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Suscríbete para recibir notificaciones por correo electrónico cada vez que salga un nuevo programa y para recibir la guía de estudio de la serie en curso.Cuando conozco gente por primera vez y me preguntan a qué me dedico, les digo que, entre otras cosas, enseño en el seminario y me dicen: «Bueno, ¿qué enseñas?» Y les digo: «Enseño teología sistemática». Ahora, cuando alguien dice que enseña astronomía, todos saben de lo que está hablando, o si está enseñando física, saben de lo que está hablando. Cuando le digo a la gente que enseño teología sistemática, a menudo recibo miradas perplejas inevitablemente la pregunta es: «¿Qué es eso?»
Ahora, ellos han oído hablar de teología, pero la idea de teología sistemática es un término que se ha convertido en una especie de anacronismo para una ciencia misteriosa y lo que vamos a hacer ahora, al embarcarnos en esta nueva serie completa, es ver todo el alcance de lo que llamamos teología sistemática. Habrá una introducción a la teología sistemática. Y, de lo que se trata la teología sistemática es de un estudio sistemático de las principales doctrinas de la fe cristiana. Y lo que quiero hacer hoy en nuestra primera lección es dar una breve introducción a esta ciencia de la teología sistemática y empezar con algunas definiciones básicas. Empecemos con la palabra «teología».
Todos hemos escuchado esta palabra y vemos que tiene algo en común con muchas de las disciplinas y ciencias. Tiene ese sufijo común, ‘‘logía. Ustedes han oído hablar de biología, fisiología y antropología y de muchas otras ciencias que terminan en esa palabra, ‘logía’. Eso se debe a que el sufijo proviene de la palabra griega ‘logos’ que encontramos en el primer capítulo del Evangelio de Juan, donde leemos: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios». Y esa palabra ‘logos’ es la palabra griega que en español se traduce por la palabra «palabra». No estoy tartamudeando. Es la palabra griega que se traduce por la palabra en español ‘palabra’. Significa «palabra» o «idea», o, como un filósofo incluso se arriesgó a traducirlo, como «lógica», porque es el término del que obtenemos la palabra en español «lógica».
Entonces, cuando estudiamos biología, estamos viendo una palabra, o la idea, o el concepto, o la lógica de la vida. Si estudiamos zoología, estamos viendo un tipo diferente de palabra, o de lógica, de la vida. Antropología es la palabra o lógica sobre los humanos, siendo anthropos la palabra griega para hombre. Bueno, en el término ‘teología’ la parte principal de la palabra es la palabra griega theos, que significa Dios, de modo que el estudio de la teología es el estudio de la palabra, o la idea, o el concepto, o la lógica de Dios mismo.
Ahora, cuando usamos el término «teología» en la disciplina de la teología, es un término muy, muy amplio. No se refiere exclusivamente a Dios, sino a todas aquellas cosas que Dios nos ha revelado en las Sagradas Escrituras, de modo que parte del estudio de la teología es el estudio de Cristo. A eso llamamos cristología. Al estudio del Espíritu Santo, a eso lo llamamos pneumatología. Al estudio del pecado le llamamos hamartiología. Al estudio de cosas futuras, a eso llamamos escatología. Todas estas son subdivisiones del concepto amplio de lo que llamamos teología; y luego a veces hablamos de teología propia.
Ahora, la teología propia no es para distinguirla de la teología impropia, sino que tiene una referencia específica al estudio de Dios mismo. Ahora, me gusta contar la historia en la que hace varios años me invitaron al campus de una conocida institución cristiana, una universidad cristiana, en la zona central poniente, no era Wheaton. Y en ese momento en particular la institución estaba sin presidente. Su presidente había jubilado y estaban en los trajines de la búsqueda de un nuevo presidente y en el proceso estaban haciendo un auto-análisis de su plan de estudios, de su facultad y de las metas y el propósito de la institución; y se me pidió que viniera al campus para dirigirme a la facultad y a la administración sobre la pregunta: ‘¿Qué es una institución o universidad cristiana? ‘ es decir, ¿Qué es lo que hace ‘cristiana’ a una universidad o institución en sentido específico o único?
