Sondear las profundidades de Su persona

Cuando consideramos a Jesús como la segunda persona de la Trinidad, el Logos eterno que se encarnó, notamos instantáneamente que en cualquier intento de sondear las profundidades de Su persona nos adentramos en las aguas profundas de la naturaleza de Dios. En Hebreos 1:3 el autor describe a Cristo como «el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza».

Imagina a alguien que no solo refleja la gloria de Dios como lo hizo Moisés después de su encuentro con Dios en el monte Sinaí, sino que en realidad es el brillo mismo de la gloria divina. El concepto bíblico de la gloria divina se reitera una y otra vez en el Antiguo Testamento. Nada se puede asemejar a esa gloria que pertenece a la esencia divina y que Él ha puesto sobre los cielos. Esta es la gloria manifestada en la teofanía de la shekinah, la nube radiante que muestra la refulgencia pura de Su ser. Esta es la gloria de Aquel que habita en luz inaccesible, Aquel que es fuego consumidor. Esta es la gloria que cegó a Saulo en el camino a Damasco.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

Jesús te ha dado Su gloria como regalo. Lee Juan 17.

Para estudiar más a fondo

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.