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¿Cómo respondieron los teólogos alemanes al surgimiento del nazismo? En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos lleva a 1934 y nos habla de la Declaración de Barmen.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
En 1933, el sínodo nacional de las iglesias protestantes alemanas —es decir, las iglesias que venían de la tradición luterana fundada en el siglo XVI por Martín Lutero— comunicó (en 1933) su apoyo al partido nazi. Estas iglesias que en el pasado habían mantenido una tradición luterana basada en la autoridad de la Escritura, ahora se unificaron en una nueva organización llamada la Iglesia evangélica alemana, que se conocía coloquialmente como la Reichskirche, o la «Iglesia del Imperio».
En respuesta, un grupo de teólogos y eclesiásticos formaron lo que llamaron la Iglesia confesante. Una de las figuras claves de esta Iglesia confesante fue un joven profesor de teología de la Universidad de Berlín, Dietrich Bonhoeffer. A pesar de ser joven, Bonhoeffer era sabio y maduro para su edad. Él no solo pudo ver los problemas del partido nazi y a dónde iba a llevar a Alemania con el tiempo, sino que también anticipó los profundos problemas que surgen cuando la iglesia se alinea con una ideología o partido político.
En respuesta a la Reichskirche, Dietrich Bonhoeffer escribió la Confesión de Bethel, que no fue bien recibida. Pero al año siguiente, 1934, tomó su lugar un nuevo e importante documento, llamado la Declaración de Barmen.
La Declaración de Barmen fue redactada por un grupo de eclesiásticos, teólogos y dirigentes alemanes en la ciudad de Barmen en mayo de 1934. La declaración contiene varios artículos y termina con seis puntos que llamaron «verdades evangélicas».
El primer artículo declara que el fundamento inexpugnable de la iglesia evangélica alemana es el evangelio de Jesucristo tal como se revela en las Sagradas Escrituras. Y precisamente este evangelio fue proclamado con más precisión a la luz de los credos y confesiones de la Reforma.
En este primer artículo de la Declaración de Barmen se definen y limitan las autoridades que la iglesia necesita para su misión. Este artículo establece que Jesucristo es la única autoridad de la iglesia. Cualquier otra relación que tenga la iglesia —y en este caso nos referimos a la relación entre la Iglesia y el Estado— necesita ser vista a la luz de esa relación de la iglesia con Jesucristo.
Después de los artículos, la Declaración de Barmen enuncia seis verdades evangélicas. En ellas vemos una declaración muy clara respecto a la Iglesia y el Estado. La quinta verdad evangélica declara: «La Biblia nos dice que, según la disposición divina, el Estado tiene la responsabilidad de velar por la justicia y la paz en un mundo aún no redimido». La declaración continúa diciendo cómo la iglesia reconoce con agradecimiento a Dios la benevolencia de esta provisión. Y luego la declaración dice esto:
La iglesia les recuerda a los hombres el reino de Dios, el mandato de Dios y la justicia de Dios y, por tanto, la responsabilidad de los gobernantes y de los gobernados. Ella confía y obedece al poder de la Palabra mediante la cual Dios mantiene todas las cosas. Repudiamos la falsa enseñanza de que el Estado pueda y deba extenderse más allá de su responsabilidad especial y convertirse en el orden único y total de la vida humana y cumplir así también la misión de la iglesia.
Estos teólogos reconocieron que, al identificarse con el partido nazi, la iglesia no estaría influyendo en el ámbito político, sino exactamente lo contrario. El ámbito político iba a dominar la iglesia; el partido nazi dictaría a la iglesia sus prácticas, creencias y valores.
Estos teólogos de Barmen dieron un paso valiente al declarar la lealtad exclusiva de la iglesia a Jesucristo y una visión bíblica de la relación entre la Iglesia y el Estado. Es un documento fascinante de la historia de la iglesia y tiene mucho que enseñarnos cuando reflexionamos sobre estos temas hoy en día.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.