La humanidad de Jesús
26 diciembre, 2024Preguntas frecuentes acerca de «La declaración Ligonier sobre Cristología»
14 enero, 2025La doctrina de la imputación
Este es el tercer artículo de la colección de artículos: Por qué es importante una declaración sobre Cristo ahora
¿No te parece maravilloso cuando se juntan dos cosas buenas? Jamón y huevos. Batman y Robin. Macarrones con queso. ¿Qué tal las galletas de chocolate y el evangelio? Esto último podría ser algo nuevo para ti.
En la década de 1990, un grupo de teólogos y líderes eclesiásticos evangélicos mantuvo conversaciones con un grupo de teólogos y líderes eclesiásticos católicos romanos, y juntos elaboraron una declaración titulada «Evangélicos y católicos juntos» (ECT por sus siglas en inglés). A raíz de la ECT, se debatió mucho sobre la concepción católica romana del evangelio y su relación con la concepción del evangelio afirmada históricamente por los evangélicos, herederos de la Reforma protestante. Surgió el tema de la justificación por la fe sola. Este fue, como sabemos, uno de los temas centrales de la Reforma.
Vemos cuán esencial era la doctrina de la justificación por la fe sola en los pilares de la Reforma: la sola fide (fe sola), la sola gratia (gracia sola) y el solus Christus (Cristo solo). Estas solas enfatizan que la salvación es por gracia sola, a través de la fe sola y en Cristo solo. Además, también debemos ver que los reformadores hicieron énfasis en una palabra que consideraban absolutamente esencial para la doctrina de la justificación por la fe sola, que a su vez consideraban esencial para una comprensión correcta del evangelio. Esa palabra es imputación.
Durante algunas de las conversaciones en torno a la ECT, afloraron las diferencias históricas entre evangélicos y católicos romanos sobre la imputación. El teólogo reformado Michael Horton comparó la imputación con las chispas de chocolate en la elaboración de las galletas con chispas de chocolate. Si preparas todos los ingredientes para hacer galletas con chispas de chocolate, pero omites las chispas de chocolate, cuando saques la bandeja del horno no vas a tener galletas con chispas de chocolate. Del mismo modo, puedes tener la mayoría de los ingredientes clave del evangelio. Puedes comprender que somos pecadores. Puedes tener una comprensión de Dios como santo y justo. Puedes tener una comprensión de Cristo y Su obra en la cruz. Pero si dejas afuera la imputación, no tendrás el evangelio. Por eso los reformadores consideraban esta palabra como absolutamente esencial para una proclamación bíblicamente fiel del evangelio. Pero ¿qué significa la palabra imputación?
La palabra imputación procede directamente del latín. Es un término contable que significa «aplicar a la cuenta de alguien». Los gastos se debitan y los ingresos se acreditan.
En términos teológicos, hablamos de una doble imputación que tiene lugar en la justificación. Esta doble imputación se enseña en textos como 2 Corintios 5:21, donde Pablo dice claramente: «Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él». Aquí leemos que nuestro pecado es imputado a Cristo. Nosotros somos la parte ofensora. Él es sin culpa. Él cumplió perfectamente la ley. Sin embargo, en la cruz, Dios derramó Su ira sobre Cristo. ¿Por qué? Porque nuestro pecado fue imputado a Cristo. Él tomó sobre Sí nuestro pecado. Nuestro gran débito fue puesto en Su cuenta. Cristo pagó la horrible pena cuando la copa de la ira de Dios fue derramada sobre Él.
También hay una segunda imputación: la justicia de Cristo nos es imputada. Él no solo toma nuestro débito, sino que además obtenemos Su crédito. Cristo pagó la pena que nosotros nunca podríamos satisfacer, pero también cumplió la ley a la perfección, algo que nosotros tampoco podemos hacer. En consecuencia, Dios nos acredita Su justicia. Estamos ante Dios revestidos de la justicia de Cristo. En verdad, podemos decir que somos salvos por las obras, pero no por nuestras obras, en absoluto, sino por las obras de Cristo, Su perfecta obediencia a nuestro favor.
