Los cinco fundamentos: parte 1
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Los cinco fundamentos se crearon para ayudar a proteger las verdades cristianas fundamentales cuando muchos predicadores jóvenes se apartaban de la ortodoxia. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos habla de este documento de principios del siglo XX.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
En este episodio, terminaremos una conversación que iniciamos la semana pasada con respecto a Los cinco fundamentos. Como comenté, este documento fue redactado en la década de 1910 y se utilizó para tratar de contener la corriente del liberalismo en las iglesias. Vimos el primer punto la semana pasada, que trata de la inerrancia de la Escritura. Y hoy vamos a ver los siguientes cuatro.
El segundo punto es el nacimiento virginal de Cristo. Ahora bien, liberales abordaron este tema, porque cuestionaban la deidad de Cristo. Ellos objetaban la idea de que Jesús hubiese nacido de una virgen. Decían: «Mira, cuando analizamos las distintas religiones, vemos que el budismo habla de que Buda tuvo un nacimiento único. Y en el islam se habla de que Mahoma tuvo un nacimiento único. Y lo mismo ocurre con los seguidores del cristianismo. Hablan del nacimiento de Jesús como único y especial, pero no debemos tomarlo de forma literal, y no podemos obsesionarnos con ello». Tristemente, la negación del nacimiento virginal no solo logró socavar la Escritura, sino que también fue una puerta de entrada a la negación de la deidad de Cristo. Lo veían básicamente como otro ser humano, simplemente como un hombre. No como lo presenta el cristianismo histórico y ortodoxo: el Dios-hombre que es completamente Dios y completamente hombre, en una sola persona. Así que, el segundo punto es el nacimiento virginal.
El tercer punto pasa de la persona de Cristo a la obra de Cristo, y aborda Su muerte enfocándose en la expiación sustitutiva. Los liberales promovían en lugar de la expiación, una «teoría del ejemplo». Nosotros creemos en la expiación sustitutiva: Dios es un Dios santo, nosotros somos un pueblo pecador. No podemos hacer nada al respecto. Somos merecedores de Su ira y a causa de nuestro pecado estamos bajo la ira de Dios. Necesitamos un sustituto; necesitamos al Dios-hombre. En la humanidad de Cristo, Él se identifica con nosotros, los transgresores, y en Su deidad Él lleva a cabo el sacrificio aceptable para satisfacer la justicia y la ira divina. Y por eso, debemos tener a Cristo como nuestro sustituto, es nuestra única esperanza.
Los liberales pensaban de otra manera. Ellos no ven a los seres humanos como pecadores, sino como buenas personas que necesitan ser mejores, y el rol de la iglesia es precisamente ayudar a gente buena a ser mejores. Así que la muerte de Jesús no es más que un ejemplo. Fue un acto desinteresado que alegró a Dios. Por tanto, dicen ellos, que el ejemplo de Cristo nos debe llevar a actuar desinteresadamente para agradar a Dios por medio de obras. En esta teoría del ejemplo, no solo hay un entendimiento errado de la muerte de Cristo, sino también de la persona de Dios, de la humanidad, y del pecado. La expiación sustitutiva es una pieza esencial que ellos ignoran.
El cuarto punto es la segunda venida literal. Rechazaron esto porque entendían que no habría una segunda venida literal. Que Jesús ya vino. Él vino la primera vez y como dice en los evangelios: «El reino de Dios está entre ustedes». Esto se sumó al surgimiento del movimiento del evangelio social, que estaba sucediendo justo al mismo tiempo que el liberalismo en la Iglesia estadounidense. Ellos plantean que el reino de Dios es un mejoramiento social. Si erradicamos el hambre, erradicamos la pobreza, traemos justicia social, eso es el reino y eso es por lo que debemos luchar. No hay una segunda venida literal de Cristo en el futuro. Y para contrarrestar eso, Los cinco fundamentos declaran una segunda venida de Cristo, tal como lo ha hecho el cristianismo ortodoxo incluyendo el antiguo Credo Apostólico.
Finalmente, el quinto punto es que Cristo hizo milagros; que los milagros ocurrieron y que son verdaderos. Los milagros eran simplemente inaceptables para la mente moderna. Y así los liberales, siguiendo la corriente del modernismo y las susceptibilidades de la época, rechazaron los milagros como registros verdaderos.
Los cinco fundamentos fue un documento decisivo, y veremos la próxima semana cómo este documento también influyó en algunas cosas que sucedieron en la década de 1920.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.