Desarrollar una pasión por Dios
17 octubre, 2023Evitar una conciencia endurecida
17 octubre, 2023Entender el libre albedrío
Martín Lutero luchó enormemente con la relación entre la soberanía de Dios, el libre albedrío y el pecado humano. De hecho, uno de los mejores libros sobre el tema —La esclavitud de la voluntad— salió de la pluma de Lutero. Cuando Lutero se enfrentó a este asunto, batalló especialmente con los pasajes del Antiguo Testamento donde leemos que Dios endureció el corazón de Faraón (Ex 4:21; 7:3-4, 13-14, 22-23; 8:15, 19, 30-32; 9:27 – 10:2; 16-20, 24-28).
Cuando leemos estos pasajes, tendemos a pensar: «¿No sugiere esto que Dios no solo obra a través de los deseos y las acciones humanas, sino que en realidad impone el mal sobre las personas?». Después de todo, la Biblia dice que Dios endureció el corazón de Faraón.
Al analizar esto, Lutero observó que cuando la Biblia dice que Dios endureció el corazón de Faraón, no está diciendo que Dios creó una nueva maldad en el corazón de un hombre inocente. Lutero señaló que Dios no endurecía a las personas poniendo maldad en sus corazones. Todo lo que Dios debe hacer para endurecer el corazón de cualquier persona es retener Su propia gracia; es decir, Él deja que se haga la voluntad de dicha persona.
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Está tu corazón abierto a las necesidades de los demás? ¿Responde a las cosas espirituales? Pídele a Dios que mantenga tu corazón tierno y dócil a Su voluntad y Sus propósitos divinos.
Para estudiar más a fondo
Salmo 95:8
Deuteronomio 15:17