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10 agosto, 2021Teología, teología, teología: ¿Por qué Ligonier?

Nota del editor: Este es el segundo capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: El ahora cuenta para siempre
Ministerios Ligonier ha seguido creciendo desde que nuestro querido fundador, el Dr. R.C. Sproul, falleció en el 2017. Muchos miembros del equipo se han unido a nosotros recientemente, añadiendo sus experiencias y habilidades. Es alentador ver cómo el alcance crece gracias a sus notables esfuerzos. Pero cualquier empresa duradera debe mantener su enfoque en la misión original y estar en guardia para evitar irse a la deriva. Por lo tanto, en muchas de nuestras reuniones de equipo, a menudo reitero la única cosa que hacemos en Ligonier: teología, teología, teología. No, no he olvidado cómo contar. La cuestión es recordar lo vital que es la teología no solo para nuestra misión como ministerio, sino para nuestras propias vidas como individuos. Permíteme ilustrar esto.
Quizá hayas visitado el Museo Británico de Londres. Es uno de mis lugares favoritos. Pasar por delante de maravillosas antigüedades de varios milenios de la historia del mundo es impresionante. Cada artefacto cuenta una historia. Pero en una visita reciente, aprendí que no cada artefacto cuenta una historia completa.
Hay una zona en la colección de Mesopotamia con artefactos de Asiria, incluidos algunos de Senaquerib, ese violento rey del que se habla en el Antiguo Testamento. En su época, fue el terror de Oriente Medio, asediando ciudades y sometiendo naciones. Hay un relieve en el Museo Británico del asedio de Laquis, una pequeña ciudad fortificada en la ruta hacia Jerusalén. Los reyes conquistadores paganos solían construir este tipo de monumentos para presumir de sus victorias. La escena representa la espantosa matanza de los israelitas por parte de Senaquerib en Laquis.
¿Qué falta en el Museo Británico? Sabemos que Senaquerib se dirigía a destruir Jerusalén y completar su conquista de Judá (2 Re 18:13-19:37). Cuando los ejércitos llegaron a asediar la capital, el profeta Isaías aconsejó al rey Ezequías que confiara en el Señor para su liberación. No hay ningún artefacto que cuente la victoria de Senaquerib sobre Jerusalén porque nunca ocurrió. La Biblia dice que un ángel del Señor destruyó de la noche a la mañana el ejército del rey extranjero, que interrumpió la campaña militar y regresó a Nínive.
El Señor lucha por Su pueblo. El poderío de los asirios no era rival. A través de las generaciones de Israel se transmitió la verdad de que solo hay un Dios y que Él no está callado (Ex 20:1-20; Dt 6:4; Is 44:6-8).
La palabra teología significa simplemente el estudio de o sobre Dios. La teología no es una actividad académica seca y polvorienta. La teología es el filo de una navaja con la vida y la muerte a ambos lados. Los israelitas tenían una teología correcta y vivieron. Los asirios tenían una teología corrupta y perecieron. Lo que está en juego no puede ser de mayor importancia para cada alma. Jesucristo dijo que conocer a Dios y a quien Él ha enviado es entrar en la vida eterna (Jn 17:3).
Al principio, Adán y Eva conocieron a Dios en verdad y luego suprimieron esa verdad en injusticia, y así la incredulidad destrozó el cosmos y nos arruinó hasta la médula. Desde ese trágico momento de exilio del Edén, en nuestro estado natural estamos en una batalla impía lanzada contra el santo Creador. Que haya guerra entre las naciones y falta de paz entre uno y otro es solo una manifestación de nuestra primera rebelión. Qué lío de pecado hemos hecho, y sin la capacidad de poder salvarnos. Si hemos de ser salvados, debe venir de fuera de nosotros. Sin una buena teología, la realidad es como un rompecabezas con pequeñas piezas, todas desparramadas, sin una imagen unificada. La teología, bien entendida, nos da una imagen de la realidad para ayudarnos a dar sentido al rompecabezas. Nos guía para recomponer las piezas, así como la imagen de la caja del rompecabezas, para que entendamos el mundo y a nosotros mismos correctamente. De este modo, la teología informa a todos los ámbitos del conocimiento y la experiencia humana.
El Dr. R.C. Sproul se centró en la teología como disciplina, abarcando todo lo que Dios ha revelado de forma general y particular. La humanidad está alejada de Dios. Como nuestros primeros padres, nacemos siendo supresores de la verdad. Sí, todo el mundo sabe que Dios es, pero no todo el mundo sabe quién es Dios. Ese es nuestro problema fundamental: no sabemos quién es Dios. Y porque no sabemos quién es Dios, no sabemos quiénes somos.
