Toda verdad es verdad de Dios
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¿Qué dice la Biblia sobre la dirección de Dios? Dice que, si reconocemos a Dios en todos nuestros caminos, Él dirigirá nuestras sendas (Pr 3:5-6). La Escritura nos anima a conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas y lo hacemos al enfocar nuestra atención, no en la voluntad decretiva de Dios, sino en la voluntad preceptiva de Dios. Si quieres saber la voluntad de Dios para tu vida, la Biblia te dice: «Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Tes 4:3). Así que cuando alguien se pregunta si debe tomar un trabajo en esta ciudad o en la otra, o si debe casarse con Juana o con Marta, debe estudiar cuidadosamente la voluntad preceptiva de Dios. Debe estudiar la ley de Dios para aprender los principios por los cuales debe vivir su vida diariamente.
El salmista escribe: «¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!» (Sal 1:1-2). El deleite del hombre piadoso está en la voluntad preceptiva de Dios y el que se enfoca de esta manera será «como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo» (v. 3). El impío, sin embargo, no es así. Más bien, es «como paja que se lleva el viento» (v. 4).
Si quieres saber qué trabajo tomar, debes dominar los principios bíblicos. Al hacerlo, descubrirás que la voluntad de Dios es que hagas un análisis sensato de tus dones y talentos. Entonces debes considerar si un trabajo en particular va de acuerdo con tus dones; si no va de acuerdo a ellos, no deberías aceptarlo. En ese caso, la voluntad de Dios es que busques un trabajo diferente. La voluntad de Dios también es que tu vocación, es decir tu llamado, coincida con las opciones de trabajo que tengas y eso requiere mucho más trabajo que usar una güija. Significa que apliques la ley de Dios a las muchas cosas de la vida.
Cuando se trata de decidir con quién casarte, debes mirar todo lo que dice la Escritura con respecto a la bendición de Dios sobre el matrimonio. Habiendo hecho eso, quizás descubras que hay varios candidatos o candidatas que cumplen los requisitos bíblicos. Entonces, ¿con quién te casas? La respuesta a eso es sencilla: cásate con quien te quieras casar. Siempre y cuando la persona que escojas esté dentro de los parámetros de la voluntad preceptiva de Dios, tienes completa libertad para actuar de acuerdo a como te plazca y no tienes por qué perder el sueño preguntándote si estás fuera o dentro de la voluntad secreta o decretiva de Dios. Primero, no puedes estar fuera de la voluntad decretiva de Dios. Segundo, la única manera en que sabrás la voluntad secreta de Dios para ti hoy es esperar hasta mañana, y mañana será clara porque podrás mirar hacia atrás y saber que cualquier cosa que sucedió fue obra de la voluntad secreta de Dios. En otras palabras, solo conocemos la voluntad secreta de Dios después de que ha acontecido. Usualmente queremos saber la voluntad de Dios en términos del futuro, mientras que el énfasis de la Escritura está en la voluntad de Dios para nosotros en el presente y esto se refiere a sus mandamientos.
«Las cosas secretas» le pertenecen a Dios, no a nosotros. «Las cosas secretas» no nos incumben porque no nos pertenecen; son de Dios. Sin embargo, Dios ha tomado algunos de Sus planes secretos y les ha quitado el secreto, y esas cosas sí nos pertenecen a nosotros. Él les ha quitado el velo. A esto lo llamamos revelación. Una revelación es mostrar algo que antes estaba oculto.
El conocimiento que es nuestro a través de la revelación propiamente le pertenece a Dios, pero Él nos lo ha dado. A eso se refería Moisés en Deuteronomio 29:29. Las cosas secretas le pertenecen a Dios, pero aquello que ha revelado nos pertenece, y no solamente a nosotros, sino también a nuestros hijos. A Dios le ha placido revelarnos ciertas cosas y tenemos la bendición inefable de compartirlas con nuestros hijos y otras personas. La prioridad de pasar ese conocimiento a nuestros hijos es uno de los grandes énfasis en Deuteronomio. La voluntad revelada de Dios es dada en y a través de Su voluntad preceptiva, y esta revelación nos es dada para que seamos obedientes.
Como dije anteriormente, muchas personas me preguntan cómo conocer la voluntad de Dios para sus vidas, pero rara vez alguien me pregunta cómo pueden conocer la ley de Dios. La gente no pregunta eso porque sabe cómo entender la ley de Dios: la encuentra en la Biblia. Uno puede estudiar la ley de Dios para conocerla. La pregunta más complicada es cómo podemos llevar a cabo la ley de Dios. Algunos se preocupan por eso, pero no muchos. La mayoría que pregunta sobre la voluntad de Dios quiere saber algo sobre el futuro, pero eso está cerrado. Si quieres conocer la voluntad de Dios en términos de lo que Él autoriza, de lo que a Dios le agrada y por lo que te bendecirá, de nuevo, la respuesta se encuentra en Su voluntad preceptiva, la ley, la cual es clara.
Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.