Teología, teología, teología: ¿Por qué Ligonier?
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A pesar de una temible oposición durante la Inquisición española, los protestantes trabajaron diligentemente para traducir la Palabra de Dios a los lectores del español. En este video, Sugel Michelén, uno de los pastores en la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana, describe los orígenes de la Biblia en español, explicando cómo llegamos a obtener el tesoro de riquezas espirituales que tenemos hoy en día.
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Transcipción
Muchas gracias a los hermanos de la conferencia de Ligonier, por darnos la oportunidad de estar una vez más entre ustedes, esta vez hablando acerca de la historia de la Biblia en español. Quisiera comenzar compartiendo un texto de la palabra para luego orar brevemente y pedirle al Señor que bendiga la exposición histórica, no es una exposición bíblica en esta ocasión, la exposición histórica que vamos a estar haciendo en esta mañana.
Dice así la Palabra del Señor: «Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; más la Palabra del Señor permanece para siempre».
Actualmente podemos ir a una librería y no solamente encontrar varias versiones de la Biblia en nuestro propio idioma, sino también en varios formatos: letra grande, letra pequeña; tenemos mucha variedad en el día de hoy para poder leer las Escrituras, aparte de que la tenemos en dispositivos electrónicos como iPhone, iPad o teléfonos inteligentes. Sin embargo, hubo un tiempo en que esto era un grave delito porque los Reyes Católicos de España, Isabel y Fernando, habían prohibido tajantemente la traducción de la Biblia al castellano. Arriesgarse a traducir la Biblia o poseer la traducción de una Biblia en nuestro idioma era un delito que podía ser castigado con la muerte por la Santa Inquisición.
Este trasfondo histórico nos da una idea del precio que tuvieron que pagar algunos de nuestros padres en la fe para que hoy nosotros pudiéramos tener la Palabra de Dios en nuestro propio idioma. Es un enorme privilegio el que el Señor nos ha dado a los creyentes de esta generación.
Para hablar de las traducciones de la Biblia que hoy conocemos debemos retroceder en el tiempo a mediados del siglo 15, cuando los turcos conquistaron la ciudad de Constantinopla, el último vestigio que quedaba del Imperio romano antiguo, en el año 1453. Esta conquista produjo un éxodo masivo de muchos de sus pobladores que huyeron hacia Occidente, entre los cuales había un grupo de eruditos que llevaron consigo muchos manuscritos griegos, escritos en griego. Algunos de estos manuscritos tenían que ver con escritos de la antigüedad, pero otros manuscritos tenían que ver precisamente con los libros del Nuevo Testamento en su idioma original.
Y esto produjo dos movimientos completamente opuestos entre sí. El estudio de los clásicos produjo un movimiento intelectual que habría de desembocar en lo que hoy conocemos como el Renacimiento, el Renacimiento humanista que básicamente comenzó en Italia. Mientras que el estudio de los libros del Nuevo Testamento en la lengua original produjo un despertar religioso del cual habría de surgir la Reforma protestante. Así que en una forma indirecta la caída de Constantinopla produjo la Reforma por un lado y el Renacimiento por el otro.
Concomitante con la caída de Constantinopla dos años más tarde, en el año 1455, Gutenberg publica el primer libro impreso con caracteres móviles, iniciando así la era de la imprenta. Y eso iba a permitir en Europa un acceso mucho más amplio a la literatura escrita, y eso iba a jugar un papel sumamente importante en el avance de la Reforma. Unos años más tarde, en el 1516, Erasmo de Rotterdam publica su Nuevo Testamento en griego, en la ciudad de Basilea, lo cual sirvió como un gran estímulo para el estudio del Nuevo Testamento en su idioma original.
Ahora, marquen esa fecha: 1516. Es decir, un año antes de que Lutero clavara sus famosas 95 tesis en la puerta de la Catedral del Castillo en la ciudad de Wittenberg en Alemania, dando inicio sin saberlo a la Reforma protestante. Es a partir de entonces que comienzan a aparecer las primeras traducciones al español. Comenzando con la de Juan de Valdés. Este era un discípulo de Erasmo que tuvo que huir de España, alrededor del año 1529, porque fue denunciado a la Inquisición luego de haber publicado un libro titulado Diálogo de doctrina cristiana. Valdez huyó hacia Italia encontrando refugio finalmente en la corte de Nápoles donde tradujo Mateo, Lucas, los escritos de Pablo, exceptuando la carta a los Hebreos que no sabemos exactamente quien la escribió, y los Salmos. Y es interesante notar que algunos comparan la pureza del lenguaje de Juan Valdés con el de Cervantes, el autor del famoso Quijote de la Mancha.
