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En esta sesión llegamos a los libros históricos desde Josué a Ester, y como podrán imaginar en las secciones narrativas, en las secciones históricas no hay muchas declaraciones de enseñanza doctrinal, lo que vemos es más bien la realización de la trama del Antiguo Testamento, pero en estos relatos se registran algunos desarrollos interesantes y vemos evidencias de las doctrina de la Gracia, a veces se verán oscuramente, a veces estarán en las sombras, pero cuando las enfocamos e iluminamos podremos verlas, y entender la gracia soberana de Dios sobre el corazón y la vida del hombre.
Así que en esta sesión quiero que miremos desde Josué hasta Ester y que veamos la obra de la gracia soberana de Dios.
Quiero entonces que vayamos al libro de Josué y quiero que veamos un verso allí, un versículo, como sabrán el libro de Josué es una notable serie de relatos e historias, pero en Josué 11, versículo 20 vemos la soberanía de Dios manifestada sobre el corazón de los incrédulos —y es notable que a menudo Dios realice su mayor obra de demostración de su soberanía en ocasiones no en los creyentes sino en los incrédulos.
Y es así que en Josué capítulo 11, versículo 20 nosotros leemos lo siguiente, y es que el Señor endureció, es decir, fue algo causado por Dios, el Señor es la fuente de esto—, el Señor endureció sus corazones para que lucharan contra Israel, Dios endureció sus corazones para que presentaran batalla y la razón por la que ellos presentarían batalla sería que iban hacer destruidos.
Así que, aquí vemos la soberanía de Dios incluso sobre los corazones incrédulos para endurecerlos aún más porque sus corazones ya estaban endurecidos por el pecado y para causar que corazones endurecidos se endurecieran más, afín de llevar a cabo los propósitos de Dios.
No sería asombroso si hoy podríamos descorrer el velo y ver qué corazones está Dios endureciendo en el Gobierno, y en posiciones de liderazgo sobre las naciones con el fin de llevar a cabo su plan y propósitos eternos.
Le pido que me acompañen ahora al libro de Jueces, y en el libro de Jueces encontramos más, encontramos más relatos históricos, así que hay poca enseñanza doctrinal, propiamente hablando, pero en medio de estas historias vemos verdades doctrinales.
Así que Jueces capítulo 2, en el versículo 10, allí realmente se nos da el trasfondo espiritual —y el cuadro general— la imagen macro o total de la nación de Israel para ese tiempo que sigue al liderazgo de Josué, y en Jueces capítulo 2, versículo 10, leemos Y murió también toda esa generación, —es una afirmación bastante amplia y extensa, murió toda esa generación y se reunió con sus antepasados, después de ellos vino otra generación que no conocía al Señor.
Como verán, cada generación comienza sin conocer al Señor y debe ser llevada al lugar donde conozca al Señor a través del testimonio, la evangelización y la obra del evangelio, pero nadie entra a este mundo conociendo a Dios, todos o entran a este mundo sin conocer a Dios, y debe llegar un momento y un lugar en sus vidas en que entren en una relación salvadora por gracia con Dios, en la que ahora vienen a conocer a Dios.
Pero aquí vemos la doctrina de la depravación total y la corrupción radical porque cuando esta generación entra en escena a pesar de la herencia espiritual, a pesar del trasfondo espiritual, a pesar de tener a Josué y los demás hombres, a pesar de estar en la Tierra Prometida, a pesar de estar en el mejor ambiente, a pesar de estar en el lugar donde Dios había guiado a la nación, aun así, no conocían a Dios.
Es posible estar en la iglesia y no conocer a Dios, es posible estar en una familia cristiana y no conocer a Dios, es posible estar en una escuela cristiana y no conocer a Dios, es por eso que cada corazón debe ser circuncidado y llevado a un conocimiento salvador de Dios.
Pero observen el siguiente versículo, Jueces 2, versículo 11, ¿cuál es entonces el resultado de no conocer a Dios?, ¿cómo actúa uno?, ¿cómo vive alguien que no conoce a Dios? Versículo 11, los Israelitas entonces, los Israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor y adoraron a los Baales, en cada alma que no conoce a Dios, este es el fruto, este es el resultado, a esto es que conduce.
La incredulidad es la raíz y hacer el mal es el fruto, y por lo tanto si uno quiere convertir una nación no se puede simplemente legislar que todos hagan lo correcto, se debe predicar el evangelio, y debe haber personas traídas a un conocimiento salvador de Dios, pero aun eso requiere que los inescrutables propósitos de Dios actúen en la vida de una persona.
