La misión de Dios

Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: Las misiones mundiales y la teología reformada

La misiología es la doctrina de la misión de Dios, y está en el fundamento de todo. La misión de Dios ha estado en el centro de mis estudios por muchos años y fue el enfoque de mi trabajo de doctorado. Me resulta difícil leer cualquier cosa en las Escrituras sin ver cómo se aplica a la misión de Dios de redimir a Su pueblo para Su gloria. La misión mundial de Dios motivó Su acto de creación: hizo el mundo para que Su pueblo tuviera un lugar donde vivir y adorarle. Desde la creación hasta la consumación en el nuevo cielo y la tierra nueva, y en todo lo que hay en medio, vemos el desarrollo de la misión de Dios de buscar y salvar a Su pueblo por medio de Cristo.

La misión de Dios es esencial para lo que la iglesia es y está en el centro de lo que la iglesia hace. Nuestro cumplimiento de la misión de Dios según la gran comisión debe gobernar todo en la vida de la iglesia, incluyendo el cuidado y la enseñanza de nuestros hijos, el servicio a los necesitados, la evangelización, la apologética, la plantación de iglesias, la enseñanza y la predicación, y la adoración como un cuerpo. Cristo nos ha llamado a hacer discípulos de todas las naciones bautizándolos y enseñándoles a obedecer todo lo que Él nos ha mandado. Esta misión comienza en nuestros hogares y se extiende a nuestras comunidades y alrededor del mundo.

Todo cristiano está de alguna manera involucrado en la misión global de Dios. Las madres y los padres que discipulan a sus hijos, los maestros de estudio bíblico y de escuela dominical que discipulan a la iglesia, los pastores y los ancianos que pastorean el rebaño de Dios, los plantadores de iglesias y los misioneros de todo el mundo son todos testigos y embajadores de Cristo. Aunque no todos somos enviados a otras partes del mundo, todos estamos en misión dondequiera que estemos, dando testimonio de Cristo a nuestros amigos, compañeros de trabajo y familias, al tiempo que enviamos y apoyamos a los que son llamados a ir donde la iglesia los envíe.

La misión global de Dios está en el corazón de nuestra teología. Dios, en Su soberanía, ha ordenado la salvación de Su pueblo y ha ordenado los medios para ese fin. Nos dice que vayamos y prediquemos, porque ¿cómo pueden oír las naciones sin que alguien predique el evangelio de Cristo?

Sin embargo, aunque la misión de Dios es fundamental para lo que somos y lo que hacemos, no es el fin último. La misión de Dios existe para la gloria de Dios, para que las familias de cada tribu, lengua y nación conozcan, amen y adoren a Dios coram Deo, delante de Su rostro ahora y para siempre.

Publicado originalmente en Tabletalk Magazine.