Entender el conflicto básico
18 octubre, 2023Crecer en semejanza
18 octubre, 2023Llegar a ser una nueva creación
Como cristianos, somos una nueva creación. Nuestros corazones de piedra han sido convertidos en corazones de carne. En esta metáfora, «carne» se utiliza como una figura positiva, no en forma despectiva. Antes mi corazón estaba frío y renuente, muerto e inerte hacia las cosas de Dios, pero ahora late y palpita con vida espiritual. Antes estaba vivo biológicamente, pero muerto espiritualmente. Ahora estoy vivo biológica y espiritualmente. Soy una nueva persona.
Hay una discontinuidad radical entre mi viejo yo y mi nuevo yo. Sin embargo, esta discontinuidad radical no es una discontinuidad total. Sigue habiendo un vínculo entre el viejo hombre y el nuevo hombre. El viejo hombre ha recibido un golpe mortal. Su destrucción total es segura, pero no ha muerto aún.
El conflicto de la vida cristiana es una lucha contra el pecado. El pecado ya no nos domina si estamos en Cristo, pero el pecado aún mora en nosotros. La regeneración nos libera de la esclavitud al pecado original, pero nuestra naturaleza corrupta no será erradicada por completo de este lado del cielo.
Pablo habla de la guerra que existe entre la carne y el espíritu. «Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis» (Gal 5:17).
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Da gracias a Dios por el nuevo corazón de carne que ha implantado en tu ser espiritual.
Para estudiar más a fondo
Gálatas 5:16-17
2 Corintios 5:17