Versículo 12, y ellos abandonaron al Señor, ¡por supuesto que abandonaron al Señor! No estaban convertidos, su corazón no estaba circuncidado, no conocían a Dios, ¡por supuesto que abandonaron al Señor!
Y en la mitad del versículo 12 Y siguieron a otros dioses, ¡por supuesto que lo hicieron!, nadie está espiritualmente en medio de la tierra de nadie, es decir, o uno sigue a Dios o bien sigue a los otros dioses con “d” minúscula, pero todo el mundo o sigue al Dios único y verdadero o bien siguen a los dioses de su invención.
Versículo 13 se apartaron del Señor una vez más, ¡por supuesto que se apartaron del Señor para adorar a Baal y Astarot!, y la ira del Señor ardió contra el pueblo de Israel y ¡por supuesto que se enojó!, Dios es un Dios Santo y no se complace en el mal ni en la maldad, y la furia, la justa ira de Dios se encendió y ardió contra Israel, y los entregó en manos de ladrones que los despojaron de todo.
Lo que Dios hizo fue simplemente darles un empujón en la dirección que ellos iban ¿quieren ir por ahí? Esperen, yo les ayudo, entonces Dios los entregó en mano de hombres malvados y los vendió en manos de sus enemigos, Dios no solo era su única esperanza, Dios era su mayor amenaza, y eso fue el justo juicio de Dios, eso es Romanos 1 hecho realidad ante sus propios ojos.
Vamos entonces al final del libro de Jueces, vamos a la última parte, pasen todo el libro de Jueces y vayan al capítulo 21, versículo 25, el último versículo del libro de Jueces, hemos visto algo así como las dos tapas de este libro, miramos el comienzo y ahora vemos la conclusión, y quiero decirles que todo lo que hay en medio es algo así como ver más de lo mismo, con casos aislados de personas que Dios levanta para que le conozcan.
Pero cuando llegamos al final del libro de Jueces, aquí tienen ustedes la depravación total, en esos días no había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bien antes sus ojos, ahí tienen la depravación total, ahí tienen al hombre dejado a su propio arbitrio, siguiendo su propio camino, haciendo según le place, siguiendo su propio pecado y cada uno es realmente un dios para sí mismo, cada quien establece su propia moralidad, cada quien establece su propio estándar, cada quien sigue su propio camino, cada quien hace su propia cama y se acuesta en ella, y cada quien hacía lo que le parecía, ¿le suena familiar?
Bien, vamos ahora —si desean— al libro de 1ero de Samuel, en 1ero de Samuel vemos, capítulo 2, versículo 12, leemos los hijos de Elí eran hombres indignos, ¿a quién le gustaría tener eso en su epitafio? Ahí tienen un versículo para poner en su refrigerador, los hijos de Elí eran indignos, y literalmente aquí indigno significa hijos de Belial, que era un nombre para Satanás y en esencia, en lenguaje codificado, ellos no eran una posesión de Dios sino del príncipe de este mundo, como todos los incrédulos son.
Así que no conocían a Dios a pesar de haber crecido en una casa muy espiritual, a pesar de haber estado expuestos a la verdad espiritual, a pesar de haber sido criados en un ambiente espiritual, no obstante, seguían separados de Dios y no conocían al Señor, no había una relación personal con Dios, y eso una vez más es depravación espiritual.
Así que, llegamos al capítulo 3, versículo 7 y leemos, Samuel aún no conocía al Señor, no había habido un momento en su vida en que se hubiera convertido, —no había habido un momento en su vida—, sin duda él está circuncidado físicamente, él era parte de la nación de Israel, pero no conocía a Dios —y una vez más, el infierno está lleno de personas que han hecho todas las mímicas religiosas, los ornamentos y formas externas de religiosidad, pero no conocen a Dios—.
Y dice, ni se la había revelado aún la Palabra del Señor, la Palabra del Señor debe estar en el interior revelada a él, entonces, al seguir leyendo, vamos atrás algunos versículos, al versículo 4, el Señor llamó a Samuel y él respondió heme aquí Señor, así que fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: aquí estoy ¿para qué me llamaste? Pero Elí le respondió, yo no te he llamado vuelve a acostarte, y Samuel volvió y se acostó.
