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Transcripción
Una vez más estaremos viendo a los llamados «Yo soy» de Jesús, esos pronunciamientos que hizo durante su ministerio terrenal que son extremadamente importantes en términos de Su propia autoconciencia y Su propia definición de Su persona y Su obra. Ya hemos visto que cuando Jesús usa la fórmula «Yo soy», usa la fórmula de la declaración que equivale al lenguaje del Antiguo Testamento para Dios. Entonces, ya hemos visto dos de los «Yo soy» y hoy vamos a ver la declaración que Jesús hace en Juan capítulo 10, «Yo soy la puerta».
Ahora, antes de ver eso, tengo que decir que en este mismo pasaje Jesús expresa otro importante «Yo soy», cuando se llama a Sí mismo «el buen pastor». En el mismo contexto, en la misma discusión, Cristo se llama a Sí mismo la puerta y el buen pastor. Esas dos expresiones tienen que distinguirse una de la otra porque no significan precisamente lo mismo, pero, aunque las distinguimos entre sí, no debemos separarlas, porque están íntimamente relacionadas entre sí. La primera de las dos que Jesús expresa es la declaración: «Yo soy la puerta».
Veamos el contexto de esto en Juan capítulo 10 empezando en el versículo 1, donde Jesús dijo: «En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
«Jesús les habló por medio de esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Entonces Jesús les dijo de nuevo: “En verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”». Así que, al principio del discurso del buen pastor, Jesús se compara a Sí mismo con la puerta del redil.
Tomemos un par de minutos para ver el trasfondo histórico y cultural del escenario que Jesús está ilustrando para sus oyentes en ese momento. Sabemos que la vocación pastoral era muy importante en la comunidad judía antigua. Sabemos que el Antiguo Testamento está repleto de referencias de todo este asunto del pastoreo, cuando vemos a David surgir como el pastor rey de Israel y estamos más familiarizados con el Salmo 23 que compara al Señor como el pastor de Su pueblo. De nuevo, a lo largo del Antiguo Testamento vemos estas imágenes.
Pero en el mundo antiguo, las ovejas estaban afuera durante el día y ellas pastaban y el pastor las conducía junto a las aguas tranquilas y a los pastos verdes donde eran nutridas con sus alimentos en los campos de pastoreo. Si alguna vez has visto rebaños de ovejas, sabes que se mueven a toda velocidad sin un aparente ritmo o razón para su actividad y sin un pastor a veces se comportan de tal manera que pensamos que son tontas y que en realidad se harían daño a sí mismas. Por eso en el medio oriente antiguo, las ovejas siempre tenían un pastor que iba con ellas durante el día, pero por la noche, las ovejas eran traídas del pasto y se mantenían en un lugar que estaba protegido que se llamaba: el redil.
Había diferentes tipos de rediles. Algunos de ellos estaban hechos de madera con cercas de madera alrededor de ellas para proteger el interior, pero con más frecuencia, el redil estaba construido de piedras. Por lo tanto, tenías una fortaleza impenetrable, por así decirlo, para albergar y proteger a las ovejas de los ladrones o de los animales salvajes que vendrían y les harían daño. Las paredes alrededor del redil no tenían alambre de púas arriba porque no había alambre de púas en ese tiempo, pero tendrían cardos unidos, espinos afilados, alrededor de la parte alta del muro para disuadir al intruso de tratar de trepar por encima del muro.
Es por eso que Jesús dijo que solo aquellos que buscaban destrucción o robaban o asesinaban trepaban por encima del muro. Pero la puerta es el camino de entrada adecuado para las ovejas y luego, por supuesto, lo más importante para el pastor. Tendrían dentro del redil una persona que estaría a cargo de ser el guardián, por así decirlo o que vigilaría la puerta. Él no era el pastor, él era el guardián de la puerta y a menudo los rediles eran lo suficientemente grandes como para contener varios rebaños diferentes de ovejas. Varios pastores entraban con sus ovejas y las ovejas no se perdían ni se mezclaban con las otras ovejas de otros rebaños porque las ovejas reconocían a su pastor y el pastor reconocía a sus ovejas. Hablaremos un poco más de eso más adelante.
