Lidiar con los más débiles

Examinemos algunas de las directrices que presenta Pablo en Romanos 14 sobre cómo lidiar con aquellos que son más débiles en la fe. 

La primera regla del amor cristiano es que aceptemos como hermanos a los que son más débiles en la fe. Todo creyente es un siervo de Cristo. Cristo es su Amo y Juez. No debo juzgar a los que son de Cristo. 

El segundo principio de la libertad cristiana es que una persona no debería ser forzada a actuar conforme a la conciencia de otra persona con perspectivas diferentes. Esta regla presupone que los cristianos están en varios niveles de crecimiento personal. 

El tercer principio expuesto en Romanos 14 es que el hermano más fuerte no debe ser piedra de tropiezo para su hermano más débil, sino que debe ser considerado. No debe presumir de su libertad frente a un hermano más débil. Él no debe persuadir a su hermano a ceder. El versículo 22 nos enseña un principio: «La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios».

Pablo dice que el Reino de Dios no es comida ni bebida. No se trata de lo externo. En estas cosas debemos tener amor unos por otros, respetando las dudas del individuo, así como sus libertades. Se necesita tener paciencia y tolerancia. Cuando se trata de asuntos externos, debe manifestarse el fruto interno del Espíritu Santo.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

¿Cómo se alinean los tres principios de esta lectura con tu respuesta hacia hermanos más débiles?

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.