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18 octubre, 2023Escuchar tu conciencia

«Mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios, y oponerse a la conciencia no es sano ni seguro».
Estas palabras formaron una parte crucial de la fatídica respuesta de Martín Lutero a las autoridades de la Iglesia y el Estado cuando le ordenaron retractarse de sus enseñanzas en la Dieta de Worms en 1521. Él estaba alegando que su intención no era ser rebelde ni escandaloso, sino ser fiel a las Escrituras. Lo que Lutero estaba manifestando no era que no se retractaría, sino que no podía retractarse.
Lutero utilizó la metáfora del prisionero. Él era un hombre encadenado, encarcelado, sin opción de libertad que le permitiera hacer lo que las autoridades le ordenaban. No estaba siendo retenido físicamente. Los hierros que le sujetaban eran morales. Su conciencia había sido capturada por el Espíritu Santo.
Él solo podía complacer a los hombres si actuaba en contra de su conciencia. Actuar para los hombres era actuar contra Dios. Aunque el riesgo era alto, no lo pensó dos veces. Las Escrituras declaran que todo lo que no procede de fe, es pecado (Rom 14:23).
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Reflexiona en esta declaración: «Actuar para los hombres es actuar contra Dios».
Para estudiar más a fondo
Hebreos 10:22
Hebreos 9:14
1 Timoteo 1:18-19