
Sión
15 agosto, 2023
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19 agosto, 2023Nuestra Cabeza suprema

El título «cabeza de la iglesia» no se emplea para identificar a Cristo como cabeza de una empresa u organización. En Colosenses 1:18, Pablo distingue a Cristo como «la cabeza del cuerpo que es la iglesia». En otras palabras, el Cristo vivo es la Cabeza de un cuerpo vivo: Su esposa. La iglesia recibe toda su vida de Cristo y no tiene vida separada de Él, pues están unidos como uno. Esta unión define a Cristo como la Cabeza y a la iglesia como Su cuerpo. Como un ventilador que llena constantemente los pulmones con oxígeno, Cristo llena incesantemente los pulmones de la iglesia, impartiendo vida espiritual, dones y el poder para cumplir Su misión en la tierra. Charles Spurgeon dijo:
El tiempo no crea separación. La iglesia siempre es una: una iglesia de los apóstoles, una iglesia de los reformadores, una iglesia del primer siglo, una iglesia de los últimos días, y de esta única iglesia Jesucristo es la única cabeza.
Pablo ilustra claramente esta descripción de Cristo como cabeza de la iglesia en Efesios 5, en el ámbito de la relación entre marido y mujer. En el versículo 23, Pablo explica el liderazgo de Cristo como el tipo de liderazgo que un marido tiene sobre su familia. La esposa que no cumple con su responsabilidad espiritual de sumisión bajo el liderazgo de su marido causa disfunción dentro de la unidad familiar. La esposa que responde amorosamente a la dirección de su esposo honra a su familia, a su esposo y, lo más importante, a su Señor. Ella es un testimonio al mundo de cómo la iglesia debe responder apropiadamente a Cristo en sumisión, honra y servicio.
Cristo dirige Su iglesia a través de líderes piadosos (He 13:7, 17). Los pastores y los diáconos son representantes de la autoridad de Cristo sobre la iglesia. Pablo resume de esta manera el propósito de estos pastores: «Capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Ef 4:12). Cualquier autoridad que posean los líderes de la iglesia es una autoridad delegada de Cristo. Siempre es Cristo y solo Cristo, quien gobierna con autoridad Su iglesia. Cristo también dirige Su iglesia a través de Su Palabra y Su Espíritu. La única responsabilidad de aquellos que están a cargo de la iglesia es declarar y aplicar las instrucciones de Cristo como se revelan en Su Palabra escrita. La función primordial de un pastor es apacentar el rebaño de Dios al proveer el alimento nutritivo de la Palabra de Dios (2 Ti 3:16-17; 1 P 2:2-3). Mediante la enseñanza y la predicación, el Espíritu Santo atrae a las personas hacia Cristo y nutre a la familia de Dios.
El liderazgo de Cristo abarca también «todas las cosas» (Ef 1:22). Solo Cristo puede proteger a la iglesia contra nuestro adversario el diablo, las tentaciones de nuestra carne caída y las mentiras del mundo. Solo Cristo puede cumplir Su promesa de que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Solo Cristo puede reunir a Sus ovejas y engrandecer a Su iglesia. Solo Cristo puede dirigir con autoridad a Su novia hasta que esté en casa con Él para siempre.