «el senado y el pueblo de Roma». En Roma se entendía que las conquistas de los militares no eran simplemente para los políticos que gobernaban, sino también para todos los ciudadanos.
El ejército podía estar ausente durante una campaña de dos o tres años. Finalmente, los soldados regresaban llevando a los cautivos encadenados, acampaban afuera de la ciudad y enviaban a un mensajero para avisarles al senado y al pueblo que las legiones habían regresado. Cuando llegaba la noticia, el pueblo comenzaba a prepararse para recibir a los héroes conquistadores. Cuando todo estaba listo, se hacía sonar una trompeta. Con ello, los ciudadanos salían al lugar donde estaba el ejército y se unían a los soldados para marchar hacia la ciudad. La idea era que habían participado en el triunfo de su ejército conquistador.
Este es exactamente el lenguaje que Pablo utilizó aquí. Estaba diciendo que cuando Jesús regrese con poder, como conquistador, los creyentes, tanto vivos como muertos, serán arrebatados hacia el aire para encontrarse con Él, no para quedarse allí arriba, sino para unirse a Su regreso triunfal, para participar en Su exaltación.
Parece que el objetivo de Pablo aquí era consolar a los tesalonicenses, quienes estaban tristes porque sus seres queridos muertos aparentemente iban a perderse el regreso triunfal de Cristo, la gran conclusión del ministerio de Jesús al final de los tiempos. Pablo les aseguró que los muertos en Cristo no se perderán Su regreso. De hecho, ellos estarán allí primero. Los muertos resucitarán primero, y luego los que todavía estén vivos y son de Cristo serán arrebatados junto con toda esa asamblea para venir a la tierra de nuevo en una marcha triunfal.