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A finales de los años cuarenta, el teólogo suizo Karl Barth hizo una observación después de que el pueblo judío regresó al estado de Israel y a la creación del estado de Israel en 1948.
Karl Barth dijo en ese momento, él dijo: «Ha llegado el momento en la historia de la iglesia, donde los cristianos deben estar leyendo su Biblia en una mano y el periódico en la otra».
Creo que nada en los últimos siglos ha hecho más para provocar un mayor interés en el regreso de Jesús que la restauración del Estado judío, a no ser que hablemos de lo ocurrido posteriormente en 1967 cuando los judíos, después de casi dos mil años, recuperaron la ciudad de Jerusalén. Vayamos a los días del Nuevo Testamento y al discurso del monte de los Olivos que se encuentra registrado en los tres Evangelios sinópticos, y en la versión de Lucas, cuando Jesús predice la próxima destrucción del Templo y de la ciudad de Jerusalén, Él hace la observación de que «Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan». Y, ese fue un elemento interesante para las predicciones específicas de Jesús sobre la destrucción de Jerusalén porque Él indicó en ese momento que Jerusalén no solo caería, sino que también caería en manos paganas, pero que esa ocupación de la ciudad santa de Jerusalén no sería permanente. Habría un punto final, Él dijo, «hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan».
Ahora, esa es la única vez en los Evangelios que encontramos esa frase «los tiempos de los gentiles», pero hay una vez más en que esa frase, esa frase específica, se utiliza en el Nuevo Testamento, y allí es usada por el apóstol Pablo en el capítulo 11 de su epístola – a los – Romanos porque ese es otro capítulo que ha alcanzado tanto interés de las cosas futuras y también con respecto al regreso de Cristo porque como ustedes saben, en el capítulo 11, Pablo elabora la pregunta, ¿qué pasa con Israel? ¿Qué hay del pueblo judío que había rechazado al Mesías cuando Él vino? ¿Ha terminado Dios con ellos? Y en ese texto él habla de cómo nosotros, como gentiles, hemos sido injertados en la raíz santa que era Israel, y somos aquellas personas de las que Oseas habló la palabra del Señor, diciendo: «Nosotros, que no éramos pueblo, ahora somos el pueblo de Dios». Pero Dios no ha desechado a su pueblo original para siempre, y Pablo entonces habla en Romanos 11 de nuevo sobre la obra futura que Dios hará entre el pueblo judío cuando se cumplan los tiempos de los gentiles.
Ahora, hay mucha especulación, mucho desacuerdo sobre exactamente qué es lo que Pablo dice en romanos 11, por no mencionar todo el asunto del programa que Dios tiene para el Israel étnico, pero debido a los eventos de este siglo que rodean a la nación judía y a pesar de que – el control que Israel tiene ahora sobre Jerusalén es precario, muchos han llegado a la conclusión de que tal vez estamos en el umbral mismo de los últimos días de la historia redentora y que el regreso de Cristo está cerca. Si a eso le sumamos el cambio del calendario en el año 2000 a un nuevo milenio, es aún más combustible para la especulación del regreso inminente de Jesús. Ahora, todo lo que quiero decir en este punto es que estamos en un momento en la historia de la iglesia donde la expectativa para el regreso de Jesús está en un punto álgido. Ahora, mencioné anteriormente que dos tercios del material doctrinal que encontramos en el Nuevo Testamento se relacionan con aspectos futuros del reino de Dios, y no hay ningún elemento de la profecía futura del Nuevo Testamento más importante para el pueblo de Dios y para la historia de la iglesia cristiana que esa profecía – ese cuerpo de profecía – relacionado con el regreso de Jesús. El regreso prometido de Cristo a este mundo ha sido entendido por la iglesia durante dos mil años como la esperanza bendita del pueblo de Dios, y es algo que mantiene a la gente avanzando aún en tiempos de angustia, persecución y dificultad.
