Los primeros años de la vida de Jesús
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1 febrero, 2022El bautismo y la tentación de Jesús
Quinta parte de la serie de enseñanza del Dr. R.C. Sproul «Del polvo a la gloria III: Evangelios».
La Escritura registra tres ocasiones en las que la voz de Dios habló desde el cielo proclamando a Jesús como el Hijo de Dios. La primera proclamación ocurrió en el bautismo de Jesús, que también fue el momento en que fue ungido por el Espíritu y comisionado como el Mesías. Inmediatamente después de Su bautismo, el mismo Espíritu lo llevó al desierto para ser tentado por Satanás. En la desolada aridez del desierto de Judea, Jesús resistió el total ataque de Satanás contra Su identidad como el Hijo de Dios. La proclamación de Su Padre sería de suma importancia ya que Jesús luchó contra el Maligno con la Palabra de Dios colgando de la balanza. En esta clase, el Dr. Sproul analiza el bautismo y la tentación de Jesús.
Transcripción
Hemos mencionado que los Evangelios nos dan poca información acerca de los primeros años de la vida de Jesús. Oímos de su infancia. Lo vimos en el templo cuando tiene solo 12 años y luego la próxima vez que vemos a Jesús es cuando viene al río Jordán para ser bautizado por Juan y Él ya tiene 30 años. Ahora, la Biblia nos dice que Él creció como hijo de José y María, y que presuntamente se crio en un ambiente de carpintero. Y eso nos puede llegar a confundir un poco. Es fascinante que cuando nos fijamos en las enseñanzas de Jesús, en las parábolas que enseña, por ejemplo, que Él continuamente ilustra su material tomando de los patrones normales de la vida de su época con muchas, muchas referencias a la agricultura. Pero la referencia número uno en las enseñanzas de Jesús de imágenes extraídas de la sociedad de su tiempo viene del campo de la albañilería. Y eso podría sorprendernos un poco, porque no nos imaginamos a Jesús como parte del negocio de la construcción, sino más bien que había sido un carpintero. Pero ahí está el asunto.
El carpintero en esos días no era simplemente un ebanista o uno que trabajaba con madera, sino que era principalmente un constructor, y era una tarea bastante ardua donde los árboles eran talados por el carpintero y los dejaban listos para los bloques de madera; y se usaban grandes piedras para la construcción y tareas similares. Y en esos días, no se contaba con un equipo sofisticado que ahorra esfuerzo, tales como los que tenemos hoy. Así que, la suposición de los historiadores es que Jesús, debido a este tipo de ambiente durante su juventud, habría sido bastante fuerte y un ser humano bastante firme. Él, probablemente, habría sido muy musculoso como resultado de la profesión en la cual Él mismo había sido entrenado. Bueno, en todo caso, hemos visto parte de la importancia del bautismo de Jesús en el sentido de que vino, se presentó a sí mismo a Juan en el río Jordán y Juan protestó en contra de bautizar a Jesús, sino que, quería que Jesús lo bautizara a él.
Y, recordamos que Jesús dijo: «Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia». Y ahí está la importancia del bautismo al Jesús estar dispuesto a someterse voluntariamente a cada dimensión de la ley de Dios. Pero hay otro elemento importante que tenemos que entender con relación a su bautismo. Porque se nos dice que en el momento de su bautismo él Espíritu Santo desciende del cielo en forma de paloma sobre Cristo. Esta es su ordenación; esta es la comisión Divina de su vocación mesiánica. Esto sucede cuando el Espíritu del Señor viene sobre Él para que venga a ser el ungido de Dios o el «Christos» de Dios, porque el título «Cristo» significa «el ungido». Así que Jesús es ahora ungido para el ministerio y Él es ordenado por Dios y apartado para empezar la vocación para la cual Él había sido enviado al mundo en primer lugar.