Entonces, acepté esa tarea y cuando llegué al campus, el decano me dio un tour por las instalaciones y me mostró la biblioteca y todos los distintos sitios que se podían ver; y me llevó a un breve recorrido por el edificio de oficinas de las facultades y pude ver el departamento de Biología y Economía y todo lo demás. Y noté, cuando pasamos por un par de puertas, que en la oficina de este departamento en particular estaban inscritas las palabras «Departamento de Religión». No dije nada; solo lo dejé en mi mente. Y esa noche, cuando llegó el momento de dirigirme al profesorado, hice la pregunta frente a los profesores, dije: “Saben, me di cuenta, mientras caminaba por el campus, que tienen un departamento de Religión. ¿Ese departamento siempre se llamó departamento de Religión? Y todos abrieron los ojos.
Finalmente, había un hombre en la parte de atrás que tenía pelo blanco y levantó la mano e indicó que había estado en la facultad durante unos cuarenta años y dijo: «Oh, no, no». Dijo: «Cambiamos eso hace unos treinta años». Dije: «¿Cómo se llamaba antes?» Dijo: «Solía llamarse departamento de Teología». Le dije: “Así que, hace treinta años lo cambiaron de departamento de Teología a departamento de Religión. ¿Por que lo cambiaron?» Y su respuesta fue: «No lo sé». Y de nuevo, el profesorado me miraba pensando: «¿De qué está hablando este tipo? ¿Qué diferencia hace? «Y dije: «Permítanme decirles cuál es la diferencia”.
Clásicamente, el estudio de la religión está vinculado en el mundo académico al contexto más amplio de la sociología o la antropología porque la religión es un estudio de cómo se comportan los seres humanos en un entorno específico con sus prácticas de culto; es decir, cómo adoran, cómo oran y de qué se trata su vida religiosa en la tierra, es decir, es un estudio de las prácticas humanas; mientras que el estudio de la teología es el estudio de Dios.
Y hay una gran diferencia entre estudiar las aprehensiones humanas de la religión y estudiar la naturaleza y el carácter de Dios mismo. El primero es puramente natural en su orientación. El segundo es sobrenatural, que trata de lo que está por encima y más allá de las cosas de este mundo». Y dije: “Me pidieron que hablara sobre ‘¿qué es una institución cristiana?’ Una institución o universidad cristiana es aquella que está comprometida con la premisa de que la verdad suprema es la verdad de Dios y Él es el fundamento y la fuente de toda otra verdad; y todo lo demás que aprendemos, ya sea economía, filosofía, biología o matemáticas, tiene que entenderse a la luz de la realidad general del carácter de Dios «. Por eso, en la Edad Media, a la teología se la llamaba la «reina de las ciencias» y a la filosofía «su sirvienta».
Ahora, por supuesto, la reina ha sido arrancada de su trono y, en muchos casos, ha sido llevada al exilio y ahora reina un suplantador. Y reemplazamos la teología con la religión y tienes departamentos de Religión en prácticamente todas las universidades seculares del país. Y sospecho que la razón por la cual esa universidad cambió de teología a religión fue para alinearse con los movimientos y las corrientes actuales del mundo académico en la arena secular, o tal vez simplemente para poder transferir créditos de sus estudiantes de una institución cristiana a una no cristiana. Pero lo que nos toca tratar en este curso no es el estudio de la religión, sino el estudio de la teología, las cosas de Dios como Dios se revela a nosotros desde arriba.
Ahora, ¿qué pasa con la segunda parte del título donde usamos esta palabra: sistemática? Ahora, encuentro que hay muchas, muchas personas que se sienten cómodas con la palabra «teología», pero tiemblan cuando escuchan el término calificativo «sistemática». Vivimos en una época en la que existe una aversión o alergia generalizada a los sistemas, no a los sistemas inanimados. Seguimos respetando y honrando la importancia de los sistemas informáticos, los sistemas de alarma de incendios, los sistemas de circuitos eléctricos. Entendemos cosas tan importantes como ese tipo de sistemas, pero cuando piensas en un sistema de pensamiento o un sistema para comprender la vida y el mundo de una persona de una manera coherente, es allí donde la gente tiende a ahogarse con la palabra ‘sistémico’ o ‘ sistemático’. Y hay una razón para eso.
