La apropiación de los medios de gracia
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21 mayo, 2021Gozo en Cristo solo
Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: El gozo
El cristianismo es una religión de gozo. El gozo verdadero proviene de Dios, quien nos ha invadido, conquistado y liberado de la tristeza y la muerte eterna; quien nos ha dado esperanza y gozo porque ha derramado Su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado (Rom 5:5). El gozo proviene de Dios, no de nuestro interior. Cuando miramos hacia adentro, simplemente nos entristecemos. Solo podemos experimentar gozo cuando dejamos de mirar hacia dentro para mirar a Cristo. Encontrar gozo sin Cristo no solo es difícil, es imposible.
Cristo fue varón de dolores y experimentado en quebranto para que podamos tener plenitud de gozo, ahora y para siempre. Es por eso que la primera respuesta del Catecismo Menor de Westminster nos enseña que «el fin principal de la existencia del hombre es glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre». C. S. Lewis dijo correctamente que «el gozo es una prioridad seria del cielo». Pero tener un gozo real que proviene de disfrutar a Dios no es algo que experimentamos solo en el cielo. Es lo que experimentamos ahora. Porque el mayor gozo en esta vida es saber que nuestro mayor gozo no está en esta vida sino en la venidera. Vivimos cada día a la luz de nuestra esperanza para el futuro, cuando Cristo enjugue «toda lágrima de [nuestros] ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado» (Ap 21). Cuando veamos a Cristo, Él secará cada lágrima de nuestros ojos, y no solo nuestras lágrimas de tristeza, sino también nuestras lágrimas de gozo. De lo contrario, nunca podríamos verlo.