Unos años más tarde en el 1453, Francisco de Enzinas, con apenas 20 años de edad, publica en la ciudad de Amberes su traducción del Nuevo Testamento completo del cual existen muy pocas copias en el día de hoy porque tan pronto salió de la imprenta los libros fueron prohibidos y sacados de circulación. Un año después de la muerte de Enzinas, en el año 1553, dos judíos publicaron una versión del Antiguo Testamento en español. Esta versión se conoce como la Biblia de Ferrara, porque fue dedicada al Duque de esa ciudad. Ahora, por supuesto esta publicación se hizo fuera de España, donde la Inquisición trabajaba con mano de acero y sin contemplaciones dice un historiador y no dejaba ni a judíos ni a protestantes más opción que la hoguera o el destierro.
Tres años después apareció en Venecia otro Nuevo Testamento traducido por un personaje crucial en esta historia, Juan Pérez de Pineda. Y esta traducción fue considerada como la mejor de las versiones antiguas en castellano del Nuevo Testamento. Juan Pérez de Pineda vivía en Ginebra, donde Juan Calvino estaba siendo ampliamente usado por el Señor en el proceso de reforma de la Iglesia en aquella ciudad que se había convertido en un refugio para muchos cristianos que habían huido de sus países para escapar de la Inquisición.
Un día se presentó a la puerta de la casa de Juan Pérez un hombre de apariencia muy extraña. Era bajo de estatura y aparentemente jorobado. Este hombre se llamaba Julián Hernández, pero era conocido como Julianillo porque era pequeño de estatura. Julianillo Hernández había viajado mucho por todo el continente y había trabajado en imprentas alemanas y en los Países Bajos donde la Reforma protestante tenía mucha fuerza. Y algunos suponen que fue precisamente en el contexto de su trabajo que Julianillo Hernández entra en contacto con el verdadero evangelio de Jesucristo y se convierte al Señor. Así que Julianillo le ofrece a Juan Pérez servirle de amanuense y corrector de pruebas de la Biblia en la que Juan Pérez estaba trabajando. Pero al plantearse el problema de cómo introducir las Biblias en España, Julianillo se ofrece hacerlo él mismo de contrabando. Y para esto, muy ingenioso y creativo, consiguió unos barriles de vino que tenían doble piso debajo, colocando las Biblias en ese compartimiento secreto y tomando la vía de Flandes se dirigió hacia España con tal sagacidad y sangre fría que pudo burlar todos los puestos de vigilancia de la Inquisición.
Julianillo es importante en esta historia porque uno de los depósitos que él usaba para ocultar su preciosa mercancía de Biblias en español era un convento de frailes jerónimos ubicado cerca de Sevilla, llamado el convento de San Isidoro en Santiponce, donde vivían en comunidad unos 40 monjes y muchos de ellos fueron guiados a Cristo y fueron llevados a abrazar la Reforma. Cuando Julianillo fue apresado, los monjes que habían abrazado el evangelio sabían que ya la Inquisición estaba detrás de ellos, que les quedaba poco tiempo y ellos deciden escapar del convento de San Isidoro. Y es así como del año 1557 doce monjes decidieron abandonar el convento y huir de la Inquisición. Entre estos monjes estaba Cipriano de Valera, Casiodoro de Reina y otro reformador español que lamentablemente hoy día no se conoce tanto, Antonio del Corro, pero fue uno de los personajes más importantes en la historia de la Reforma en esa época.
¿Quién fue Casiodoro de reina? Casiodoro nació probablemente en Sevilla o en sus alrededores en el año 1520. Se unió al convento de San Isidoro, siendo un joven de apenas unos 10 años de edad. No sabemos con exactitud, cómo fue su conversión, pero si sabemos que comenzó a estudiar las Escrituras desde muy joven. Antes de huir del convento, en el año 1557, estos doce frailes habían acordado que se iban a encontrar en Ginebra al año siguiente, como de hecho hicieron. Pero por algunos inconvenientes Casiodoro decide trasladarse a Frankfurt en el año 1558, no sin antes comenzar su traducción del Antiguo Testamento al español. La idea de Casiodoro era traducir el Antiguo Testamento para unirlo con el Nuevo Testamento de Juan Pérez de Pineda y así tener toda la Biblia en español.
