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A lo largo de la historia de la iglesia, se ha debatido cuándo debía celebrarse la Pascua. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols presenta a los principales personajes y acontecimientos alrededor de esta discusión que duró siglos.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
El título del episodio de hoy es extraño: «Los cuartodecimanos». ¿De qué se trata? Bueno, esto se refiere a un debate ocurrido en la Iglesia primitiva en relación con la celebración de la Pascua del Antiguo Testamento el día 14 del mes de Nisán. En español, el número ordinal para expresar el catorce es decimocuarto. En latín se dice quartusdecimus. Así que aquellos que proponían celebrar el día de la resurrección de Cristo el día 14 se les llamó los «cuartodecimanos» al hacer una transliteración del quartusdecimus en latín. Aunque la palabra «cuartodecimanos» no existe en español, se ha utilizado como referencia a los que proponen celebrar la Pascua el día catorce del mes de Nisán.
Así que la controversia aquí gira en torno a la celebración de la Pascua. En la Iglesia primitiva había dos puntos de vista diferentes. Por un lado, Policarpo, que fue martirizado en el año 155 d.C, era un «cuartodecimano». Él sostenía que, independientemente del día de la semana, el catorce de Nisán es el día en que se debe celebrar la Pascua. Y, como está en el relato de los Evangelios, la celebración del Día de la Resurrección se vincula con la Pascua del Antiguo Testamento celebrada el 14 de Nisán. Entonces, Policarpo insistía en esta fecha específica del día 14, y por eso era un «cuartodecimano».
Por otro lado, Aniceto, obispo de Roma, sostenía que debía celebrarse el domingo siguiente al 14 de Nisán. Pero cuando Policarpo y Aniceto debatieron en cuanto a la fecha, realmente acordaron no estar de acuerdo. Y eso es esencial por muchas razones. Primero, nos muestra que en la Iglesia primitiva no había un obispo único que ejerciera autoridad sobre los demás obispos, no había un papa por así decirlo. Sino que el poder estaba realmente en la pluralidad de los obispos. Policarpo no tenía que adoptar la posición de Aniceto. Él podía mantener su posición, y así se celebraba en las iglesias bajo su obispado. Y las iglesias bajo Aniceto y sus obispos, celebrarían la Pascua según su posición y su obispado, el domingo siguiente al 14 de Nisán.
No obstante, este debate continuó con una intensidad casi comparable a los primeros debates cristológicos. Nos referimos al Concilio de Nicea, que se reunió en el año 325. Y hablamos de cómo lidiaron con el tema del arrianismo y la idea de que Cristo era inferior a Dios, y del maravilloso Credo Niceno que recibimos. Pues bien, también en el Concilio de Nicea debatieron esta controversia del «cuartodecimanismo», y el fallo fue que se celebraría el domingo siguiente al 14 de Nisán, como había propuesto Aniceto unos 150 años antes.
Esto pareció ser suficiente por varios siglos, y entonces llegamos a 1582. En 1582 Gregorio XIII nos da un nuevo calendario. Él trasladó el calendario juliano a lo que se denomina el calendario gregoriano. Pero en el calendario gregoriano, no solo podíamos tener este día fijo, sino que ahora necesitábamos una nueva fórmula. Y es como sigue:
La Pascua se celebra el primer domingo después de la primera luna llena eclesiástica, en o después del equinoccio de primavera.
En otras palabras, la Pascua puede celebrarse desde el 22 de marzo, ya que el equinoccio de primavera es el 21 de marzo, hasta el 25 de abril. Así que, si no sabías cómo se calcula la fecha de semana santa, fue así como llegaron a esta fórmula. Lo esencial, por supuesto, no es la fecha; lo esencial es qué celebramos. Y cuando pensamos en el día 14 de Nisán estamos recordando este vínculo con Cristo como nuestro Cordero Pascual. Y no solo recordamos este vínculo, sino que también tenemos esas maravillosas palabras de Pablo en 1 Corintios 15. Este es el acontecimiento sobre el que se construye el cristianismo: la muerte y la resurrección de Cristo.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.