Aceptar nuestra misión

Una iglesia que no se preocupa por la verdad es una comunidad que rechaza su propia misión. La persona que dice «No me interesa la doctrina ni la teología», no es «de la verdad». No ha escuchado la voz de Jesús.

Para que la Iglesia sea Iglesia, debe inclinarse ante su Rey y aceptar la misión que Él le ha encomendado. Sí, deseamos una reforma cultural y una restauración de la moral pública. Pero eso es secundario y depende de nuestra misión de dar testimonio de la verdad. La doctrina es importante porque su preocupación central es la comprensión de la verdad, sin la cual no puede haber piedad. Es la verdad la que nos libera, la que reforma nuestro comportamiento y nos define como discípulos de Cristo.

El mundo no ve ni comprende la ciudad de Dios. Es una ciudad escondida, un reino escondido. Está velada por el engaño de los que quieren ocultar la verdad. La verdad es que en este momento Jesús es el Rey de reyes. Este mundo está bajo Su dominio. Somos ciudadanos en Su Reino. No debemos negociar ni retroceder en esa afirmación. El Reino de Dios lo componen aquellas personas que creen lo que Dios dice y obedecen cuando Dios manda.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

¿Eres parte del reino de Dios? ¿Crees lo que Dios dice y obedeces lo que Él manda?

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.