Hemos visto, en los últimos cien años más o menos, una revuelta masiva en el mundo filosófico contra los sistemas de pensamiento. Una de las filosofías más influyentes que haya surgido en la historia occidental ha sido la filosofía conocida como existencialismo y una de las razones por las que se llama «existencialismo» y esa es otra pregunta que me hacen todo el tiempo. Cuando la gente escucha «existencialismo», dice: «¿Qué es el existencialismo?» Yo digo, “El existencialismo es una filosofía de la existencia” y ellos dicen: “Oh. ¿Qué significa eso?» Bueno, realmente es una forma de ver la experiencia humana de una manera que presupone que no existe la verdad esencial, solo una existencia particular, discreta y distintiva, no esencia, sino existencia.
Por definición, el existencialismo aborrece algún sistema genérico de realidad. Es un sistema, quiero decir, es un antisistema que cree en verdades, pero no en la verdad, en propósitos, pero no en el propósito porque no cree que la realidad deba entenderse de manera ordenada, porque para el existencialista, estamos metidos en un mundo que, en última instancia, es caótico y, a menudo, se entiende que carece de significado, de propósito. Simplemente enfrentas la vida tal como se presenta en los pequeños fragmentos de la experiencia diaria, pero no hay un punto de vista general que le dé sentido a toda la vida porque, en última instancia, la vida no tiene sentido. Y eso ha tenido un impacto tremendo en nuestra cultura con su fruto del relativismo y el pluralismo, y ustedes han oído hablar de esas escuelas de pensamiento, donde el relativista dice: “No hay verdad absoluta excepto la verdad absoluta de que no hay absolutamente ninguna verdad absoluta. Toda verdad es relativa.
Es relativo a la persona que lo tiene y lo que es cierto para uno puede ser falso para otro”, por lo que no hay ningún esfuerzo por llevar los dos puntos de vista a una armonía o a un acuerdo, que es lo que un sistema buscaría hacer, porque según el relativismo, no hay posibilidad de tener una comprensión sistemática de la verdad. Ahora, eso ha tenido un gran impacto en la teología y lo encontramos todos los días, incluso en los seminarios. En cierto sentido, el arte de la teología sistemática rápidamente está siendo una disciplina perdida y olvidada, y algunos, incluso en el seminario, le dicen a la teología sistemática, “¡Que te vaya bien!”
La teología sistemática tiene mala reputación, no solo por el impacto del pensamiento existencial y del relativismo y el pluralismo, sino también porque algunas personas entienden que la teología sistemática es esto: que alguien desarrolla un sistema filosófico, dígase, Descartes y su racionalismo o un John Locke y su empirismo, él o ella aprenden una red o sistema filosófico natural, y luego ellos llegan a la fe cristiana, y llegan a la Biblia y tratan de encajar a la fuerza la Biblia dentro de ese sistema filosófico preconcebido para que el sistema filosófico preconcebido empiece a dictaminar cómo entender las Escrituras.
Así que no vienes a las Escrituras y escuchas la Palabra de Dios y buscas entenderla en sus propios términos, sino que vienes a las Escrituras con este sistema preconcebido, que funciona como una especie de lecho de Procusto. Y ustedes recuerdan la historia de Procusto, que no cabía en la cama, así que la solución fue hacer ¿qué? Cortar los brazos y las piernas para que el hombre se ajuste a la cama, en lugar de agrandar la cama. Y entonces vemos que, a veces, una aversión a la teología sistemática, con el supuesto de que, si alguien tiene un sistema filosófico, llega a las Escrituras y luego trata de encajar, forzar y apretar cada pieza de la Escritura en este sistema de pensamiento preconcebido.
Bueno, históricamente, la teología sistemática clásica se ha opuesto tan fuertemente a ese tipo de cosas como algunos incluso lo han hecho hoy. La idea de la teología sistemática, originalmente, se basaba en ciertas suposiciones y aquí están las suposiciones: Primero, que Dios se ha revelado a sí mismo, no solo en la naturaleza, sino a través de los escritos de los profetas y apóstoles y que la Biblia es la Palabra de Dios. Es la teología por excelencia. Es el logos completo del theos. Es la divina Palabra de Dios. Y la segunda suposición es que cuando Dios se revela a sí mismo, se revela de acuerdo con su propio carácter y de acuerdo con su propia naturaleza, y como nos dicen las Escrituras, Dios no es el autor de la confusión.
