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Este artículo forma parte de la colección 3 cosas que debes saber.
El libro de Daniel es único en el Antiguo Testamento debido a su contenido y al papel fundamental que desempeña entre las profecías del Antiguo Testamento sobre la restauración de Israel y el cumplimiento de esas profecías en el Nuevo Testamento a través de la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo. El libro está lleno de complejidad y profundidad, una riqueza que dificulta resumirlo brevemente. Sin embargo, hay tres aspectos del libro que lo hacen accesible al lector moderno.
1. Las historias iniciales (capítulos 1-6) dan credibilidad a las profecías posteriores del libro (capítulos 7-12).
Los relatos en los capítulos iniciales de Daniel, escritos mayormente en arameo, describen a una generación de jóvenes judíos que son llevados cautivos a Babilonia en el año 605 a. C. Allí enfrentan una terrible persecución por parte de sus captores, así como increíbles éxitos de la mano del Señor, en quien han puesto su confianza. La historia de Daniel y sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego establece claras conexiones literarias y lingüísticas con la historia de José en Egipto. Por ejemplo, ambos son descritos como jóvenes de buen parecer (Gn 39:6; Dn 1:4), ambas historias implican la interpretación de los sueños de reyes que los angustian y revelan el plan de Dios para el futuro, y se utilizan muchas de las mismas palabras hebreas a lo largo de cada historia para vincularlas entre sí. Al igual que José, Daniel y sus amigos son fieles al llamado de Dios mientras sirven en una corte extranjera y, como resultado, son elevados a posiciones de increíble prosperidad, incluso recibiendo un collar de oro alrededor del cuello (Gn 41:42; Dn 5:29).
Su fidelidad ante la persecución refuerza el mensaje profético de Daniel sobre la restauración, tanto para los israelitas en la diáspora como para los que regresaron a Jerusalén en el 536 a. C., tras la caída de Babilonia ante la coalición medo-persa. Esto habría sido particularmente importante a la luz del mensaje principal de Daniel, que la restauración del exilio será pospuesta siguiendo un patrón de sietes (Dn 9:24).
2. El aplazamiento de la restauración de Jerusalén, anunciado en Daniel y en un patrón de sietes, crea un puente entre los eventos del Antiguo Testamento y los del ministerio de Jesús.
Desde la época de Moisés, un exilio nacional y una restauración de algún tipo fueron presentados ante Israel (Dt 28:64-68; 30:1-10). A lo largo de Levítico 26, el Señor le dice a Moisés que si Israel no se arrepiente en caso de exilio, Él se reserva el derecho de extender la disciplina siete veces más (Lv 26:18, 21, 24, 28).
Para la época de Jeremías, la amenaza del exilio había evolucionado de ser un posible desenlace a un destino inminente. El tiempo para el arrepentimiento había pasado (Jr 19) y el profeta declaró que no solo se acercaba el exilio, sino que este duraría setenta años (Jr 25:11; 29:10). Daniel está leyendo pasajes como estos, que lo inspiran a ofrecer la oración de arrepentimiento que encontramos en Daniel 9. Él sabe que el exilio no llegará a su fin hasta que el pueblo de Israel se arrepienta de sus pecados y regrese de todo corazón al Señor de su salvación. Debido a su oración justa, el Señor envía un mensajero (Gabriel) a Daniel para comunicarle la noticia de que el exilio ha sido extendido en un patrón de sietes. No serán setenta años hasta el fin de las «desolaciones de Jerusalén», sino setenta veces siete, es decir, 490 años. El resto del libro ofrece una serie de visiones que describen los eventos que ocurrirán entre la época de Daniel y la venida del reino de Dios.
3. Las visiones de los capítulos 7 al 12 animan al pueblo de Dios a confiar en el plan del Señor para la restauración, incluso mientras se desarrollan los eventos globales del período intertestamentario.
Una de las cosas que resulta impactante acerca de la segunda mitad de Daniel es lo específicas y detalladas que son las visiones respecto a los eventos que ocurrirán antes de la venida del Mesías en la restauración. ¿Por qué el profeta describiría con tanto detalle el curso de los eventos futuros? Otros profetas fueron mucho más confusos e impresionistas en sus predicciones sobre el futuro, pero Daniel es notablemente preciso. La respuesta debe estar en el mensaje del libro sobre el aplazamiento de la restauración en un patrón de sietes. Al detallar minuciosamente, el profeta está animando a la comunidad del pacto a seguir confiando en el Señor, incluso mientras imperio tras imperio se levanta y cae en la sucesión de la historia global. El Señor sigue siendo soberano sobre la historia humana, por lo que Su pueblo debe ser fiel en sus deberes y disfrutar de los privilegios que tienen como el pueblo del pacto de Dios. A través de todo, ellos deben confiar en el Señor de su salvación y saber que un día Él los restaurará.
Así como el remanente justo de Israel debe perseverar a pesar de los altibajos de la historia, los seguidores del Mesías hoy en día deberían encontrar esperanza en las profecías de Daniel. Nosotros también tenemos deberes y privilegios como el pueblo de Dios, mientras aguardamos el regreso de nuestro Rey y el cumplimiento del programa de restauración que Él inició hace dos mil años (2 P 3:1-13). También se nos considera exiliados que han visto al Rey mesiánico y le sirven en medio de los acontecimientos globales que se desarrollan (1 P 1:1; ver Stg 1:1). Al igual que Daniel y sus amigos, no seremos aplastados por los engranajes de los poderes geopolíticos, porque servimos a un Rey más grande que ordenó libre e inmutablemente todo lo que acontece (Confesión de Fe de Westminster 3.1).

