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Términos como «Antiguo y Nuevo Testamento» y «Trinidad» son habituales en el discurso teológico moderno. ¿Quién acuñó originalmente estos términos? En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos introduce al padre de la Iglesia primitiva Tertuliano.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
En el episodio de hoy hablaremos de Tertuliano. No sabemos con precisión cuándo nació ni cuándo murió. Pero sí sabemos que alrededor del año 200 los aportes de Tertuliano tuvieron su apogeo y florecimiento. Podemos citar algunas de sus contribuciones al cristianismo.
En primer lugar, Tertuliano fue el primero en acuñar los términos Antiguo y Nuevo Testamento en referencia a los 39 libros que componen el Antiguo Testamento y los 27 libros que componen el Nuevo. Y aunque Pablo y los demás escritores hablan del Antiguo y del Nuevo Pacto, realmente fue Tertuliano quien nos dio las denominaciones de Antiguo y Nuevo Testamento en la Biblia como la tenemos hoy en día. Pero otro término que nos fue dado por Tertuliano es la palabra Trinidad.
Uno de los libros con los que más me divertí fue uno que hice para niños, con mi amigo Ned Bustard. Su título en español sería El ABC de la historia de la iglesia: Agustín y otros 25 héroes de la fe. Fue muy conveniente para nosotros el hecho de que tanto Tertuliano como Trinidad empiezan con la letra «T».
Ahora bien, algunos podrían considerar que este libro no sería apropiado para niños porque la palabra Trinidad, y lo que esta representa, desconcierta aun a teólogos y eruditos. ¿Cómo podemos esperar que los niños la entiendan? Bien, respondamos a esa pregunta.
En primer lugar, aunque Tertuliano nos dio la palabra «Trinidad», ciertamente no fue una enseñanza o concepto nuevo que él introdujo. Esto nos fue dado por la Escritura. Desde el principio de las Escrituras, en las primeras páginas del Antiguo Testamento, tenemos una idea de la unidad de Dios, pero también de la complejidad de esa unidad. Lo vemos en el relato de la creación, cuando el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Dios se revela a sí mismo y Su camino de salvación gradualmente en el tiempo. Los teólogos llaman a esto «revelación progresiva». A través de la revelación progresiva, del Antiguo al Nuevo Testamento, vemos que la unidad y la complejidad de Dios llegan a su plena expresión. Dios es Uno en esencia, pero tres personas distintas. El Padre es Dios; el Hijo, Jesús, es Dios; el Espíritu Santo es Dios. Y al mismo tiempo, el Padre no es el Hijo, y el Hijo no es el Espíritu, y el Espíritu no es el Padre. ¿Quieres una definición más concisa y clara? Tertuliano ofrece una: Dios es una sustancia o esencia, y Dios es tres personas. Dios es una sustancia en tres personas. La palabra «esencia» viene directamente de la palabra griega ousia, que significa esencia o sustancia. La palabra «sustancia» viene directamente del latín substantia. Incluso la palabra «persona» en español viene de la misma palabra transliterada del latín persona.
Lo que Tertuliano hizo por nosotros cuando nos dio este término es lo que los teólogos hacen por la iglesia. En el mejor de los casos, los teólogos resumen para nosotros en palabras precisas y concisas la amplia y vasta, y a veces compleja, enseñanza de las Escrituras. Muchas veces, damos por sentado el trabajo de estos teólogos. Deberíamos estar conscientes de que quienes nos precedieron hicieron un trabajo que deberíamos apreciar, y un trabajo que nos ayuda a entender lo que significa ser cristiano.
Bueno, ahora volvamos al libro para niños y a nuestra letra «T». ¿Debemos enseñar a nuestros hijos la palabra Trinidad? Por supuesto que sí. Dios subsiste eternamente en tres personas: Padre, Hijo, Espíritu; Cada persona es Dios. Pero no creemos en tres dioses, sino que hay un solo Dios. Por eso afirmamos que el Dios de los cristianos es el Dios tri-uno. O dicho de otra manera, no puede haber cristianismo sin la Trinidad. En esto damos gracias a Tertuliano por ofrecernos este término para referirnos a la esencia divina.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.