El temor a la muerte
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3 diciembre, 2020Isaías 43:25
Nota del editor: Este es el segundo capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: ¿Qué es lo que realmente dice ese versículo?
Un anciano de mi congregación con frecuencia bromea: «Dicen que a medida que envejeces, la memoria de corto plazo es lo segundo que se pierde; no puedo recordar qué es lo primero». Los cristianos estarán de acuerdo en que una memoria finita, que se debilita con la edad e incluso puede ser distorsionada por el pecado, es común a la humanidad. Pero cuando en Isaías 43:25 Dios dice: «No recordaré tus pecados», ¿cómo debemos entender la memoria de Dios? Hay algunas razones por las que no debemos interpretar este versículo como que Dios literalmente olvida, aunque enseña una importante y maravillosa verdad.
LENGUAJE ANALÓGICO
A través de la Biblia, nuestro Dios infinito se revela a Sí mismo por medio de un lenguaje analógico. Estas son descripciones de Dios, figurativas más que literales, para acomodar nuestro limitado lenguaje y comprensión finita como humanos. De esta manera, la Biblia atribuye acciones humanas a Dios, como oler (o percibir, Gn 8:21), oír (Ex 2:24), sentarse (Sal 9:7, ver nota al pie en LBLA) y descender (Miq 1:3). Las emociones humanas como el pesar y la tristeza (Gn 6:6), así como los celos (Ex 20:5) también sirven para enseñarnos por analogía algo de cómo es Dios. Aunque Dios no tiene un cuerpo, la Biblia habla de Su mano (o diestra, Sal 118:15) y ojos (Pr 15:3). Usando el lenguaje de las ocupaciones o relaciones humanas, Él es descrito como un esposo (Is 54:5), padre (Dt 32:6), rey (Is 44:6) y pastor (Sal 23:1). El que Dios recuerde (Gn 9:15) y olvide debe ser interpretado como un lenguaje analógico.
LA NATURALEZA DE DIOS
Partiendo de la convicción de que la infalible Palabra de Dios no se contradice en ninguna parte, la «analogía de la fe» es un importante principio en la interpretación bíblica que nos dirige a dejar que pasajes más claros y no figurativos de la Escritura interpreten otros que son menos claros y figurativos. Que Dios «olvide» no significa una pérdida de memoria literal, equivalente a mi olvido de las fórmulas matemáticas de la escuela secundaria, porque esto contradice lo que la Biblia enseña acerca de la omnisciencia de Dios, Su conocimiento total y perfecto. Se nos dice que «Su entendimiento es infinito» (Sal 147:5) y que declara «el fin desde el principio» (Is 46:10). Es contrario a la naturaleza de Dios olvidar literalmente cualquier cosa.
Si Dios no olvida literalmente nuestros pecados, ¿qué significa Isaías 43:25? Debemos entender esta descripción de Dios como un lenguaje pactual por el cual asegura a Su pueblo el completo perdón de sus pecados.
LENGUAJE PACTUAL
Si Dios no olvida literalmente nuestros pecados, ¿qué significa Isaías 43:25? Debemos entender esta descripción de Dios como un lenguaje pactual por el cual asegura a Su pueblo el completo perdón de sus pecados. Inmediatamente antes del versículo 25, Dios le había recordado a Su pueblo su infidelidad y su falsa adoración, concluyendo: «Me has cansado con tus iniquidades» (vv. 22-24). Sin embargo, el capítulo 43 forma parte de una sección más amplia de Isaías, que comienza en el capítulo 40, en la que Dios en gran medida está comunicando consuelo y seguridad a Su pueblo. Él les dice en 43:1-4, 15:
No temas, porque Yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; Mío eres tú…Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador… Eres precioso a Mis ojos, digno de honra, y Yo te amo.
Estas garantías comunican la relación pactual a la que Dios ha traído a Israel, a pesar de su pecado. Entonces, en el versículo 25, Dios dice: «Yo, Yo soy el que borro tus transgresiones por amor a Mí mismo, y no recordaré tus pecados». Al enfatizar que Él hace esto «por amor a [Sí] mismo», Dios otra vez apunta a Su pacto de gracia. No es porque lo merezcan, sino por Su pura gracia y amor por ellos que Él quita sus pecados.
En dos descripciones figurativas, este versículo asegura a Israel la manera tan completa y definitiva en que son perdonados sus pecados. Primero, borrar es el lenguaje de quitar algo que está escrito. Los pecados de Israel, cada uno siendo una ofensa contra Dios merecedora de juicio, son ilustrados como si hubieran sido escritos en un libro, pero Él los ha borrado todos. Ya no pueden ser leídos y usados para acusar al pueblo de Dios. En segundo lugar, Dios asegura a Israel que sus pecados son, en efecto, olvidados. Dios nunca más los mencionará ni los usará en contra de Su pueblo. Dios en la Biblia usa varias de estas imágenes para enfatizar cuán completo y final es su perdón y los beneficios de este. Él habla de cubrir nuestros pecados (Sal 32:1), de alejarlos tan lejos como el oriente está del occidente (103:12) y de arrojarlos a las profundidades del mar (Miq 7:19).
El resto de las Escrituras revelan cómo es que Dios puede tener tal relación de pacto con gente pecadora, cómo puede «olvidar» sus pecados. No se debe a un lapsus mental, ni a un modismo trillado. Se debe a que Dios envió a Su Hijo para llevar todos los pecados de Su pueblo y para morir en su lugar en la cruz, borrando la culpa de sus pecados y haciéndolos como si fueran olvidados para siempre en nuestra relación con Él.