Ahora el otro elemento en el registro del bautismo que es importante es que se nos ha dicho que Dios habló de manera audible desde el cielo en esta ocasión. Existen tres oportunidades en el Nuevo Testamento donde tenemos el registro de Dios hablando audiblemente. Y en cada una de esas ocasiones, el mensaje es esencialmente el mismo, como veremos… Es un anuncio desde el cielo declarando que Jesús es su hijo. Así que, leemos en el relato que cuando la paloma desciende sobre Jesús y la voz viene del cielo, la voz anuncia esto: «Tú eres mi hijo amado, en ti me he complacido». Y luego las Escrituras nos dicen que inmediatamente después de su bautismo, el mismo Espíritu que lo ha ungido, el mismo Espíritu que ha descendido sobre Él, ahora lo impulsa al desierto para ser tentado por Satanás durante 40 días. Y lo que sigue en el registro del Evangelio es la historia de la tentación de Cristo.
Ahora, ustedes recordarán que al inicio de esta serie, «Del polvo a la gloria», consideramos el período de prueba de Adán y Eva cuando estaban en el jardín y cómo ellos fueron atacados por la serpiente. Y la serpiente se impuso sobre ellos y logró que pecaran. Y uno de los temas más importantes del Nuevo Testamento con respecto a Jesús es que Él, en su oficio mesiánico, tiene que cumplir muchas responsabilidades, una de las cuales es satisfacer el papel del segundo Adán o el nuevo Adán, el representante de una nueva humanidad, y lograr la victoria donde el primer Adán fue derrotado. Y así, en favor de su pueblo, es como si Jesús fuera llevado de nuevo al lugar de la tentación y es sometido a esta rigurosa prueba. Es como una prueba de fuego a través de la cual debe pasar con el fin de estar calificado para hacer público su ministerio.
Así que su primera misión no es una misión pública, sino una misión privada llevada a cabo en la arena desolada del desierto de Judea. Y si alguno de ustedes alguna vez ha tenido la oportunidad de visitar la Tierra Santa, dudo que jamás puedan olvidar la impresión visual del desierto de Judea, donde la única flora y fauna oriunda incluye conejos salvajes, serpientes, escorpiones, y un puñado de aves. Eso es todo. Es uno de los pedazos de tierra más intimidantes y desolados en este planeta. Y fue en ese ambiente que el Espíritu de Dios llevó a Jesús para estar solo. Ahora, he hablado muchas veces sobre las comparaciones y contrastes que existen entre la tentación de Adán y la tentación de Jesús. Recuerden el entorno en el que Adán y Eva fueron tentados.
El lugar o el escenario del ataque de la serpiente contra ellos fue en un jardín magnífico, frondoso y paradisiaco. Ellos fueron atacados y embestidos por Satanás en medio de una experiencia donde les fue dado el privilegio de comer libremente de todo fruto de los árboles del jardín. Sin embargo, el escenario de la tentación de Cristo es en este desierto desolado y en medio de un ayuno de 40 días donde no le estaba permitido comer nada. Cuando Adán fue tentado, contó con el valioso apoyo de una compañera, una ayuda idónea que había sido diseñada especialmente para él para animarle, para apoyarlo. Jesús soporta el ataque de Satanás solo. Piensen en sus propias vidas y piensen cuán fuerte es tu resistencia al pecado cuando están solos o cuando tienen personas que los pueden apoyar. Así que, vemos estos contrastes contundentes entre el primer Adán y el segundo Adán.