Pero de nuevo, el tema de la fecha del regreso de Jesús, la forma en que Él vendrá– ambos son temas continuos de debate y controversia. Permítanme un segundo aquí para ir al registro en el libro de Hechos sobre la partida de Jesús de este mundo. El relato de la ascensión que tiene lugar en el capítulo 1 de Hechos, empezando en el versículo 9, donde leemos estas palabras: «Después de haber dicho estas cosas», mientras observaban que había sido tomado, y una nube lo recibía fuera de su vista. Y mientras miraban firmemente hacia el cielo mientras Él ascendía, he aquí dos hombres que estaban a su lado con vestiduras blancas, quienes dijeron: «Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo». Ahora, esta es solo una de las muchas predicciones en el Nuevo Testamento del regreso de Jesús, y cuando leemos sobre el regreso de Jesús, vemos ciertos elementos que acompañan a estas predicciones. La primera es que el regreso de Cristo será personal, es decir, no solo va a ser la influencia continua de su enseñanza, sino que la iglesia espera que Cristo regrese a este planeta personalmente. En segundo lugar, vemos que la promesa es que Cristo regresará a este mundo visiblemente, y tercero, la promesa es que su regreso – su retorno personal y visible – será un retorno en gloria, con todo tipo de atavíos majestuosos que lo rodean.
Ahora, antes de ir más lejos en esto, vamos a ver cómo en este texto, encontramos estos tres elementos. «Este mismo Jesús», esta persona a la que están contemplando ir al cielo, observando su partida– «Este mismo Jesús» «vendrá de la misma manera». Ahora, eso es crítico para mí por razones que explicaré en unos momentos, porque aquí en el libro de Hechos, se dice que el modo del regreso de Jesús es paralelo al modo de su partida, y su partida fue visible, y Él ascendió sobre nubes de gloria, en la nube de Shekinah; y la expectativa es que su regreso será igual de visible e igual de glorioso cuando Él venga al final de los tiempos. Sin embargo, a pesar de estas profecías claras del Nuevo Testamento, el tema del regreso personal, visible y glorioso de Cristo a este mundo ha sido uno de los temas más controversiales en los últimos doscientos años, con respecto al tema de la autoridad y la integridad de las Sagradas Escrituras. En mi libro, ‘La escatología de Jesús’, doy un resumen de las teorías críticas que han surgido en ese marco de tiempo que acabo de mencionar con el aumento de la alta crítica y el ataque sin precedentes contra la veracidad de los documentos del Nuevo Testamento y de la veracidad de la enseñanza de Jesús.
Fui a un seminario donde estaba expuesto a este tipo de teoría crítica prácticamente todos los días, y los profesores del Nuevo Testamento quienes negaban el regreso de Cristo, constantemente señalaron textos en el Nuevo Testamento donde la profecía del regreso de Jesús estaba redactada en un cierto marco de referencia con respecto al tiempo, y los argumentos que escuchaba eran los argumentos que tenían sus orígenes en la teoría crítica del siglo XIX. Albert Schweitzer, por ejemplo, en su búsqueda del Jesús histórico, describió a Jesús como alguien con un sentido crítico de esperar a que Dios interviniera en la historia y trajera su reino desde lo alto de una manera decisiva que Jesús esperaba que ocurriera durante su vida, y Jesús se decepcionó porque esperaba que cuando enviara a sus 70 discípulos en una misión, esa sería la ocasión que Dios usaría para traer el reino de los cielos. Eso no sucedió. Jesús pensó, entonces, cuando llegó a Jerusalén en medio de los gritos de «¡Hosanna!» de la población allí, que tal vez esa sería la ocasión en la que Dios traería el reino, pero no lo hizo. Y Jesús permitió ser arrestado, pasar por la flagelación y la humillación de los golpes que siguieron y todo lo demás, e incluso estuvo dispuesto a ser llevado a la cruz porque Él esperaba plenamente que cuando fuera a la cruz, que mientras Él estuviera en la cruz, entonces en el último minuto el Padre intervendría, lo rescataría y traería el reino. Pero Él, mientras moría, de repente se dio cuenta que eso no iba a suceder, por lo que gritó: «DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?» y murió desilusionado. Ese es el Jesús que fue presentado por Albert Schweitzer.
