
Llegar a la raíz del problema
18 octubre, 2023
Usar tu tiempo de forma productiva
18 octubre, 2023Experimentar la transformación

Todos nacemos con la misma enfermedad. El amor por Dios y el afecto por Cristo no son naturales para nosotros. Antes de que podamos amar a Dios, debe suceder algo en nosotros. Nuestros corazones de piedra deben ser transformados en corazones de carne, corazones que laten con una nueva vida y un nuevo afecto por Dios. Cuando uno habla de «nacer de nuevo», está hablando de un cambio de corazón.
Dios hace una cirugía radical de nuestros corazones cuando nos saca de la muerte espiritual y nos regenera por medio del Espíritu Santo. Él convierte la piedra en tejido vivo. Convertirse es adquirir una nueva disposición y una nueva inclinación en nuestros corazones. Antes éramos hostiles, fríos o indiferentes hacia Dios. Ahora nos sentimos atraídos irresistiblemente a Él.
Ser cristiano es ser una nueva persona. Hemos experimentado una transformación que comienza en el corazón.
Mientras más conocemos a Dios, mayor es nuestra capacidad de amarlo. Mientras más lo amamos, mayor es nuestra capacidad de obedecerlo. Sin embargo, nuestros nuevos afectos deben crecer. Somos llamados a amar a Dios con todo nuestro corazón. El nuevo corazón de carne debe ser nutrido. Debe ser alimentado por la Palabra de Dios. Si descuidamos nuestro nuevo corazón, él también puede experimentar un tipo de endurecimiento. No volverá a ser un corazón de piedra, pero puede ponerse un poco áspero.
El nuevo corazón es una creación del Espíritu Santo. Ese mismo Espíritu Santo está obrando en nosotros para producir Su fruto. A medida que nuestro corazón se va inclinando más y más hacia Dios, el fruto de Su Espíritu se va multiplicando en nuestras vidas. Las personas no regeneradas pueden realizar actos externos de justicia, pero ningún hombre con un corazón de piedra puede producir el fruto verdadero del Espíritu.
Nuestra santificación es un asunto del corazón. Es un proceso que fluye de una comunión íntima con Dios. Jesús resume el asunto mostrando el vínculo que hay entre el amor y la ley: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos».
Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Mientras más conoces a Dios, mayor es tu capacidad de amarlo. ¿Qué tan bien lo conoces? Tu obediencia o falta de la misma refleja la respuesta a esta pregunta.
Para estudiar más a fondo
Hebreos 4:12
Proverbios 4:23
Juan 14:15