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Cuenta la leyenda que San Sebastián sobrevivió a varios atentados contra su vida, lo que le convirtió en una figura protectora para algunos. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos advierte contra la adopción de tradiciones que no se alinean con el evangelio.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols, donde viajamos en el tiempo para observar eventos, personajes y lugares que han dado forma a la historia del cristianismo.
En uno de nuestros episodios anteriores en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, creo haber citado a Charles Spurgeon, en el contexto del valor de la tradición en la vida de la iglesia de hoy. Bueno, quiero que veamos esta idea de la tradición. Voy a hacerlo de una manera un poco extraña. Vamos a ver una tradición que, por decirlo de alguna manera, es un poco descabellada. Se trata de la tradición en torno a San Sebastián.
No sabemos mucho sobre San Sebastián. Lo que sabemos es que era de Milán y que fue martirizado alrededor del año 288. El primer registro histórico que tenemos de San Sebastián nos llega del obispo Ambrosio. Ambrosio era el obispo de Milán, tenía fama de ser un elocuente y brillante orador y teólogo, y fue la predicación de Ambrosio la que contribuyó a la conversión de Agustín. En uno de esos sermones que Ambrosio predicó, en su sermón sobre el Salmo 118, Ambrosio hace referencia a San Sebastián y se refiere a su martirio.
Este es un salmo apropiado para hablar del martirio. Es un salmo que enfatiza cómo aquellos que se enfrentan a la persecución deben refugiarse en el Señor. Pero después de Ambrosio, y a medida que avanzamos en la Edad Media, la historia de San Sebastián toma algunos giros bastante extraños. No tardamos en enterarnos que fue martirizado, o supongo que deberíamos decir que lo intentaron martirizar disparándole una serie de flechas desde una distancia bastante corta. Así que, aquí tenemos a este pobre hombre acribillado a flechazos, pero que, según la leyenda, ¡no murió por eso! Entonces Diocleciano, el emperador de la época, envió a los soldados para que literalmente, y lamento ser tan gráfico aquí, lo mataran a golpes.
Y luego, a medida que la leyenda seguía creciendo, no solo sobrevivió milagrosamente a este ataque de flechas, sino que cuando sus seguidores, sus compañeros de la iglesia fueron a reclamar su cuerpo para darle sepultura, milagrosamente no tenía heridas ni cicatrices. Así que, todo este tipo de leyendas comienzan a formarse en torno a San Sebastián. En la Edad Media se convirtió en una especie de talismán. Con solo tener su imagen en casa la familia quedaba libre de plagas o enfermedades. Hay leyendas de soldados heridos en el campo de batalla que llevaban un icono de San Sebastián y se curaban milagrosamente. Y, por supuesto, hay historias de muertos que volvieron a la vida.
Lo que vemos aquí es mucha superstición y ficción más que datos y hechos reales. Pero también creo que es una historia de advertencia para nosotros. Ahora, no podemos culpar a San Sebastián. No era más que un mártir de la Iglesia primitiva que servía fielmente a Dios en Milán y pagó el precio con su vida. Pero a medida que algunas cosas van avanzando a lo largo de la historia de la iglesia, pueden cobrar vida propia; pueden tomar la forma de una tradición. Y esta es la parte de la tradición que provoca resistencia en muchos de nosotros. Esto es tradición fuera de control. En este caso es muy fácil ver cómo esta superstición se ha dejado llevar por sí misma; pero, como regla general, creo que si analizamos algunos de estos aspectos de la tradición, podemos resolverlos si nos planteamos algunas preguntas sencillas.
Si la tradición nos desvía de Cristo, del evangelio, de las palabras de la Escritura, y nos apunta a experiencias o algún gran logro de una persona eminente, entonces creo que eso es tradición fuera de control. Pero una tradición que apunta a Cristo, al evangelio, que dice de forma clara y convincente: «Tienes que escuchar la Palabra de Dios», esa es una tradición que vale la pena escuchar. Es una tradición a la que vale la pena aferrarse.
Así que tengamos cuidado con la forma de evaluar la tradición y su función en la iglesia. Y tal vez esa sea la historia con moraleja que todos podemos aprender, no de San Sebastián, sino de la leyenda de San Sebastián.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia. Para más información, o para escuchar otros episodios, por favor visita 5MinutosEnLaHistoriaDeLaIglesia.com.