Ministerios Ligonier comenzó en el verano de 1971, justo cuando Estados Unidos estaba saliendo de la turbulenta década de los sesenta. Los cristianos se enfrentaban a un relativismo desenfrenado y a la agitación social. El secularismo se aceleró en la cultura y la teología liberal hizo metástasis en muchas iglesias y denominaciones. Allí, en las laderas de las montañas Allegheny de Pensilvania, cerca de un pequeño pueblo llamado Ligonier, comenzó un pequeño ministerio que buscaba equipar a los cristianos para conocer a Dios de una manera mejor y más profunda y para darlo a conocer. Este esfuerzo de discipulado y formación fue impulsado por el deseo de defender el cristianismo clásico, y esperando ayudar a inundar la cultura con cristianos bien entrenados y articulados que busquen ser fieles en el avance de la Gran Comisión. Por diseño, era una forma de evadir los principales medios de comunicación y a las iglesias establecidas bien financiadas.
Ante la abierta animosidad cultural a la que se enfrenta la Iglesia hoy en día, que sigue creciendo, los que son cristianos solo de nombre se están alejando. Las iglesias sincretistas establecidas, se van evaporando. El futuro de la Iglesia pertenece a los cristianos de convicción. Todos los problemas a los que nos enfrentamos son, en última instancia, teológicos; para reparar las ruinas, las soluciones deben ser teológicas.
Afortunadamente, a lo largo de los años, Dios ha traído muchos discípulos de la visión del Dr. Sproul que están comprometidos con la difusión del evangelio del Señor Jesucristo y con ver crecer una teología arraigada en las Escrituras en las iglesias de todo el mundo. La labor es intensa, sí, pero la promesa es segura: «Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR como las aguas cubren el mar» (Hab 2:14). Estamos enrolados en ese esfuerzo. Una de las maravillas del evangelio es que hombres y mujeres pecadores sean utilizados para avanzar la misión de Dios en este mundo caído, trabajando en y a través de nuestras batallas con el mundo, nuestra propia carne y el diablo.
En su clásico libro La santidad de Dios, el Dr. Sproul comenta sobre Romanos 12:2:
El método clave que Pablo subraya como medio para la vida transformada es la «renovación de la mente». Esto significa nada más y nada menos que la educación. Una educación seria, profunda y disciplinada en las cosas de Dios. Exige un dominio de la Palabra de Dios. Tenemos que ser personas cuyas vidas han cambiado porque nuestras mentes han cambiado.
Por la gracia de Dios, el enfoque estricto del Dr. Sproul en la enseñanza de la teología ha cambiado muchas vidas. Él creía que todo el mundo es un teólogo y que importa ahora y para siempre si eres un teólogo bueno o malo. El simplemente impartir información a la mente humana es insuficiente. A través de la luz de la Escritura y la obra del Espíritu Santo, empezamos a comprender el carácter santo de Dios y nos damos cuenta de nuestra pecaminosidad. La Iglesia debe redescubrir el compromiso inquebrantable de proclamar, enseñar y defender la santidad de Dios en toda su plenitud. Esta no es solo una declaración de la misión de Ministerios Ligonier, es el llamado de todo creyente. Si se diluye el carácter de Dios, se debilita nuestra capacidad de alcanzar a los incrédulos con el evangelio. Las estrategias misioneras bien intencionadas que se centran en el crecimiento por el solo hecho de crecer pueden dar beneficios temporales, pero tales estrategias no desarrollarán discípulos sanos ni plantarán iglesias sanas. La actividad ministerial con poca visión de futuro no es sostenible. El compromiso teológico en aras de los números es fatal.
Aunque el pueblo de Dios se ha visto a menudo consternado por circunstancias que escapan a su control, el progreso de la misión de Dios en este mundo es seguro. Nosotros, como el siervo de Eliseo en otro momento angustioso en el que los israelitas se vieron amenazados, tenemos la tentación de preocuparnos por las nubes de tormenta que se acumulan. Pero debemos recordar que «los que están con nosotros son más que los que están con ellos» (2 Re 6:16).
Al cumplir Ligonier su quincuagésimo año de ministerio, damos gracias por la bendición de Dios en nuestro pasado. Sin embargo, es evidente que tenemos la oportunidad de servir al pueblo de Dios como nunca antes. Hay mucho trabajo por hacer entre las naciones. ¿Podrías orar para que Dios despierte a más personas y le vean como Él realmente es? Que podamos ver una recuperación de la verdadera teología en la que hombres y mujeres, niños y niñas tengan una relación restaurada con Dios el Padre a través de Dios el Hijo y a través de la poderosa gracia de Dios el Espíritu Santo, y vivan vidas fructíferas ahora y para siempre.