Mirar a través del espejo
2 marzo, 2022Un examen de las reglas de Calvino para la oración (Parte 1)
3 marzo, 2022Dar sentido a la vida
La pregunta general que el escritor del Eclesiastés trata de responder es: «¿Tiene algún sentido el tiempo que paso en este mundo?». Ponemos en la lápida de un hombre que nació en una fecha y que murió en otra. Entre estos dos puntos del tiempo vivimos nuestras vidas. La pregunta básica es: «¿Tiene sentido mi vida?».
Un estribillo común que hace eco en Eclesiastés es que hay futilidad, vanidad y «nada nuevo bajo el sol». Si nuestras vidas comienzan bajo el sol como un accidente cósmico, resultado de colisiones y mutaciones aleatorias de la materia inerte, y si nuestro destino final es volver al polvo del que procedemos, no puede haber ningún propósito.
Cuando dejamos de mirar «bajo el sol» y buscamos nuestro destino «bajo el cielo», encontramos nuestro propósito. Nuestro origen no fue en el caldo primigenio, sino en las propias manos de Dios, que nos dio forma y sopló aliento de vida en nosotros. Nuestro destino no es volver al polvo, sino dar honor y alabanza a Dios para siempre. Bajo el cielo encontramos propósito. Si tenemos a Dios como nuestro origen y destino, entre esos polos hay propósito y sentido.
El escritor responde a la pregunta con un rotundo «¡Sí!». Hay una razón para nuestras vidas. Hay una razón para nuestro sufrimiento y una razón para nuestro dolor. También hay una razón para nuestro gozo.
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Estás viviendo tu vida «bajo el sol» o «bajo el cielo»? ¿Has encontrado el verdadero propósito y sentido de la vida?
Para estudiar más a fondo
Eclesiastés 2:22
2 Timoteo 1:8-9
Eclesiastés 12:13