La situación es completamente distinta. Sin embargo, lo que se destaca para mí, que no quiero que olvidemos, es el punto de comparación, el punto de similitud entre la tentación de Adán y la tentación de Jesús. Cuando Adán… cuando Adán y Eva estaban en su prueba, recordamos que la serpiente se acercó a Eva con una pregunta y esta era: «¿Conque Dios os ha dicho: ‘No comeréis de ningún árbol del huerto’?». Bueno, por supuesto que Dios no había dicho eso, e inicialmente como dijimos antes, Eva al principio reprendió esta distorsión de la serpiente, dijo: ‘No, Dios no dijo eso. Él dijo de todos los árboles del jardín podemos comer con libertad’, etc. Pero el asunto que quiero que recuerden es que el punto del ataque de Satanás en contra de nuestros padres originales era el tema de generar dudas sobre la autenticidad, la veracidad y la fiabilidad de la Palabra de Dios. Ese fue el punto de ataque. Y cuando nos movemos a través de los siglos y vemos la revisitación de la serpiente al nuevo Adán, notamos que la estrategia de ataque es, en esencia, exactamente la misma. ¿Cómo Satanás lleva a cabo la tentación? Viene a Jesús con una pregunta, un tanto encubierta. Leemos estas palabras en el cuarto capítulo de Lucas: «Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
Ahora, estamos bastante acostumbrados a pensar que la fuerza de esta tentación simplemente lidia con el hambre físico y natural de Jesús y que Satanás está tratando que rompa el ayuno, que «desayune», que es justo lo que la palabra «des-ayuno» significa; es decir, que tome ventaja de su poder, que tome ventaja de sus prerrogativas como Hijo de Dios para convertir las piedras en pan y así pueda satisfacer las punzadas del hambre. Pero hay algo mucho más significativo que pasa aquí. Observen cómo la tentación se formula: «Si eres el Hijo de Dios». Bueno, así es como se ha traducido esa palabra «si»; y, creo que los traductores, creo, han captado correctamente, la fuerza de la declaración al traducirla «si». Debido a que Satanás está, obviamente, planteando la pregunta aquí, «¿Eres realmente el Hijo de Dios? Y si de verdad eres el Hijo de Dios, entonces convierte estas piedras en pan. No tienes problemas». ¿Cuáles fueron las últimas palabras que conocemos que Jesús oyó en sus oídos humanos antes de ir a este lugar de desolación? ¿Recuerdan? «Este es mi Hijo amado». Dios le había hablado. Y por Su Palabra, Él había declarado que Jesús es su hijo.
Y ahora el primer asalto contra su integridad y en contra de su misión es un asalto a la confianza, la fe y la seguridad de Jesús en la Palabra de Dios. «¿Estás seguro?». Es decir, la sugerencia es que si eres el Verbo – si eres el Hijo de Dios, ¿qué haces en un lugar cómo este? ¿Por qué estás hambriento? ¿Por qué estás solo? ¿Por qué estás en medio de esa privación? ¿Es esa la manera en que Dios trata a su hijo? Seguramente tú no eres el Hijo de Dios. Es interesante para mí que Jesús entiende la importancia de la pregunta, lo cual podemos derivar de su respuesta. Jesús le respondió diciendo: «Está escrito: ‘No solo de pan vivirá el hombre’», Supongamos ahora que Él solo se detuviera y dijera: «No, no puedo convertir estas piedras en pan porque estoy en medio de un ayuno. Y aunque es perfectamente legítimo en ocasiones normales desayunar, cuando estás en medio de este tipo de prueba eso no está permitido. Así que eso está bien conmigo. Puedo sobrevivir en estos días sin ningún tipo de alimento físico. Si eso es lo que Dios quiere que haga. Después de todo, Satanás, el hombre no solo vive de pan». Pero luego Él termina con esta declaración: «Sino que de toda palabra que procede de la boca de Dios». Es como si Jesús está diciendo: «Soy el nuevo Adán.
El primer Adán no duró mucho tiempo viviendo por la Palabra de Dios. Pero mi tarea, mi vocación es la de cumplir el destino y el propósito original de la raza humana de vivir sobre la base de cada palabra que sale de la boca de Dios. ¿Y qué es eso en comparación con el pan?». Entonces Jesús enfoca la pregunta en Su respuesta a Satanás, poniéndola en obediencia a la Palabra de Dios. Ahora necesitamos entender eso porque espero que no estemos estudiando esta visión general de las Sagradas Escrituras, «Del polvo a la gloria», solo por un tipo de interés casual en un documento histórico. Estoy convencido de que lo que estamos mirando aquí es nada menos que la Palabra escrita de Dios, y estamos obligados no solo a conocerla, sino a vivir por ella, de toda palabra que viene a nosotros de parte de Dios. Entonces el diablo le llevó a un alto monte, y le mostró todos los reinos del mundo en un momento del tiempo. Y el diablo le dijo: «Todo este dominio y su gloria Te daré, pues a mí me ha sido entregado y a quien quiero se lo doy. Por tanto, si Te postras delante de mí (me adoras), todo será Tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «¡Vete, Satanás! Porque escrito está: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y solo a El servirás’».