Pero de nuevo, recuerden que la entrada al redil, que es el lugar de seguridad, que es el lugar de protección, es la puerta. Entonces, la primera imagen que Jesús usa aquí en este contexto es lo que Él dice. «Yo soy la puerta». De nuevo, obviamente, el pastor no era la puerta, pero dijo que «el que entra por la puerta es el pastor…» y vemos una distinción entre el pastor y la puerta. «A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera».
Ahora hay registros de criadores de ovejas, no solo en este país sino en otras naciones, que pueden reconocer a sus ovejas por las marcas y características distintivas y muchos de estos pastores realmente dieron y todavía hoy les dan, nombres particulares a las ovejas, al igual que lo hacemos con nuestras mascotas domésticas, con nuestros gatos y con nuestros perros y más. También el pastor, si pasa algún tiempo con las ovejas y llega a conocer a las ovejas y las ovejas lo conocen a él, a veces el pastor se paraba dentro del redil y llamaba a las ovejas y ellas venían corriendo, porque las ovejas, que supuestamente son animales tontos, reconocen la voz de su pastor y querían estar donde estaba el pastor.
Por tanto, cuando el pastor las llamaba por su nombre venían corriendo para entrar al redil. Pero, de nuevo, la única forma de entrar en el redil era a través de la puerta. Entonces al pastor «le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas…», es decir cuando sale del redil, va delante y lleva a las ovejas a través de la puerta para que vuelvan a pastar y nuevamente las ovejas lo siguen. Así que hay un énfasis aquí, incluso antes de la metáfora del buen pastor, sobre el comportamiento de las ovejas con respecto al pastor.
Ahora noten el contexto inmediato para esta ilustración que Jesús está dando. Me refiero a que muy a menudo cuando leemos el Nuevo Testamento y tomamos algo al inicio de un capítulo en particular, casi pensamos que es un incidente aislado de lo que sucedió antes. Pero el capítulo 10 le pisa los talones al capítulo 9 y en el Evangelio original no había divisiones de capítulos o divisiones de versículos, por lo que tenemos que ver lo que precede inmediatamente a esta discusión para ver qué motiva a Jesús a dar esta ilustración.
Si recuerdan cuando vimos la declaración «Yo soy la Luz del mundo», uno de los contextos en los que Jesús hizo esa declaración fue con respecto a Su curación del hombre ciego de nacimiento, quien por el toque de Jesús pudo ver la luz por primera vez en su vida. Jesús no solo dice: «Yo soy el que le dio la luz a este hombre», sino que «Yo soy la Luz del mundo entero». Recuerdan cuando vimos eso en el capítulo 9 que los fariseos y los saduceos estaban furiosos con Jesús por las afirmaciones que estaba haciendo y también con el hombre. Casi excomulgaron a este pobre hombre que había nacido ciego, que había sido sanado milagrosamente por Cristo y en lugar de regocijarse, los fariseos estaban enojados.
Y por eso, inmediatamente después de esta confrontación que Jesús tiene con los líderes, entra en esta discusión sobre si Él es la puerta del redil y también se prepara para la declaración del buen pastor, porque obviamente los fariseos que estaban llamados a ser los pastores del pueblo de Dios eran como ladrones y salteadores, que no tenían ninguna preocupación real por el bienestar de las ovejas. Aquí había un hombre que nació ciego y estaba bajo su cuidado pastoral. Él era un miembro de su rebaño, por así decirlo. Cuando esta pobre oveja, que había sido herida de nacimiento, fue sanada, se pusieron celosos y se enfurecieron contra el hombre y contra Jesús.