Ahora, los estudiosos que vinieron después de Schweitzer, dijeron: «Sí, tenemos que tomar en serio estos pasajes en el Nuevo Testamento que parecen indicar que Jesús esperó y enseñó su retorno personal durante el tiempo de vida de sus propios discípulos, dentro del marco temporal de la primera generación de cristianos». Y de nuevo, la primera teoría era que esto es lo que el Nuevo Testamento enseñaba, el Nuevo Testamento estaba equivocado y Jesús estaba equivocado. Por lo tanto, podemos descartar con seguridad los documentos del Nuevo Testamento por ser poco confiables y también entender que este Jesús de Nazaret que era una persona maravillosa y un modelo de amor y un héroe existencial y todo eso, obviamente estaba equivocado con respecto a sus propias predicciones futuras. Como digo, las generaciones posteriores, por ejemplo, en Inglaterra, C.H. Dodd desarrolló una respuesta a esta teoría crítica en la cual habló de lo que se llamó escatología realizada, la idea es que todas las profecías que el Nuevo Testamento hizo con respecto al futuro y el regreso de Cristo se cumplieron, de hecho, en el primer siglo. Jesús dijo, por ejemplo, «No recorrerás todas las ciudades de Jerusalén, o de Israel, hasta que veas al Hijo del Hombre viniendo con poder», o «algunos de los que están aquí no probarán la muerte hasta que vean la venida del reino». Y lo que Dodd hizo con esos textos fue decir: «Bueno, a lo que Jesús se refería no era a un retorno futuro, sino a su manifestación visible en gloria que tuvo lugar en la transfiguración, en la resurrección y en la ascensión».
Pero de todos los textos del Nuevo Testamento que fueron atacados por los críticos, fue el texto del discurso del monte de los Olivos, particularmente en el Evangelio de Mateo, cuando Jesús hace una predicción específica sobre el templo judío y la ciudad de Jerusalén cuando dice: «vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada». Jerusalén sería rodeada y sería derrotada, y todo lo demás, y que también el Hijo del Hombre vendría en gloria. Y los discípulos le preguntaron directamente: «¿Cuándo sucederán estas cosas?». Y en respuesta directa a la pregunta de los discípulos, Jesús les habló y les dijo: «No pasará esta generación hasta que todo esto suceda». Ahora, ¿ven por qué los críticos se enfocan en eso? Esa declaración de Cristo parece ser inequívoca, directa y clara de que Él está diciendo que las tres cosas que Él predice – la destrucción del Templo, la destrucción de Jerusalén y su regreso – tendrán lugar en el marco de una sola generación humana, lo cual, en términos judíos, significa aproximadamente 40 años. Ahora, si la fecha de la crucifixión de Cristo tuvo lugar en algún momento del año 30 d.C., uno esperaría que los límites exteriores del cumplimiento de esa profecía fueran 40 años más tarde, lo cual – resulta ser la fecha para la destrucción en sí del Templo y la derrota de la ciudad de Jerusalén en el año 70 d.C.
Ahora, de nuevo, los críticos ven eso y dicen: «Bien, aceptamos que el Templo cayó. Aceptamos que la ciudad fue capturada, pero Jesús no regresó. Dos de tres no son suficientes. Eso solo te convertiría en un falso profeta en el Antiguo Testamento». Y eso me ha angustiado. He encontrado eso muy desconcertante por esta misma razón: que no creo que nada prueba más claramente la identidad e integridad de Jesucristo que estas profecías específicas que Él hizo, sin lugar a duda, años antes de que ocurrieran los eventos, e hizo predicciones de acontecimientos que eran totalmente impensables para el pueblo judío. Ellos pensaron que el Templo era indestructible, y no solo era indestructible el Templo con la piedra Herodiana y todo, sino que la ciudad santa de Sión nunca perecería bajo la protección de su Dios, y sin embargo Jesús predijo específica e incuestionablemente esos acontecimientos antes de que ocurrieran. Eso es asombroso, y lo que es muy irónico es que el mismo texto que debería funcionar como prueba positiva de la confiabilidad de Cristo y de los documentos bíblicos, se ha convertido en los textos que los críticos han dado vuelta y han usado para repudiar la confiabilidad del Nuevo Testamento y la integridad de Jesús porque no regresó en ese marco de tiempo.