Es como si Satanás estuviera diciendo: «Mira, si eres el Hijo de Dios, ¿por qué deberías tener que sufrir para ser rey? ¿Por qué deberías pasar por la humillación a fin de experimentar la exaltación? Te la puedo dar sin dolor, sin sufrimiento, sin humillación y sin que te conviertas en el Siervo Sufriente de Dios. Estoy a cargo de todos los reinos de este mundo. Puedo arreglar tu coronación de inmediato y todo lo que se requiere. No tienes que correr por ahí dándome obediencia servil todo el tiempo. Solo una pequeña genuflexión aquí. Solo inclinarte por un segundo y te lo daré todo. Y así que no hay cruz, no hay Vía Dolorosa. No tienes que poner tu cara como un pedernal en dirección a Jerusalén». Recuerden que, en la confesión en Cesárea de Filipo, después de que Jesús pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo? «Y Pedro dio su confesión, «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús dijo: «Tú eres Pedro. Eres la roca y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. « Y unos minutos más tarde, Jesús le dice que él tiene que ir a Jerusalén y sufrir, morir. Pedro dice: «De ninguna manera». Jesús se dio la vuelta y dijo: «Apártate de mí, Satanás». Porque aquí viene de nuevo la oferta del reino sin sufrimiento.
Pero lo que es significativo en la respuesta de Jesús es que Él dijo: «Está escrito». En las primeras dos tentaciones, en ambos casos, Él resiste las sugerencias de Satanás citando solamente la Palabra de Dios. Debido a que la frase, «Está escrito en las Escrituras» es simplemente un término técnico. Es un modismo que cada judío entendía que significaba lo mismo que las palabras «la Biblia dice». No es solo es que está escrito en algún pergamino en alguna antología literaria. Decir que está escrito significa que está escrito en la Santa Escritura. Y así Jesús está diciendo a Satanás: «No puedo hacer eso porque te acabo de decir que tengo que vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios». Y la Palabra de Dios dice que no estamos para servirá nadie ni a nadie adorar más que a Dios. Tú no eres Dios, por eso no puedo hacer esto».
Ahora es Satanás quien está frustrado. Y vamos a la tercera tentación: Él es llevado a Jerusalén, y lo puso sobre el pináculo del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: ‘A sus ángeles te encomendará, y en las manos te llevarán’, no sea que tu pie tropiece en piedra’». Satanás es más sutil que cualquiera de los animales del campo. A Jesús le gusta citar la Sagrada Escritura. A Jesús le gusta armar su defensa apelando a la Biblia. Satanás conoce la Biblia. Está cansado de oír a Jesús decir: «Está escrito. Está escrito». Satanás dice: «Oye, sé lo que la Biblia dice, «está escrito». La Biblia dice que Él traerá a sus ángeles y los mandará sobre ti para que no tropieces con tu pie en piedra. Así que vamos a ver si la Palabra de Dios es verdad. Vamos a ver si lo que allí «está escrito» realmente va a pasar. Deja que te arroje desde el pináculo del templo y vamos a esperar que los ángeles te atrapen. Veamos si la Biblia es verdad».
Ahora Jesús dice: «Pero Satanás, no solo tenemos que creer en la naturaleza de la autoridad bíblica, sino que también tenemos que entender la hermenéutica correcta, las normas de interpretación de la Biblia. Y la regla básica general de la interpretación Bíblica es que la Escritura interpreta a la Escritura y nunca se debe usar una porción de la Escritura en contra de otra porción de la Escritura. Y lo que me has dado es solo una parte de lo que dice la Biblia. Sí, la Biblia dice que a los ángeles encomendará, que se harán cargo de mí y todo lo que la Biblia dice, pero también dice, ‘No tentarás al Señor tu Dios. No puedes poner al Señor a prueba’. Y si salto de este templo, estoy poniendo a prueba a Dios y no se me permite hacer eso. En realidad, Satanás, lo que se supone que tengo que hacer es confiar sin saltar que Dios, de hecho, cumplirá su palabra». Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de Él por un tiempo. Jesús es victorioso y una de las cosas que me parece tan maravillosa de esta historia es que después de que Jesús resiste todas las tentaciones de Satanás y Satanás se marcha, la primera cosa que sucede es que los ángeles de Dios aparecen y le ministran. Por lo cual Dios muestra la prueba de su propia Palabra. Los ángeles estuvieron allí todo el tiempo. Jesús no tenía que saltar del templo y la Palabra de Dios se cumplió cuando llegaron los ángeles y le ministraban.