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18 octubre, 2023
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18 octubre, 2023Eliminar la mentira

La inusual acusación de las Escrituras en contra de la humanidad caída se puede ver en la triste conclusión de que «todo hombre es mentiroso» (Sal 116:11). La mentira es un pecado endémico de la naturaleza humana caída, y uno que no se cura instantáneamente a través de la regeneración. Es el rasgo de carácter que nos distingue claramente de Dios. Dios mantiene Sus pactos, Él no habla falsedad. Nosotros violamos nuestros pactos y mentimos incluso en nuestras promesas.
Satanás es llamado «el padre de la mentira». Tristemente, él ha engendrado a muchos hijos. En este sentido, todos somos sus descendientes por naturaleza. La serpiente en el Edén fue quien dijo la primera mentira: «Ciertamente no moriréis… seréis como Dios» (Gn 3:4-5). La raza humana fue seducida por esta mentira y sumida en corrupción.
Dios ya ha declarado Su juicio sobre el mentiroso. Apocalipsis 21:8 dice que todos los mentirosos tienen su herencia en el lago que arde con fuego y azufre. Si esto significa que todo el que ha dicho una mentira terminará en el infierno, entonces todos estamos destinados a la perdición.
Decir una mentira aunque sea una vez hace que una persona sea mentirosa. Dado que las Escrituras afirman que todo hombre es mentiroso, parecería indicar que todos perecerán. Pero esta no es la conclusión a la que llegan las Escrituras. Nuestras mentiras están cubiertas por la expiación. Pero esta gracia no es una licencia para mentir con impunidad. La mentira es una ofensa seria contra Dios y nuestro prójimo. Persistir en la mentira no es coherente con la santificación, y el que se caracteriza por el hábito de mentir no es cristiano.
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Eres alguien que cumple su palabra?
Para estudiar más a fondo
Salmos 116:11
Apocalipsis 21:8
Colosenses 3:9