Jesús está diciendo: pero qué… ¿Qué clase de pastores son ustedes? Que eso es todo lo que les preocupa de su oveja. Están más preocupados por su propio estatus. Están más preocupados por su propia reputación que por el bienestar de este hombre que acabo de sanar. Ese es el contexto en el que Jesús hace esta declaración sobre la puerta. Obviamente, cuando habla del redil y la puerta del redil, Jesús está usando esta situación común, terrenal y de la vida real con la que todos estaban familiarizados para llamar la atención a una verdad superior. Recuerden, en el corazón de las parábolas de Jesús y de Sus ilustraciones está Su comunicación sobre el Reino de Dios.
Lo que Jesús está diciendo es que Dios tiene un redil, que Dios tiene un lugar de santuario; Dios tiene un lugar seguro. Dios tiene un lugar de paz y protección eterna, donde Dios es la poderosa fortaleza para Su pueblo y esa fortaleza, como el redil, tiene una puerta. Jesús está hablando del cielo, del reino, de la presencia de Dios. Él usa la declaración de que los fariseos se atragantaron, pero tengo que decirles, amados, probablemente no hay tiempo ni cultura en la historia de la Iglesia cristiana más ofendida por este tipo de enseñanza de Jesús que la cultura en la que vivimos hoy. Si Jesús alguna vez hizo una declaración que era políticamente incorrecta, fue esta.
Porque lo que Jesús está diciendo sobre Sí mismo es que el reino es exclusivo, no inclusivo, y que el redil no tiene quince puertas diferentes, quince maneras de entrar. Solo hay una puerta. Como repite el Nuevo Testamento, solo hay un Mediador entre Dios y el hombre, que el rebaño de Dios tiene un pastor, una puerta y la única manera de entrar a esa puerta es a través del que es la puerta. Eso es lo que digo cuando los cristianos dicen, ya saben, «un camino», eso es, es tan ofensivo para la cultura inclusiva y pluralista en la que vivimos. Los cristianos son mal vistos cuando hablan así.
Pero de nuevo, es Jesús quien hace esa declaración y los apóstoles. Pedro dice: «No hay otro nombre bajo el cielo… en el cual podamos ser salvos». En otro de los «Yo soy» que veremos Jesús dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí». De nuevo, si alguna vez hay un momento en el que Jesús hace una declaración que provoca conflictos entre Sus contemporáneos, es aquí cuando hace esta declaración sobre Sí mismo. Veámoslo de nuevo cuando Él dice: «El que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz». Y sigue así. Luego, en el versículo 7: «Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad les digo…» De cierto, de cierto les digo: «Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores».
Ahora, ¿a quién se refiere? No creo que se esté refiriendo a los profetas del Antiguo Testamento. Ciertamente no está llamando a Moisés ladrón o salteador. Él no está llamando a Isaías ladrón o salteador, sino que se está refiriendo a aquellos que eran falsos mesías, aquellos que afirmaban ser el camino a Dios. De nuevo, si van a interactuar con las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento y luego interactuar con la cultura pluralista en la que viven, que les dice desde que son niños pequeños: «Hay muchos caminos hacia Dios; no importa lo que creas; si sigues el budismo, hinduismo, confucianismo o taoísmo o cualquier otra religión, todos esos caminos diferentes van hacia a Dios. Dios ha tenido muchos hijos, muchos avatares, muchas manifestaciones o encarnaciones en este mundo».
Queremos mantener este concepto de inclusión. Está en conflicto total con lo que las Escrituras enseñan sobre la salvación, que Cristo es llamado el monogenes, el unigénito del Padre. He contado antes, la historia de lo que me sucedió cuando era estudiante universitario y nuestra profesora de inglés quien era bastante hostil, abiertamente hostil al cristianismo me preguntó frente a todos: «Sr. Sproul, ¿cree que Jesús es el único camino a Dios?». Sentí las miradas de todos en la clase sobre mí, se pueden imaginar y supe que estaba en serios problemas, porque si decía «sí», entonces soy un intolerante. Si digo «no» soy un traidor. Así que murmuré mi respuesta. Ella dijo: «¿Qué dijiste?». Le dije: «Sí, creo que Él es el único camino». Oh, ella me atacó. Me dijo: «Esa es la declaración más arrogante, de mente estrecha e intolerante que he escuchado».
