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El testimonio de Juan
22 junio, 2022Amando la Escritura

Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: El mundo judío en los días de Jesús
La gente me fascina. Siempre que conozco gente nueva, ya sea en mi propia comunidad o de viaje, quiero aprender todo lo que pueda sobre ellos. Desde los taxistas hasta los camareros de los restaurantes, pasando por los empleados de los supermercados a los visitantes de nuestra iglesia, me encanta que la gente me cuente sus historias y de dónde son, su ascendencia familiar y sus peregrinajes espirituales. Una de las razones por las que me encanta la comunidad y la cultura de Florida es que en nuestra comunidad y en nuestra iglesia hay personas de todo el mundo. En particular, me encanta sentarme con los miembros de nuestra iglesia y escuchar las historias de la gracia de Dios en sus vidas. Aunque el ministerio pastoral puede ser extremadamente difícil, una de las mayores alegrías del ministerio en la iglesia local es llegar a conocer al pueblo de Dios y aprender todo lo que Dios ha hecho en sus vidas.
Cuando aprendemos sobre las personas, llegamos a apreciarlas más profundamente. Cuando sabemos más sobre la procedencia de las personas y cómo han llegado a estar sentadas en la banca de al lado, naturalmente las amamos más y nos preocupamos más por ellas. Pero esto no solo se aplica a las personas, sino a cualquier otra cosa que nos interese en la vida, como un libro, una ciudad, un lugar histórico, una obra de arte o una institución. Queremos aprender más sobre lo que nos interesa, incluyendo su historia y trasfondo, y en la mayoría de los casos, cuanto más aprendemos, más lo apreciamos.

Como amamos la Escritura, no podemos evitar hacer preguntas sobre el trasfondo histórico de lo que leemos en el texto bíblico. Cuanto más estudiamos, más queremos saber sobre el contexto social y cultural de la Escritura. Queremos aprender todo lo que podamos sobre la historia bíblica y antigua, la geografía y la arqueología. Esto no se debe a que queramos restarle importancia a la singularidad de la Biblia. Sabemos que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios y nuestra única autoridad infalible para todo lo relacionado con la fe y la vida. Sabemos que la Escritura sola es inerrante. Aun así, en muchos casos, no podemos comprender plenamente todo lo que ocurre en un pasaje concreto de la Escritura a menos que profundicemos en su trasfondo y contexto histórico. En definitiva, estudiamos no solo para crecer en el conocimiento de la Escritura, sino también para crecer en el amor a la Palabra inspirada de Dios y en el amor a Dios mismo, a medida que vamos comprendiendo mejor la historia de Dios y la forma gloriosa en que ha orquestado todo en la historia del mundo según Su plan soberano y para Su gloria.