Un teólogo dijo que dos de las palabras más bellas de la Biblia son para nosotros. Jesús vivió y murió —y resucitó— por nosotros. Toda Su obra fue hecha en nuestro favor.Expresamos esta doctrina esencial de la imputación en El Verbo se hizo carne: La declaración Ligonier sobre cristología porque la doctrina de la doble imputación ha sufrido ataques significativos por parte de autoproclamados evangélicos en nuestros días. Recuerda, la imputación es esencial para una comprensión correcta de la justificación, y una comprensión correcta de la justificación es esencial para una comprensión correcta del evangelio. Las doctrinas de la imputación y la justificación fueron cuestionadas durante el tiempo del ECT, y también lo han sido en movimientos contemporáneos como la llamada Nueva Perspectiva sobre Pablo. Para responder a esta peligrosa deriva teológica, queremos trazar una línea clara en la arena. Además, queremos recordar a los creyentes qué buena noticia es el evangelio. Cristo tomó nuestros trapos sucios de pecado y nos dio Su túnica de justicia. Este es un cuadro hermoso. Expresamos la obra de Cristo en el cumplimiento de nuestra redención en la cuarta estrofa de la declaración:
Por nosotros,
Él cumplió la Ley,
expió el pecado,
y satisfizo la ira de Dios.
Tomó nuestros trapos de inmundicia
y nos vistió
con Sus prendas de justicia.
Una de las principales razones por las que hemos ofrecido esta declaración es la necesidad de la doctrina de la imputación. En Ministerios Ligonier, aprovechamos cada oportunidad para mostrar a las personas los grandes credos del pasado. El primer libro del Dr. Sproul trató sobre el Credo Apostólico, y recientemente se publicó una nueva edición titulada What We Believe [Lo que creemos]. También reconocemos el inmenso valor del Credo Niceno. Personalmente, encuentro gran edificación en las ocasiones en que se recita el Credo Niceno en la adoración pública. Escribí un libro sobre la cristología en la Iglesia primitiva y lo titulé For Us and for Our Salvation [Por nosotros y por nuestra salvación], inspirado en esa gran frase del Credo Niceno. Considero que es una de las frases más bellas de toda la literatura teológica. Nos urge mostrar a la iglesia actual estos grandes textos y tesoros de nuestro pasado.
También reconocemos que el Credo Apostólico y el Credo Niceno son recitados por evangélicos, protestantes tradicionales, católicos romanos y ortodoxos orientales. En otras palabras, estos credos históricos son recitados tanto por quienes afirman la justificación por la fe sola como por aquellos que pertenecen a iglesias o comuniones que la niegan. Aunque estos credos brindan una enseñanza esencial sobre la persona de Cristo, no abordan con la precisión que se necesita en la época actual la obra de Cristo y nuestra justificación ante Dios. Pero estamos convencidos de que la justificación por la fe sola, incluida la doctrina de la imputación, es esencial para el evangelio y, por tanto, esencial para la identidad de la iglesia. Por ello, hemos querido ofrecer a la iglesia una declaración que siga el espíritu del Credo Apostólico, que sea concisa e incluso recitable. Además, nos hemos esforzado por retomar el énfasis en la obra de Cristo para nuestra justa posición ante Dios que tan bellamente plantearon los reformadores. Qué delicioso y refrescante es permanecer en las ricas tradiciones de la Iglesia primitiva y de los reformadores.
La doctrina de la persona y la obra de Cristo es el evangelio. Por lo tanto, la doctrina de la imputación —la acreditación de nuestro pecado a Cristo y de Su obediencia a nosotros— es esencial para este evangelio. Nos muestra por qué el evangelio es verdaderamente una buena noticia: Cristo realmente lo ha hecho todo. Él ha cumplido por nosotros el estándar de perfección de nuestro Creador, de modo que, si estamos en Cristo por fe sola, nunca deberemos temer la ira del Señor. Esta doctrina de la imputación solo puede conducirnos a alabar la gloria y la gracia de Dios. Esta doctrina de la imputación nos dice que la salvación verdaderamente es de Él y solo de Él.
Lee, comparte y descarga la declaración en varios idiomas en ChristologyStatement.com o haz clic en los enlaces siguientes: