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13 abril, 2023¿Tiene razón Spurgeon?
¿Por qué los cristianos deberían preocuparse por estudiar su historia? En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols comparte sabias palabras de Charles Spurgeon sobre la importancia de conocer la historia de la obra de Dios en el mundo.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols, donde viajamos en el tiempo para observar eventos, personajes y lugares que han dado forma a la historia del cristianismo.
Pienso que sería útil preguntarnos: ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué mirar al pasado? En otras palabras, ¿por qué tomarnos la molestia de estudiar la historia de la iglesia?
Sospecho que le estoy predicando al coro. Estás escuchando porque sabes la importancia de estudiar el pasado y escuchar las voces de la historia de la iglesia. Pero no está de más reflexionar sobre esta pregunta. Incluso los del coro necesitan recordatorios de vez en cuando. Así que, volvamos a nuestra pregunta: ¿Por qué es importante estudiar la historia de la iglesia?
Para responder esto, quiero ir a los años mil ochocientos en Londres para visitar a Charles Haddon Spurgeon. Me encanta Spurgeon por muchas razones, pero especialmente porque es un personaje muy querido por todas las tradiciones: sean bautistas, presbiterianos, o luteranos, Spurgeon es apreciado por todos.
Spurgeon fue pastor del Tabernáculo Metropolitano, una gran iglesia situada en un área importante de Londres conocida como «el elefante y el castillo». Los londinenses acudían en masa para escuchar las predicaciones de Spurgeon. De hecho, la gente incluso atravesaba el Atlántico para escucharle predicar. Ciertamente escribió muchos libros y sermones mientras estaba en el Tabernáculo Metropolitano. Uno de sus libros habla a los pastores sobre la importancia de usar comentarios bíblicos y dedicarse a un estudio profundo en la preparación de sus sermones. Spurgeon conocía bien el valor de la lectura para preparar sermones. Tenía una biblioteca personal de unos 25 000 libros. ¡Y esto en los años mil ochocientos! Lo que es más, llegó a leer la mayoría de ellos.
Pues bien, en el prefacio de su libro él contrarresta una objeción al uso de comentarios. La objeción alega: “Ya que, como cristiano, tengo al Espíritu Santo y Su maravillosa obra de iluminación, no necesito comentarios, no necesito depender del pensamiento de otros; puedo ir directamente a la fuente”.
Esta fue la respuesta de Spurgeon a dicha objeción y cito: «Me parece extraño que quien tenga en tan alta estima lo que el Espíritu Santo le enseña, tenga en tan baja estima lo que el Espíritu Santo enseña también a otros».
En esta cita Spurgeon nos recuerda que el Espíritu Santo no es un don individual. El Espíritu Santo es un don colectivo para el cuerpo de Cristo, el Espíritu ha enseñado a otros y usa a otros para enseñarnos. Así que el argumento de Spurgeon llega a esta conclusión: usa los comentarios. No seas arrogante, no creas que eres el único iluminado por el Espíritu Santo, porque no es así.
Ahora bien, podemos expandir el argumento de Spurgeon para aplicarlo a la iglesia de hoy y su relación con la historia de la iglesia. Esta sería mi paráfrasis del argumento de Spurgeon: Me parece extraño que la iglesia del siglo XXI tenga en tan alta estima lo que el Espíritu Santo le ha enseñado hoy día, y tenga en tan baja estima lo que el Espíritu Santo le ha enseñado a la iglesia en el primer siglo, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, etcétera, etcétera.
El Espíritu Santo no es exclusivo de nuestra época. El Espíritu Santo ha estado trabajando en la iglesia durante los últimos veintiún siglos. Podemos decirlo de esta manera: Es un tanto arrogante pensar que no tenemos nada que aprender del pasado. La arrogancia es pecado. También dice Proverbios 16:18b que, «delante de la caída, [está] la arrogancia de espíritu». Necesitamos un poco de humildad. Suficiente humildad para decir que tal vez no tengamos todas las respuestas en el presente. Suficiente humildad para reconocer que necesitamos el pasado, y suficiente humildad para visitarlo de vez en cuando, aunque sea solo por cinco minutos.
Soy Steve Nichols, gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.