En el año 1559 estando ya Isabel I en el trono de Inglaterra, Casiodoro se dirige a Londres con otros tres fugitivos del monasterio, entre los cuales estaba Cipriano de Valera. Allí se encuentra con un grupo de españoles que habían buscado refugio en Inglaterra y nombran a Casiodoro como su pastor. En esa misma época comienza a hacer gestiones para publicar su versión de la Biblia, el Antiguo Testamento en lengua castellana, por lo cual escribe una carta a su amigo Antonio del Corro, recuerdan ex monje en San Isidoro, indagando sobre las posibilidades de publicar esta Biblia en el Continente, aunque obviamente, no en territorio español. Este le responde que se dirija a Francia llevando consigo a Cipriano de Valera como corrector ya que tenía un impresor que se había ofrecido para llevar a cabo el trabajo.
Lamentablemente esa carta nunca llegó a la mano de Casiodoro porque el embajador español en Inglaterra le había escrito al rey Felipe II de España, hijo de Carlos V, informándole de los planes de Casiodoro de publicar la Biblia en español, en castellano. Este le pidió que buscara la manera de hacerle salir de suelo inglés para así poder echarle mano. No obstante, el mismo Casiodoro decide abandonar a Inglaterra porque entre los católicos españoles habían levantado algunas acusaciones infundadas contra él. Así que él se dirige a Amberes. Allí fue protegido por un grupo de creyentes Pero tampoco pudo permanecer en Amberes por mucho tiempo ya que Felipe II de España le había puesto precio a su cabeza Así que en el año 1564 sale hacia Francia a casa de Antonio del Corro, pero Enrique II de Francia ordena la expulsión de todos los pastores de suelo francés. De manera que Casiodoro de nuevo sale al exilio y se va al Castillo de Montargis al sur de París. Luego se dirige de nuevo a Frankfurt donde finalmente establece un negocio de tejidos para poder mantener a su familia mientras continúa con su trabajo de traducción. Y hermanos, yo le digo todos estos datos para que tengan una idea de lo que costó que hoy podamos tener este libro en nuestras manos.
Finalmente, después de 12 años de trabajo, huyendo por casi toda Europa, Casiodoro, Casiodoro termina su versión del Antiguo Testamento en español. Su amigo Juan Pérez de Pineda ya había muerto, pero había dejado fondos suficientes para la publicación de su Nuevo Testamento. Recuerden que la idea era unir el Antiguo Testamento de Casiodoro con el Nuevo Testamento de Juan Pérez de Pineda. Sin embargo, Casiodoro no pudo usar el Nuevo Testamento de Juan Pérez porque los ejemplares que estaban siendo impresos en París fueron confiscados todos y destruidos. Así que esto lo obliga a comenzar su propia traducción de todo el Nuevo Testamento. Trabajo que fue concluido en agosto del año 1569.
De inmediato se preparan 4 grandes toneles de ejemplares de la Biblia en castellano que iban a ser introducidos en España a través de Flandes. Esta versión es conocida como la Biblia del oso, porque tenía en su portada, después del título, y voy a leer aquí lo que dice un historiador, «una estampa que representa el tronco de un árbol, hendido por medio con un mazo suspenso de una rama y en la hendidura hay un enjambre de abejas, cuya miel está lamiendo un oso puesto de pie, y hay un libro abierto que está casi al pie del tronco donde se lee «la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre»». Su primera tirada fue de 2,600 ejemplares, muchos de los cuales fueron quemados por la Inquisición.
Un dato interesante es el hecho de que unas 300 copias fueron enviadas al continente americano. Pero fueron quemadas precisamente en nuestro país, en la Hispaniola, en la Ciudad de Santo Domingo se quemaron 300 ejemplares de la versión de Casiodoro de Reina, la original, para que la Palabra de Dios no fuera introducida en la América hispana.
Pero la historia no concluye allí. Cipriano de Valera, quien había pasado un tiempo en Ginebra, luego en Inglaterra, estudiando en Oxford y en Cambridge, se convierte en un gran traductor. De hecho, entre sus obras más conocidas, aparte de la revisión de la versión en español de Casiodoro de Reina, está la traducción de la Institución de la religión cristiana de Juan Calvino.
