Esperar la ciudad de Dios
18 octubre, 2023Aceptar nuestra misión
18 octubre, 2023Entender nuestro peregrinaje
A la sombra de la Estatua de la Libertad yace el pequeño terreno conocido como Ellis Island, que se ha convertido en un símbolo de la historia estadounidense. Allí se reunían los inmigrantes al llegar a esta nación. Venían de muchos lugares por diferentes razones. Todos miraban a Lady Liberty en busca de esperanza, a pesar de su sonrisa un tanto hipócrita, ya que fue erigida dos años después de que el Congreso aprobara una ley que limitaba la inmigración.
Dos de mis antepasados llegaron a Ellis Island. Uno vino de Irlanda para escapar de la hambruna de la papa. Dejó una casa con techo de paja y piso de barro. El otro procedía de Yugoslavia, donde era miembro de la aristocracia de Croacia.
Los dos tenían un objetivo en común. Ambos dejaron sus países de origen en busca de un país mejor. Eran peregrinos, forasteros en tierra extranjera. Como Abraham, salieron a buscar una ciudad. Sin embargo, a diferencia de Abraham, mis antepasados buscaron la ciudad del hombre.
Todo cristiano está llamado a ser un peregrino. Somos peregrinos y extranjeros en la tierra. Nuestro hogar está en la ciudad de Dios. Nuestra comunidad es la iglesia, el testimonio visible del Reino invisible de Dios. Es nuestra comunidad: una comunidad de fe.
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Vives como un peregrino en este mundo o te has asentado como un residente permanente?
Para estudiar más a fondo
Hebreos 11:3
1 Pedro 2:11
Salmos 119:54