La Declaración de Chicago
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El Dr. R.C. Sproul tuvo un papel fundamental al ayudar a escribir la Declaración de Chicago sobre la inerrancia bíblica. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols y el Dr. Sproul hablan sobre este importante documento.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
Stephen Nichols (SN): La vez anterior hablamos de la Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica. En el día de hoy quisiéramos hablar con un hombre que hizo historia en este contexto. La declaración de Chicago estuvo basada en la Declaración de Ligonier, que fue escrita principalmente por el Dr. Sproul en 1973. El Dr. Sproul nos acompaña en el día de hoy. Dr. Sproul, tú desempeñaste un papel importante y fundamental en la Declaración de Chicago. ¿Por qué lo hiciste?
R.C. Sproul (RC): Evidentemente, el tema de la autoridad de la Biblia era un tema apremiante en ese momento, como lo sigue siendo hoy y siempre lo ha sido. A principios del siglo XX, el filósofo y teólogo holandés Abraham Kuyper comentó que la crítica bíblica se había convertido en vandalismo bíblico. Hubo un ataque abierto contra la confiabilidad de las Sagradas Escrituras, así que este era un asunto urgente dentro de seminarios e iglesias. Así que primero tuvimos la conferencia en 1973, donde se reunieron eruditos de todo el mundo para defender la inerrancia bíblica. Entonces, Harold Lindsell publicó su libro The Battle for the Bible [La batalla por la Biblia].
SN: [La batalla por la Biblia], correcto…
RC: En ese momento él era el jefe de redacción de Christianity Today. Yo lo conocía, así que le escribí y le pregunté: «¿Por qué no convocas una cumbre de eruditos de todo el mundo y de todas las diferentes denominaciones cristianas para abordar este tema de la autoridad de las Sagradas Escrituras?». Él dijo que no creía que fuera apropiado usar su posición para eso, pero sugirió que yo lo hiciera.
SN: ¡Ja, ja, ja! … «Excelente idea, ¿por qué no lo haces tú?».
RC: Así que poco tiempo después de esto, estaba con algunos hombres en California en una conferencia de apologética. Lo discutimos y juntos acordamos que debíamos reunir un consejo formado por representantes de todas las denominaciones y eruditos de todo el mundo para abordar el tema de la inerrancia de la Escritura. Entre los participantes se encontraban personas como Francis Schaeffer, J. I. Packer, Roger Nicole, A. Wetherell Johnson, James Montgomery Boice, John Gerstner y Norman Geisler. Este grupo terminó formando el Consejo Internacional de la Inerrancia Bíblica. Entonces, el consejo elaboró documentos en defensa de la Escritura, y convocamos la cumbre de más de doscientos eruditos en Chicago para tratar el tema.
A uno de los miembros del consejo se le había pedido con antelación que escribiera una serie de afirmaciones y negaciones sobre la inerrancia. Desgraciadamente, no pudo hacerlo antes de que se celebrara la conferencia. Por lo que no disponíamos de este documento. A medianoche de la víspera de la sesión general, el consejo me pidió que escribiera esas afirmaciones y negaciones, y así lo hice. Fui a una habitación, me senté a medianoche y trabajé hasta las tres o cuatro de la mañana escribiendo las afirmaciones y negaciones para la Declaración de Chicago.
Al día siguiente se la presentamos a los más de doscientos asistentes y todos sugirieron adiciones, sustracciones, mejoras y otros cambios editoriales básicos. Entonces hicimos que un comité editorial tomara todas esas ideas y puliera y refinara el borrador y la declaración final. Entonces presentamos la declaración ante todo el grupo, que la ratificó públicamente.
SN: Es fascinante pensar que pudieron reunir a tantos eruditos evangélicos en una habitación y conseguir que se pusieran de acuerdo en algo tan extenso teológicamente.
RC: Oh, no fue fácil. Cuando llegamos a los detalles específicos, hubo muchos desacuerdos.
SN: Seguro que los hubo. Bueno, me alegro de que lo hicieras. Me siento agradecido por esas horas temprano en la mañana en aquella habitación de hotel. Fue una declaración que sostuvo a una generación y sigue siendo relevante hasta el día de hoy. Y es una declaración esencial que nos recuerda la autoridad de la Escritura, lo cual es crucial para la identidad de la iglesia. Gracias, Dr. Sproul, por ese aporte y gracias por estar con nosotros.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.