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Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: El juicio a Lutero: La Dieta de Worms
Durante la Edad Media, los emperadores romanos convocaban a reuniones llamadas «dietas» cada vez que surgía la necesidad de que los representantes de los estados imperiales deliberaran sobre asuntos políticos, sociales y eclesiásticos pertinentes al Imperio romano. La Dieta de Worms se llevó a cabo en la ciudad de Worms (pronunciado «vorms»), Alemania, desde el 28 de enero hasta el 25 de mayo de 1521. Worms se encuentra en el suroeste de Alemania en el río Rin. En el momento de la dieta, Worms tenía una población de alrededor de siete mil habitantes, y la dieta imperial atrajo a la ciudad a unos diez mil visitantes, incluidos los hombres más poderosos y prominentes del imperio, junto con sus séquitos. Lo que estaba en juego era el control incuestionable y autoritario del emperador romano, Carlos V, junto con la paz y la unidad de su imperio. Johann Eck, en representación del emperador, consideró a un hombre en particular como una amenaza para esa paz y unidad: un profesor agustino de Wittenberg de treinta y siete años llamado Martín Lutero.
Hay una sorprendente verosimilitud al decir que «la justificación por la fe no es lo que Pablo entiende por “el Cuando Lutero apareció en la Dieta de Worms del 15 al 18 de abril, la asamblea ya se había estado reuniendo durante casi tres meses. Al principio, Lutero no estaba programado para aparecer. Fue convocado después de quemar de manera pública la bula papal Exsurge Domine el 10 de diciembre de 1520. La bula, redactada en gran parte por Eck y emitida por el papa León X en junio, enumeraba cuarenta y un cargos contra Lutero y amenazaba con excomulgarlo si no se retractaba de sus enseñanzas contra algunas de las acciones y doctrinas de la iglesia, particularmente en lo que respecta a la venta de indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma. Lutero quemó la bula papal en respuesta a Eck, quien quemó sus libros por toda Alemania. La negativa de Lutero a arrepentirse llevó a León a excomulgarlo en otra bula papal titulada Decet Romanum Pontificem el 3 de enero de 1521. Sin embargo, Lutero permaneció bajo la protección del elector de Sajonia, Federico III, que le dio libertad para predicar y enseñar en toda la región sajona. Las acciones audaces de Lutero impulsaron el crecimiento de la popularidad de sus enseñanzas, lo que llevó a muchas iglesias de la región a apoyarlo y seguirlo.

Cuando Lutero compareció ante la dieta, se mantuvo firme en su postura de que la Palabra de Dios es la última y única autoridad infalible para todo lo relacionado con la fe y la vida, porque sabía que aunque estaba ante los hombres más poderosos de Europa —hombres que podían quitarle la vida—, también estaba ante Dios, el único que tiene poder para dar vida por medio del evangelio de Jesucristo, el cual es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.