
3 cosas que debes saber sobre Romanos
5 diciembre, 2023
3 cosas que debes saber sobre 2 Corintios
12 diciembre, 20233 cosas que debes saber sobre 1 Corintios

Este artículo forma parte de la colección 3 cosas que debes saber.
1. La iglesia de Corinto estaba plagada de desafíos.
El apóstol Pablo fue el fundador de la iglesia de Corinto, es decir, fue el instrumento humano que Dios utilizó para hacer nacer esta iglesia. Fue en su segundo viaje misionero, a principios de la década del 50 d. C., cuando llegó a esta ciudad situada al sur del istmo que une el territorio aqueo con el Peloponeso. Era una ciudad dotada de dos puertos (Lequeo y Cencrea) y una población cosmopolita estimada de 150 000 habitantes. Era populosa, idólatra e inmoral hasta el extremo.
El ministerio de Pablo comenzó en la sinagoga, pero cuando la oposición allí se hizo demasiado grande, continuó en casa de uno llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios. No hay duda de que también ministró en el ágora y en otros lugares. «Muchos de los corintios, al oír, creían» (Hch 18:8). Dios animó a Pablo por medio de una visión nocturna a seguir ministrando sin miedo, pues había mucha gente en la ciudad que iba a creer. Continuó allí por año y medio. Así que debió ser una iglesia de tamaño considerable, formada en gran parte por adoradores de ídolos que se convirtieron, con un número menor de judíos. Pablo se refiere a sí mismo como su padre espiritual (1 Co 4:15).
Sin embargo, no era una iglesia fácil de ministrar. Algunos de ellos habían practicado las perversiones sexuales por las que era conocida la ciudad y otros habían sido idólatras, ladrones y borrachos (1 Co 6:9-11). Además, Pablo se refiere a ellos como amantes de la sabiduría griega (1 Co 2:4-5), inmaduros (1 Co 3:1), engreídos (1 Co 4:6), arrogantes (1 Co 5:2), jactanciosos (1 Co 5:6), desconsiderados (1 Co 6:1; 11:21-22), y la lista pudiera seguir. ¿Cómo ministró Pablo a la gente en esas circunstancias?
Es digno de notar que, desde el principio de la carta, Pablo da gracias por ellos, los elogia y reconoce que no les faltaba ningún don espiritual (1 Co 1:4-7). Más adelante, aclara que no escribía para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a amados hijos suyos (1 Co 4:14). Su amor pastoral por ellos es evidente a lo largo de toda la carta. Sus últimas palabras en la epístola son: «Mi amor sea con todos ustedes en Cristo Jesús. Amén» (1 Co 16:24).
2. La Primera epístola a los Corintios tiene un contenido más variado que cualquiera de las demás epístolas paulinas.
J. Gresham Machen escribió: «La Primera epístola a los Corintios ofrece más información que cualquier otro libro del Nuevo Testamento sobre los asuntos internos de una iglesia apostólica. Solo 1 Corintios presenta los problemas prácticos de una iglesia primitiva en la plenitud de su desconcertante variedad». La lectura de esta carta revela la gran diversidad de temas que trata el libro. Pablo se enteró de estos asuntos por dos comunicaciones que recibió: un informe transmitido por los de Cloé, quizás fueron sus siervos (1 Co 1:11), y otro informe de Estéfanas, Fortunato y Acaico, que probablemente fue una carta de parte de la iglesia (1 Co 16:17).
Había grupos divididos (1 Co 1:11-12), un caso de incesto de tal naturaleza que escandalizaba incluso a los paganos (1 Co 5:1), querellas insignificantes que se ventilaban públicamente (1 Co 6:1), necesidad de instrucción sobre el matrimonio y el divorcio (1 Co 7), desacuerdos sobre el consumo de carne previamente sacrificada a ídolos paganos (1 Co 8:1 – 11:1), diversos asuntos relacionados con el culto y el uso de los dones espirituales (1 Co 12-14), y la negación por parte de algunos miembros de la iglesia de la realidad de la resurrección (1 Co 15:12). Es una lista mareante de dificultades, y ni siquiera son todas. Era una iglesia con un amplio abanico de preguntas y preocupaciones.
3. Aunque los corintios y sus problemas distan cronológica y culturalmente de nosotros, la forma en que Pablo interviene es totalmente relevante para nosotros.
Una vez más, vale la pena destacar la observación de Machen:
Primera de Corintios trata de los problemas concretos de una iglesia antigua. Esos problemas no son nuestros problemas… [Pero] Pablo tenía la notable facultad de considerar incluso los problemas insignificantes a la luz de principios eternos. He aquí lo impresionante de 1 Corintios: cada cuestión que en ella se discute es puesta a prueba por el fuego de la verdad evangélica. De ahí el valor duradero de la epístola. La aplicación de los elevados principios del evangelio a la rutina de la vida cotidiana es el problema fundamental de la conducta cristiana. Tal problema no se resuelve para cada hombre en particular, pues los detalles de la vida son de una variedad infinita, pero su método de solución está expuesto en Primera de Corintios. ²
Este es un buen recordatorio de que todo cristiano de cualquier época debe tratar de aplicar la Escritura a su propio contexto. Para ello, necesitamos ayuda. Empieza por utilizar una buena Biblia de estudio, como la Biblia de Estudio de La Reforma. Hay comentarios más completos, desde los relativamente sencillos hasta los profundamente técnicos. Keith Mathison, Tim Challies y otros han compilado listas muy útiles de los mejores comentarios. Recuerda siempre que tu mayor ayuda vendrá de Dios. El Salmo 119:18 es una buena oración para usar siempre que leas o estudies la Biblia: «Abre mis ojos para que vea / Las maravillas de tu ley».
Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
¹J. Gresham Machen, The New Testament: An Introduction to its Literature and History [El Nuevo Testamento: Introducción a su literatura e historia] (Edimburgo: Banner of Truth, 1976), 131.
²Ibid., 134.