Dios es el Dios que crea un cosmos ordenado. No es el autor del caos. Dios no es autor de la confusión porque Dios no está confundido. Nunca se confunde. Dios piensa con claridad y habla de una manera que es entendido, que debe ser inteligible. Y así, una suposición adicional sobre las Escrituras es que la revelación que Dios nos da en las Sagradas Escrituras es una revelación que manifiesta estas cualidades: que hay una unidad en la Palabra de Dios.
Evidentemente, existe una gran diversidad. La Palabra de Dios está escrita a lo largo de muchos siglos, por muchos autores, sobre una variedad de temas diferentes, pero dentro de esa diversidad de información y contenido que encontramos en las Escrituras, donde aquí habla de cosas futuras, aquí habla de una expiación, aquí habla de una encarnación, aquí habla del juicio de Dios, allí la misericordia de Dios, aquí la ira de Dios; todos estos temas diferentes, sin embargo, tienen su unidad en Dios mismo y en la mente de Dios, de modo que cuando Dios habla y se revela a sí mismo, hay una unidad de ese contenido y hay una coherencia o congruencia.
El Espíritu Santo no es incoherente. Las cosas que Dios revela no son incoherentes. Están unificados, son coherentes y, finalmente, son consistentes. Son consistentes. Ahora, en ese sentido, son racionales. No son el fruto de una especulación racional, pero no son irracionales en el sentido de que la verdad de Dios encaja en un todo maravilloso. Tiene sentido, es consistente, es coherente y está unificado. Ustedes han oído la afirmación de que la coherencia es el duende de las mentes pequeñas. Si eso es cierto, entonces tendría que decir que la mente más pequeña que existe es la mente de Dios porque una de las cosas que podemos decir con confianza acerca de Dios, en Su ser y en Su carácter, es que Él es consistente. Es coherente consigo mismo. Él es el mismo ayer, hoy y siempre.
Ahora, cuando estamos involucrados en la tarea de la teología sistemática, lo que eso significa es que llegamos a todo el alcance de las Escrituras y estamos tratando de mirar cada pieza de ese libro que Dios nos ha dado y hacer la pregunta: «¿Cómo encaja todo junto?» de modo que el sistema que estamos buscando no es un sistema que traemos a la Biblia y forzamos la Biblia, exprimimos para que se ajuste a ella, sino que queremos llegar a las Escrituras y aprender el sistema que está allí. Queremos ver cómo encajan todas las partes de la Biblia.
Entonces, en los seminarios, donde tienes un departamento de teología sistemática, a diferencia del departamento del Nuevo Testamento, o el departamento del Antiguo Testamento, la idea es que el teólogo sistemático no trabaja en el vacío, ignorando la investigación académica del profesor de Antiguo Testamento o del profesor de Nuevo Testamento; de hecho, el sistemático siempre depende de la información traída a la mesa por los estudiosos bíblicos y es tarea del sistemático reunir todo y mostrar cómo encaja en un todo significativo.
Ahora, esa es una tarea intimidante, sin duda, y estoy convencido de que nadie lo ha hecho nunca a la perfección. Sin embargo, una de las grandes alegrías de mi vida, en el estudio de la teología sistemática y una de las cosas que nunca deja de asombrarme, quiero decir que me abruma a veces, es la simetría detallada, específica e intrincada de todo el alcance de la revelación divina. Y una de las cosas que incluso es frustrante como maestro, es que estaré enseñando un alcance limitado de teología en el seminario, digamos en la cruz y alguien de aquí hará una pregunta en medio de la clase sobre el nacimiento virginal y quieren saber cómo encajan esos dos. Y me siento tentado a decir: «Oh, lo estudiaremos en otro momento».
Pero los estudiantes parecen estar siempre adelantados, anticipando más preguntas porque entienden que un punto de la teología se refiere a todos los demás puntos de la teología. Cuando Dios habla de manera coherente, cada detalle que dice tiene un impacto en todos los demás detalles, por lo que es una tarea continua en la búsqueda de que veamos cómo todas las piezas encajan juntas en un todo orgánico, significativo, consistente y coherente. Ese es el trabajo que tenemos y eso es lo que les presentaremos en esta serie de conferencias.