Y luego, en el versículo 6, pero el Señor volvió a llamar a Samuel, “Samuel”, así que el joven se levantó y fue a ver a Elí y le dijo: heme aquí ¿para qué me has llamado? Y Elí volvió a decirle: yo no te he llamado hijo mío, regresa y acuéstate, y luego en el siguiente versículo en donde leemos que él no conocía al Señor, pero el versículo 8 tenemos el persistente llamado de Dios, cuando Dios llama no aceptará un no como respuesta, puede que nos resistamos, puede que lo rechacemos, puede que sigamos huyendo, pero el sabueso del cielo irá tras sus propios escogidos y nos perseguirá hasta las puertas del infierno si es necesario para salvarnos y rescatarnos.
Y así en el versículo 8 el Señor llamó por tercera vez a Samuel, —el llamado de Dios tan reiterado es un proceso que puede ser solo un punto en el tiempo, piensen en Saulo de Tarso, el llamado y la conversión llegaron en un milisegundo, pero con otras personas puede ocurrir en un extenso período de tiempo hasta que finalmente el Señor capta nuestra atención y su llamamiento es irrevocable.
Y eso es lo que vemos aquí, y el Señor llamó por tercera vez a Samuel y él se levantó, y fue a ver a Elí y le dijo: Aquí estoy ¿para qué me has llamado? Con esto Elí entendió que el Señor había llamado al joven, este llamado era un grito, el llamado era una convocación, este llamado era una citación, este fue el inevitable triunfo de la gracia soberana en la vida de Samuel, y fue un llamado que atrapó su corazón y lo cautivó, tal como lo hizo con tu corazón y con mi vida.
Ahora bien, las circunstancias eran distintas, pero la realidad es la misma, es el potente llamado de Dios y por favor fíjense qué dijo Samuel.
No fue el que quiera venir, esa es la predicación externa del evangelio, esa es la oferta externa y gratuita del evangelio, debemos ir a los caminos y a las veredas, y debemos llamar a todos los hombres a que vengan a la fe en el Señor Jesucristo, sin distinciones, pero nuestro llamado no salvará a nadie, eso es solo un llamado externo.
Debe haber un llamado interno y cuando Dios llama, llama por nombre, Dios no llama aquel que quiera, Lázaro ven fuera, Mateo ven y sígueme, Zaqueo baja de ese árbol debo cenar contigo esta noche, Juan capítulo 10 dice que Él llama a todas sus ovejas por su nombre, así de personal es el llamado, de hecho alguien ha dicho que cuando Jesús estaba frente a la tumba de Lázaro si solo hubiera dicho ven fuera, se habría vaciado el cementerio completo, Lázaro ven fuera, y Él nos llama uno por uno, nos llama individualmente, no es un grupo, es personal, es individual.
Es por eso que debe haber un tiempo personal, individual en tu vida cuando el Señor te llame por nombre, te llame de la oscuridad de las tinieblas y te llame para salir de este mundo, y te llame a una relación salvadora con Él, eso es lo que manifiesta aquí y es lo que sucede, más adelante en el libro de Samuel, leemos nuevas declaraciones de demostraciones de la soberanía de Dios en la vida de las personas.
En 1era de Samuel 16, versículos 14 al 16 leemos —cómo el Espíritu del Señor ya se había apartado de Saúl, un espíritu maligno de parte del Señor lo atormentaba constantemente, Satanás no envió al espíritu maligno, el Señor está sobre Satanás, envió ese espíritu maligno, y como dijo Martín Lutero, el diablo es el diablo de Dios, el diablo es un instrumento en la mano del Dios todopoderoso, es un peón en la mano del Dios todopoderoso, que Él usa según sus propósitos eternos, y fue el Señor quien envió ese espíritu maligno a Saúl para perturbarlo y para atormentarlo.
Más adelante en 1era de Samuel 18, versículo 10 leemos al día siguiente el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, Dios es soberano, no solo sobre el reino de la luz sino sobre el reino de las tinieblas, Dios es soberano no solo sobre la simiente de la mujer sino también sobre la simiente de la serpiente.
En 1ero de Samuel 19, versículo 9 leemos nuevamente, pero otra vez el espíritu maligno de parte del Señor volvió atacar a Saúl y este era para endurecer el corazón de Saúl, así que vemos las doctrinas de la gracia y una parte de las doctrinas de la gracia es la doctrina de la reprobación, de aquellos que son pasados por alto, Dios los deja en sus pecados y a veces está muy involucrado en el endurecimiento de sus corazones.
Llegamos a 2 de Samuel a medida que continúa la trama interrumpida desde 1 de Samuel a 2 de Samuel hasta un tiempo cuando David asumiría el trono, —solo algunos versículos— 2do de Samuel 11 y 12, pero así dice el Señor Yo haré que el mal sobrevenga sobre tu propia casa, ante tus propios ojos entregaré tus mujeres a tu prójimo y a pleno sol se acostarán con ellas —etcétera. Y Dios dice Yo lo haré —Dios no es el autor del mal y Dios no es el autor del pecado, pero Dios es el autor de un plan que usa el pecado y usa el mal para el avance de sus propios propósitos, que a veces nos resulta muy misteriosos.
