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El gran pensador medieval Tomás de Aquino pasó décadas trabajando en su obra emblemática Summa Theologica. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols presenta las cinco vías o maneras en que Tomás de Aquino afirma que podemos probar la existencia de Dios.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols. En este episodio vamos a sumergirnos de lleno en un pensador y filósofo que trata temas muy profundos. Nos referimos al teólogo medieval, Tomás de Aquino.
Tomás de Aquino trabajó en su obra magna por décadas: la Summa Theologiae. La mejor manera de traducir esto sería «Un resumen teológico». Es una «sinópsis», un «compendio», o «síntesis» de teología. Por eso en español se le llama como en latín, «Suma teológica». Claro que comparado con todo lo que podría intentar decirse sobre la Persona de Dios cualquier obra debe ser considerada un resumen. Pero lo cierto es que se trata de una obra enorme que se prolonga en varios volúmenes.
Y de hecho, técnicamente la suma teológica de Aquino quedó inconclusa. Pero una de las porciones más conocidas de esta obra es «Las 5 vías de Tomás» o «Las 5 maneras en que se puede probar la existencia de Dios». Veamos cada una de ellas.
La primera vía procede de Aristóteles, quien habló de un «motor inamovible». Aristóteles pensaba que una de las cosas que podemos saber con certeza es que hay movimiento. Y para que hubiera movimiento tenía que haber algo que iniciara el movimiento. Aristóteles decía que no puedes descubrir la causa del primer movimiento yendo hacia atrás en la eternidad de manera indefinida. Porque de intentar hacerlo, al ir hacia atrás ad infinitum, como dice el latín, «hasta el infinito», no habría un comienzo. Nunca empezarías. Pero sabemos que el movimiento tuvo un comienzo. ¿Por qué? Porque tenemos movimiento al presente. Por lo tanto, Aristóteles postuló la idea de un motor inamovible. Entonces llega Tomás de Aquino y dice que ese motor inamovible es Dios. Esa es la primera vía.
La segunda vía trata de aplicar esta lógica del motor inamovible en términos de causas. Aquino decía que en el mundo podemos observar causa y efecto. Una de las formas en que podemos ver esto es si jugamos una partida de billar. Cada vez que golpeas la bola blanca y esta golpea otra bola, la bola golpeada por la bola blanca se mueve. Esto sería un ejemplo de causa y efecto. El efecto de que una bola Se mueva se produce porque la bola blanca la golpea. Y la bola blanca se mueve porque el palo de billar golpea la bola blanca. Y la causa de que el palo de billar golpee la bola blanca la pone en marcha el jugador de billar que empuja el palo con su brazo. Si aplicamos esa lógica de «no retroceder ad infinitum», significa que no es posible retroceder al infinito porque nunca tendrías una causa para empezar. Y así tenemos una segunda vía, la cual es simplemente «Dios es», lo que Aquino llamaría el motor inamovible que produce el movimiento, y quien es «la causa primera».
La tercera vía tiene que ver con la naturaleza del ser y Aquino dice que «Hay seres contingentes y hay seres necesarios». Entonces los seres contingentes son aquellos que dependen de algo más para su existencia. Pero para todos estos seres que dependen de otra cosa para su existencia, tiene que haber algo detrás de ellos que sea independiente. Así que ese es un ser necesario. Y por supuesto, ese ser necesario es Dios.
Luego llegamos a la cuarta vía, y Aquino dice: «Mira a tu alrededor y al observar la realidad verás gradaciones del ser». Hay cosas que son mejores y cosas que son peores. Para tener mejor y peor, necesitamos dos categorías. Necesitamos «lo mejor» y necesitamos «lo peor». En otras palabras, necesitamos la perfección. Y por eso necesitamos un ser perfecto detrás de estas gradaciones del ser que vemos en la realidad. Y de nuevo, el perfecto ser es Dios.
Esto nos lleva a la última vía, y es lo que Aquino llama «el argumento del diseño». Todas las cosas naturales están orientadas hacia una meta y un propósito. Todo el universo tiene apariencia de diseño. ¿De dónde viene esto o a menos que un ser inteligente sea el diseñador? Y ese ser inteligente es Dios.
Y así tenemos a Tomás de Aquino y sus 5 maneras de probar la existencia de Dios.
Soy Steve Nichols, y has estado escuchando 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.