Distinguir entre la voluntad activa y la voluntad pasiva de Dios

José dijo lo siguiente acerca de la traición perpetrada por sus hermanos: «Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien» (Gn 50:20). La buena voluntad de Dios se cumplió mediante la mala voluntad de los hermanos de José. Pero el hecho de que estuvieran haciendo la voluntad de Dios no significa que los actos de los hermanos fueron en realidad virtuosos. Todos los actos deben ser juzgados junto con sus intenciones, y Dios juzgó correctamente que las acciones de los hermanos de José fueron malas. Que Dios torne el mal en bien solo resalta el poder y la excelencia de Su voluntad soberana y decretiva.

A veces nos encontramos con este mismo problema al distinguir entre la voluntad activa de Dios y Su voluntad pasiva. Nuevamente enfrentamos dificultades. Cuando Dios es «pasivo», es —en cierto sentido— activamente pasivo. Mi intención no es decir disparates, sino simplemente mostrar que Dios nunca es totalmente pasivo. Cuando parece pasivo, está eligiendo activamente no interceder de manera directa.

Agustín abordó el problema de esta manera: «A veces un hombre con buena voluntad desea algo que Dios no quiere, como cuando un buen hijo desea que su padre viva, mientras Dios desea que muera. También puede suceder que un hombre con mala voluntad desea lo que Dios quiere justamente, como cuando un hijo malo desea que su padre muera, y Dios también lo quiere… Porque las cosas que Dios desea por Su justicia las cumple mediante la voluntad corrupta de hombres malvados».

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

¿Puedes recordar alguna maldad en tu vida que Dios haya tornado en bien? Dale gracias por eso.

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.