Pero incluso el mismísimo Judas tuvo un rol qué desempeñar en el eterno propósito de Dios, y Jesús dijo que habría sido mejor para Judas que nunca hubiera nacido siguiera —considerando su destino eterno—, no obstante, dentro del tiempo fue un actor secundario en el escenario de la historia que Dios decidió usar de un modo particular, y lo mismo puede decirse de Herodes, de Pilatos y de los demás líderes que fueron parte de la crucifixión del Señor Jesucristo.
En cierto sentido fue el día más horrible de la historia humana, pues ocurrió el asesinato premeditado del Hijo de Dios en la Cruz por parte de hombres impíos, y, no obstante, al mismo tiempo sucedió conforme al plan predeterminado y la presciencia de Dios, fue el día más glorioso de la historia humana— qué extraño que ambas declaraciones pudieran converger en un día específico, fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos.
Otro versículo en 2 de Samuel 24, versículo 1 y el Señor volvió a enojarse con el pueblo de Israel e indujo a David a levantar un censo de todo Israel y Judá, al leer 1ero de Crónicas 21, sabemos que fue Satanás quien incitó a David a hacer esto y no obstante en este pasaje dice que Dios incitó a David a hacerlo, ¿cómo funciona eso? Bueno, Dios estaba llevando a cabo su propósito eterno a través de un agente secundario, a través de Satanás para que actuara en David y no obstante Dios permaneció como Señor, sobre todo.
Vayamos al libro de Esdras, y muy pronto en este libro, Esdras 1, versículo 1 leemos: el Señor despertó el espíritu de Ciro para que hiciera pregonar, —saben, Ciro rey de Persia era un reprobado, era un incrédulo, no conocía al Señor, pero era Dios quien controlaba su corazón, era Dios quien estaba despertando su espíritu para llevar a cabo el plan y el propósito que Dios tenía, y nuevamente leemos en Esdras 6, versículo 22 el Señor los había llenado de alegría al hacer que el rey de Asiria —este era Artajerjes— se compadeciera de ellos, —nuevamente era un rey incrédulo con un corazón incrédulo y fue el Señor quien movió su corazón, y volvió el corazón del incrédulo en la dirección que Dios quería que fuera para que tuviera su efecto en la trama de la historia.
Y en Esdras 7 versículo 27 nuevamente leemos: que el Señor Dios de nuestros padres ha puesto esos sentimientos en el corazón del rey para honrar el templo del Señor; Dios controla soberanamente el corazón del incrédulo rey Artajerjes, no obstante Dios los plantó en el incrédulo corazón del rey para que hiciera lo que hizo porque Dios así lo deseaba.
Cuánto más hará Dios eso mismo en el corazón del incrédulo para volver su corazón hacia Él, para que crea en su Hijo. Dios es libre para invadir los corazones humanos para ser lo que le place, no hay lugar en el universo que sea inaccesible para la soberana y omnipotente mano de Dios.
Finalmente en el libro de Nehemías, muy brevemente les tengo un versículo, una vez más es narración histórica y está llena de acción, está este pequeño fragmento, Nehemías 9, versículo 7: Tu Señor y Dios fuiste quien escogió Abram, tú lo sacaste de Ur de los caldeos, aquí solo se dice —de paso, como si realmente no fuera nada extraordinario, así como: oigan esto es cristianismo básico, no se necesita mayor explicación, si eres creyente de seguro sabes esto, que Dios escoge su propio pueblo y lo saca de donde está hacia donde deben estar, esto es básico, es una verdad bíblica de nivel kindergarden.
Así que solo, de paso, sin necesidad de mayor explicación se presupone lo conocida que era esta verdad para los primeros lectores que tomaban el libro de Nehemías y lo leían, se presupone lo bien instruidos que ya estaban ellos en la actividad soberana de Dios.
Solo hoy, no fue otro que J. Vernon McGee que lo llamaría pensamiento apestoso, necesitamos Biblia de estudios con muy largas secciones al pie que intentan explicar estas doctrinas que en ese primer tiempo eran entendidas por la persona común en sus días.
Bueno, que el Señor traiga gozo a nuestros corazones porque la historia es Su historia, y porque Él es el Dios de la historia que interviene y vuelve los corazones de hombres y mujeres según su soberano beneplácito.