Ahora, ¿cómo los conservadores y evangélicos tratan con esto? Por lo general, diciendo que la palabra ‘generación’ en el discurso del monte de los Olivos no se refiere a un lapso de vida o a un grupo dentro de un marco de tiempo particular, sino que más bien se refiere a un tipo de personas, es decir, toman la palabra ‘generación’, y dicen: «Lo que Jesús realmente quiso decir fue: ‘Este tipo de gente que estamos encontrando aquí todos los días, seguirá existiendo hasta que yo regrese, y todas estas cosas van a suceder antes de que este tipo de personas, estas generaciones desaparezcan’». Ahora, personalmente creo que es una posible interpretación de la Escritura, pero creo que es tan remota y tan improbable que le parecería, a cualquier crítico sobrio del Nuevo Testamento, que es solo como un tiro al aire porque la forma en que el término «generación» se usa de forma consistente a lo largo de los Evangelios no es de esa manera, sino como una referencia específica a un grupo de personas de una edad determinada. Otros han visto ese texto y dicen que lo que Jesús está expresando cuando dice ‘Todas estas cosas’, que Él solo está incluyendo en «todas estas cosas» los dos primeros elementos de la destrucción de Jerusalén y del Templo, y Él está como resumiendo la historia al incluir en general su regreso.
Ahora, otra teoría, la teoría que evalúo y que encuentro de alguna manera deficiente en mi libro, es la teoría que se llama preterismo completo, que enseña que realmente Jesús regresó en el año 70 d.C., y que todas las profecías futuras con respecto a la venida de Cristo realmente tuvieron lugar cuando Jesús regresó a juzgar a Jerusalén, aunque fue invisible. Y el argumento que los preteristas utilizan en este punto es que el lenguaje de la profecía futura, tal como se encuentra en los profetas, por ejemplo, en el Antiguo Testamento, cada vez que se predice un evento de juicio divino, se usa representaciones catastróficas por lo general – conmociones y turbulencias en el cielo. Por ejemplo, cuando Dios visitó ciudades malvadas en el Antiguo Testamento, los profetas describieron eso en términos de «la luna se convierte en sangre», y cosas así, el mismo tipo de lenguaje que se utiliza con respecto a la venida de Jesús. Ellos creen que Jesús vino a juzgar a la nación judía en el año 70 d.C. Ese fue, para todos los efectos, el fin del judaísmo y la innovación característica del cristianismo como un grupo que se distinguió del judaísmo en vez de una secta dentro del judaísmo. Fue el castigo de Cristo sobre su pueblo por rechazarlo. Fue el último juicio. Fue el fin, no de– de toda la historia – sino el fin de la era judía. Recuerden, Él habla de la era de los gentiles.
Bueno, si hay una época que se refiere a la era de los gentiles, eso solo podía ser significativo en contraste con alguna otra época, y lo obvio aquí sería la era de los judíos. Entonces, un preterista completo dice que la era judía terminó en el año 70 con el regreso de Cristo en juicio y el comienzo de la era de los gentiles tuvo lugar. Ellos incluso abogan por un rapto secreto y una resurrección final invisible en ese momento. Y no estoy de acuerdo con eso, porque creo que hay otros textos en el Nuevo Testamento, como el que ya he leído, que indican que todavía tenemos todas las razones para esperar un retorno futuro, personal y visible de Jesús. Sin embargo, creo que el preterismo parcial tiene que tomarse en serio – que un acontecimiento muy significativo tuvo lugar en el año 70, y estoy convencido de que lo que Jesús estaba hablando en el discurso del monte de los Olivos era, de hecho, su juicio venidero sobre Israel, pero no creo que se refería a la consumación final de su reino.
Ahora, la otra teoría que vemos aquí, con frecuencia es algo que tiene lugar en la profecía bíblica, donde se predecirá un evento futuro donde tienes un cumplimiento tipológico de eso en una situación a corto plazo, pero donde su realización final y completa tiene lugar mucho después en el futuro, y lo vemos con algunas de las profecías del Antiguo Testamento. «Fuera de Egipto he llamado a mi hijo». Eso se cumplió inmediatamente con el Éxodo, pero plena y finalmente con el regreso de Jesús de Egipto después de la huida a Egipto durante la matanza de los inocentes por Herodes, y así por el estilo. Tienen ese tipo de fenómeno. Entonces, lo que digo, en el análisis final, no estoy seguro de cuándo Jesús va a venir. De hecho, lo único que sé con seguridad es que nadie sabe con certeza cuándo Jesús va a venir, pero sigo pensando que nosotros, como pueblo de Dios, tenemos una esperanza muy bendita, todas las razones para creer en la integridad de la palabra de Jesús, y sus promesas nunca fallan, y esperamos un retorno personal, visible y glorioso.