Ella me humilló frente a la clase. Después de la clase, ya me iba, me detuve en la puerta y le dije: «Sé que no crees en el cristianismo, pero ¿crees que es posible que una persona pueda estar verdaderamente persuadida de que Jesús era al menos un camino hacia Dios?». Ella dijo: «Bueno, sí, por supuesto». Le dije: «Si estás convencida de que Jesús es un camino a Dios y luego descubres que Él te dice que Él es el único camino a Dios, entonces ¿qué haces?». Le dije: «Si pensara que Él es el único camino a Dios porque es lo que yo creo, y estoy diciendo que tienes que creer en lo que creo y no hay otra opción y solo RC Sproul tiene la verdad, entonces, por supuesto, eso sería lo más arrogante, intolerante y de mente estrecha que jamás hayas escuchado. Pero si realmente estoy convencido de que Jesús es el Cristo y Él enseña que Él es el único camino, ¿no ves que lo estaría traicionando si dijera, para hacerte feliz o para que la cultura sea feliz, que hay muchos, muchos caminos?
Bueno, ella… ella dijo: «Sí, veo eso». Ella dijo: «Pero tengo que preguntar, ¿cómo puedes creer en un Dios que solo da un camino?». Le dije: «Bueno, eso es lo que me sorprende». Ella dijo: «¿Qué?», «que Él da un camino. ¿Por qué debería de dar un camino? Lo que Él ha hecho, el punto hasta donde Él ha ido para redimir a un mundo caído a través del ministerio de Cristo cuya vida y persona no es digna de ser comparada con Buda o Mahoma o Confucio o cualquier otra persona. Todos están muertos. Ninguno de ellos dio una expiación. Ninguno de ellos llevó los pecados del mundo sobre su espalda delante del tribunal de Dios».
Y dije: «Si Dios envió a Su único Hijo al mundo para cargar con cada pecado que hayas cometido y lo mata en tu lugar y luego dice que, si pones tu confianza en Él, Él va a perdonar cada pecado que hayas cometido y te va a dar vida eterna para que nunca mueras, que vivirás para siempre sin más dolor, sin más enfermedades, sin más oscuridad, sin más problemas» y le dije: «¿Irías a verlo para decirle: no has hecho lo suficiente?». Somos tan arrogantes que exigimos que Dios nos dé cinco puertas para entrar al redil. Rechazamos la propia enseñanza de Jesús cuando Él dice: sí, hay un camino amplio. Si no quieres ser estrecho, hay un camino amplio, «ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva al…» ¿al redil? No. «Que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella».
Pero Jesús dijo: «Estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan». Por eso Jesús dice que si quieres entrar, si quieres ir a ese lugar de seguridad, «tienes que venir a través de Mí». Él dice, otra vez, más adelante: «Si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá». Él irá al lugar seguro; hallará los pastos verdes. El ladrón no viene a menos que trate de escalar los muros. «Él viene a robar, a matar y a destruir. Pero Yo he venido como la puerta para que tengan vida y la tengan en abundancia». Así que Jesús, cuando dice que es la puerta hacia el redil, también está diciendo que Él es la puerta a la vida misma, zoe, el tipo de vida trascendente que Él vino a dar. Es por eso que estoy aquí, dijo, para traer vida, vida abundante, el tipo de vida que solo ocurre del otro lado de la puerta. Si quieres quedarte fuera de esa puerta o tratar de encontrar otra forma de entrar, que no sea a través de esa puerta, perderás esa vida. Perderás ese reino. Perderás la casa del Padre. Pero Él dijo: «Yo soy la puerta». Vengan a través de Mí y esa vida será de ustedes.