La mortificación del pecado

Sabemos que el que ha muerto en Cristo ha sido liberado de su antiguo señor, el pecado (Rom. 6, 7). Sin embargo, luchamos contra la carne, y nuestro nuevo Señor nos llama a matar el pecado que se esconde en lo más profundo de nosotros. El perfeccionismo no es una opción, porque ninguna porción de la Escritura enseña que podemos estar sin pecado antes de nuestra glorificación. El cristianismo carnal tampoco es una opción. Jesús y Sus apóstoles en todas partes asumen que la gracia de Dios no deja a la gente donde la encuentra; más bien, el Espíritu obra en nosotros, y nosotros junto con Él, para mortificar nuestro pecado y santificar nuestras vidas.

Esta serie de artículos tiene como objetivo animar a nuestros lectores a que asuman la responsabilidad de matar esos deseos básicos y pecaminosos del corazón (Colosenses 3:5).


 
 
30 enero, 2019

Un asunto de vida o muerte

La mortificación del pecado — Qué extraño pensar que el camino a la vida es a través de la muerte; la muerte de nuestro pecado y la negación de nosotros mismos.
6 febrero, 2019

Traición cósmica

La mortificación del pecado — Debido a que es la ley de Dios la que define la naturaleza del pecado, quedamos expuestos a las terribles consecuencias de nuestra desobediencia a esa ley.
13 febrero, 2019

Libres para morir

La mortificación del pecado — Cuando te encuentras frente a la tentación, cuando la lujuria se levanta en tu interior para atacarte, considérate muerto al pecado.
20 febrero, 2019

Con premeditación y alevosía

La mortificación del pecado — Alguien que está determinado a matar su carnalidad debe analizar todo como lo hace un asesino, estudiando los hábitos de su víctima para planificar su destrucción.
27 febrero, 2019

La práctica de la mortificación

La mortificación del pecado — No puedes "mortificar" el pecado sin experimentar el dolor de la muerte. ¡No hay otra manera!