Ora las Escrituras
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15 mayo, 2019El propósito de las parábolas
Nota del editor: Este es el undécimo capítulo en la serie «Las duras declaraciones de Jesús», publicada por Tabletalk Magazine.
En Mateo 13:10-17, Jesús explica a Sus discípulos por qué enseña en parábolas.
Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden (v. 13).
Este pasaje puede parecer desconcertante al principio, en especial cuando Jesús indica que Su verdadera intención al hablar en parábolas es que la verdad sea ocultada de aquellos que están afuera.
¿Cómo debemos entender esto? Primero, Jesús está enseñando de manera clara que los secretos del reino de Dios son incomprensibles por medio del razonamiento y la intuición humana. Jesús no está diciendo que nadie puede entender las parábolas o que Él tiene la intención de esconder Su verdad de todas las personas. Más bien, Jesús explica que, a fin de exaltar la gracia soberana de Dios, Dios en Su misericordia ha iluminado a algunos, a quienes «se [les] ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos» (v. 11, énfasis agregado), para que puedan entender las verdades del reino de Dios. Aquellos a los que se les ha concedido el conocimiento de los secretos del reino les será dado «más», mientras que aquellos que no han recibido tal conocimiento eventualmente les será quitada cualquier bendición que parezcan tener (v. 12). En otras palabras, aquellos a quienes se les ha concedido este regalo de parte de Dios continuarán creciendo en su fe, mientras que aquellos a los que no se les ha concedido este regalo perderán todo en el día final.
En la medida en que los incrédulos continúen sin arrepentirse, se están aislando de la gracia de Dios y se mantienen bajo Su juicio.
Segundo, muchos escuchan la predicación de Jesús y rehúsan creer lo que Él dice. Estas son personas que «ven» y sin embargo no ven verdaderamente, «oyen» y no oyen verdaderamente (v. 13). Estos son aquellos que son confrontados con las verdades del reino de Dios y no obstante, de manera obstinada, escogen rechazarlas. La enseñanza de Jesús en parábolas (la cual no puede ser entendida por aquellos sin la llave del conocimiento) es el juicio sobre su incredulidad, mientras que al mismo tiempo trae bendición para aquellos a quienes se les ha enseñado el significado de las parábolas. En la medida en que los incrédulos continúen sin arrepentirse, se están aislando de la gracia de Dios y se mantienen bajo Su juicio. A los discípulos (y a todos los que se convertirían en discípulos después de ellos), por otro lado, se les ha concedido ojos para ver y oídos para oír a Jesús; a ellos se les ha concedido los secretos del reino (vv. 11, 16). La misericordia de Dios ha sido extendida a los discípulos que, como muchos en las multitudes, en un tiempo rechazaban a Dios de manera ignorante y obstinada.