Luego de 20 años de revisión, en el año 1602 sale la primera versión Reina Valera, es decir, la traducción de Casiodoro de Reina más la revisión de Cipriano de Valera. Fue traducida y publicada en Ámsterdam con un total de 458 cambios que él le hizo a la versión de Reina. Se conoce como la Biblia del cántaro debido al grabado que presenta en su primera página en el que aparecen dos hombres uno de los cuales está regando un árbol con un cántaro. La obra Reina Valera es considerada como una joya de la lengua castellana. No en balde nuestra versión más conocida de español fue traducida en lo que se conoce como el «Siglo de oro español». De esa versión original de 1602 se han hecho subsecuentes revisiones, incluyendo la versión de la Biblia más popular en el pueblo cristiano hispanoparlante, qué es la Reina Valera del 1960. Que es todavía yo creo la versión que usan la mayoría de las iglesias en el día de hoy.
Ahora la Biblia no se queda anclada en la versión Reina Valera. Los idiomas vivos son dinámicos, van cambiando con el tiempo. Si hoy leemos El Quijote de la Mancha tal como lo escribió Cervantes probablemente no vamos a entender mucho. Y yo he tenido la oportunidad de ver la versión original de la Reina Valera, la de 1569, y ciertamente es un español muy difícil de captar para el lector moderno. Aparte de los nuevos manuscritos de las Escrituras que se han descubierto a partir del siglo XIX. Es por eso que se requiere que las traducciones del texto bíblico sean revisadas y actualizadas con el tiempo. En los últimos 150 años la versión Reina Valera sido sometida a varias revisiones, varias. Las más conocidas son la Reina Valera del 1865, la del 1909, obviamente la de 1960, la de 1995 y la Reina Valera Actualizada del 2015.
Aparte de la Reina Valera del 60, volviendo al mundo protestante, entre las traducciones de equivalencia formal —hay dos formas de traducir la Biblia: equivalencia dinámica, equivalencia formal (equivalencia dinámica es una traducción donde se trata de plasmar la idea del texto. La equivalencia formal trata de ser lo más literal posible. La Reina Valera es traducción formal, equivalencia formal)— y entre estas versiones donde se traduce lo más literal que se puede, debemos mencionar ahora para terminar la Biblia de las Américas. Esta versión fue publicada por The Lockman Foundation en 1986. Un comité editorial de estudiosos de Hispanoamérica, España y Estados Unidos observó dos principios básicos en la traducción de la Biblia de las Américas. Primero, en la medida de lo posible ceñirse a los idiomas originales de las sagradas Escrituras. Dos, observar las reglas de la gramática moderna considerando las variaciones continentales contemporáneas, usando un estilo ágil ameno y manteniendo su gran belleza literaria. En el año 2005 se publicó la Nueva Biblia de las Américas, la NBLA, la cual utiliza los mismos principios de la traducción que la Biblia de las Américas, pero con un español moderno, contemporáneo, como el que se habla en América Latina. Y debo decir que ambas versiones han sido reconocidas por su fidelidad en la traducción, así como por la claridad de su lenguaje.
En conclusión, mis hermanos debemos darle muchas gracias al Señor por los hombres que la usado a través de la historia para que hoy podamos tener el tesoro incomparable de contar con la Palabra de Dios en nuestro propio idioma. Dios está de acuerdo con las traducciones de la Biblia; y eso lo sabemos por el hecho de que tanto Jesús como los apóstoles en el tiempo del Nuevo Testamento usaron una traducción del Antiguo Testamento hebreo al griego, la que se conoce como la versión de la Septuaginta.
Así que Dios está de acuerdo con la traducción de la Biblia. Es Dios el que ha estado detrás de este movimiento de traducción para que Su pueblo en todas las épocas y en todo lugar pueda recibir el beneficio de tener en sus manos Su bendita Palabra que es más preciosa que el oro y qué es más dulce que la miel. Este es el instrumento que Dios usa para producir nueva vida en los pecadores y es el mismo instrumento que Dios usa para hacer crecer esta nueva vida.
Es por eso que en primera de Pedro capítulo dos nos exhorta el apóstol de esta manera: «Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor». Todas las madres saben que los niños nacen con un desorden obsesivo-compulsivo por la leche materna. Bueno, lo que Pedro está diciendo ahí: «No importa cuántos años tú tengas en la fe, 10 años, 5 años, 50 años, desea como un niño recién nacido esa leche espiritual no adulterada».
Sácale beneficio a esta historia, historia de sangre, historia de persecución, para que hoy nosotros podamos leer la bendita Palabra de Dios en nuestro propio idioma.